Julio 1995 parte 2

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Capitulo 54: Julio 1995 parte 2

Luego de pasar largas horas en San Mungo conociendo a la pequeña Alpha, Remus, Nymph, Sev y Lay cayeron en cuenta que habían dejado a la mitad de sus invitados en la fiesta y debían volver con ellos. Por lo que, junto a los adolescentes, incluidos los mellizos Black, quienes pasarían la noche en la casa de sus tíos; los ya no tan adolescentes, como Fleur, Bill, Charlie, Percy y Audrey, y los más adultos, como Druella, Cygnus, Andrómeda, Ted, Minnerva y Albus, volvieron a la fiesta, dejando al resto con Sirius y Marlene.

Al llegar quedaba poca gente, pero como el animador y su equipo aún no se habían ido, Audrey corrió hacia él, robándole el micrófono y apoderándose de la fiesta.

-Bien, como la otra madrina de ésta boda está en hospital siendo madrina del bebé que a una de las damas de honor no se le ocurrió mejor momento que tener ahora, y el resto de las damas están con ellas, es mi deber animar esta fiesta... y lo haré gustosa.- Exclamó girándose hacia la banda en vivo señalándolos con su mano derecha.- ¡QUE SUENE!-Gritó entusiasmada y la música comenzó a sonar a todo volumen. Sam y Agata corrieron hacia su prima arrastrándola hacia el centro de la pista, mientras Lizzie y Ginny hacían lo mismo con Layla, mientras el resto de las chicas las seguían, moviendo al ritmo de Blame It On The Boogie de The Jacksons.

Pronto, los invitados que quedaban se unieron a ellas, divertidos con la energía y las risas que traían las muchachas.

-Tori, ¿Podríamos hablar?- Preguntó Draco acercándose a la rubia y tomandola del hombro, haciéndola saltar en su lugar, asustada.

-¿Es necesario que siempre me hagas asustar?- Cuestionó llevándose, nuevamente, una mano al pecho, intentando controlar su respiración. Draco no pudo contener la sonrisa divertida en su rostro, ganándose un golpe de parte de Astoria.

-Lo siento, es que es gracioso ver su rostro todo sonrojado y tus ojos tan abiertos y brillantes.- Explicó con su mirada fija en la de ella.- Aunque más que gracioso es hermoso.- Susurró alzando su mano para acariciar su mejilla, sonrojándola aún más si era posible.- Enserio, necesito hablar contigo, a solas.- Repitió al ver que sus primas los miraban, avergonzándolo.

-Claro, ven.- Lo tomó de la mano con la que la había acariciado y lo llevó lejos de la pista de baile, hacia el altar que aún seguía armado, con las luces de los candelabros prendidas y brillando en la noche estrellada. -¿Está bien aquí?- Preguntó tímidamente, dándose cuenta que era un ambiente tan romántico que ponía a su corazón a latir a mil por hora.

-Es perfecto aquí.- Respondió él notando lo mismo que ella.- Sabes, cuando bailamos esa canción hace unas horas, no sé por qué, pero era tu voz la que escuchaba en vez de la cantante de la banda.- La rubia abrió los ojos sorprendida, asintiendo enérgicamente.

-¡Me pasó lo mismo! No lo escuchaba al cantante, sino a ti, como si fueras tú el que cantaba la canción. Además, se me vino una imagen a la mente, fue raro pero...-

-Estabamos en un escenario.- Completó él por ella, logrando que sus ojos se abrieran aún más por la coincidencia.

-¡SI!- Exclamó llevándose las manos a la boca, sonrojándose al recordar cómo terminaba esa secuencia de imágenes que ella creyó que habían sido parte de su imaginación. Él sonrió ante su sonrojo, intuyendo que su cabeza había ido a ese mismo momento en el que él estaba pensando, por lo que se acercó más a ella, llevando sus manos hacia su cintura.

-En esas imágenes eras tú la que me besaba, pero creo que voy a cambiar eso.- Susurró acercando su rostro al de ella.

-No lo creo.- Sonrió Astoria, tomando coraje, estiró sus manos y las colocó sobre las mejillas del rubio, acercándolo lo suficiente para rosar sus labios con los de él, quien se quedó estático en su lugar.- Cayendo lentamente, ojos que me conocen, Y no puedo volver atrás.- Cantó en un susurro contra sus labios, volviendo a besarlos, pero ésta vez él le devolvió el beso con la misma intensidad que lo habían hecho en esos recuerdos que debían estar perdidos.

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