2014

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Capítulo 80: 2014.

– No llores más por él, cariño, ya estas otra vez con tu verdadero amor. – Dijo Félix apuntándola con su varita para que se subiera a la moto. – Ya verás lo que preparé para nuestra luna de miel. – Susurró en su oído, estremeciéndola de horror.

Harry, Lizzie, Ron y Knut habían sido los encargados de perseguir a Félix casi 24 horas luego de que Alpha y Jhon huyeran juntos. Lo habían seguido hasta su departamento, hacia el barrio familiar, la casa de sus padres, lo habían seguido de cerca, sin lograr atraparlo debido a su habilidad en encantamientos de protección y en desaparición. Tonks, desde su puesto de jefa de Aurores, había mandado a llamar a todo el equipo de Aurores, sabiendo que la vida de sus sobrinos corría peligro si él los encontraba, y fue quien obligó a Harry a dar la voz de alarma cuando, de repente, dejaron de encontrar su rastro mágico.

– Es imposible, me aseguré de que el vínculo con su varita fuera perfecto para no perderlo. – Gruñó Lizzie enfurecida recitando el hechizo de vinculación y rastreo por décima vez, con el mismo nulo resultado.

– Debe haber cambiado de varita o tal vez consiguió algún amuleto embrujado, pasamos por el Callejón Knockturn dos veces en menos de tres horas. – Recordó su marido revisando su diario de rastreo, donde había anotado cada ubicación en la que habían estado.

– Lo único que nos queda es buscar a Alpha y a Jhon para asegurarnos de que estén a salvo, ¿Alguien tiene idea de dónde pueden haberse ocultado? – preguntó Ron mirando a los familiares directos de la pareja, quienes negaron preocupados. – Entonces debemos volver a la Casa, probablemente Alex lo sepa, o Aggy. –

– Incluso Jamie podría saber, ellos tres son quienes más los conocen. – Dijo Harry girándose hacia el comando de Aurores. – Sigan buscando, cualquier rastro es importante. Iremos a juntar información. Esten atentos a mi llamado. – Pidió levantando la moneda con la que se comunicaban los Aurores. Estaba por desaparecerse, cuando se volvió nuevamente hacia ellos. – Ah, y gracias a todos por venir tan rápido. Aunque no fuera una misión oficial. –

– Ey, Harry. Tú harías lo mismo por cualquiera de nosotros. – Le recordó Cedric colocándole la mano sobre su hombro, sonriéndole.

– Si, lo haría. – Aseguró respondiéndole la sonrisa antes de desaparecerse.

En la Gran Casa Familiar, Marlene y Lily se encontraban sentadas en el sillón, tomándose fuertemente de las manos, preocupadas por sus hijos, aún sin cambiarse la ropa del día anterior, ya que no se habían movido de ahí desde que Félix había huido desaforado detrás de ellos. James y Sirius, por su parte, se encontraban limpiando. Su forma de distraerse. Agatha se encontraba junto a Jamie sentadas en el piso, jugando un juego de cartas con Bessy, quien a cada rato preguntaba por su tío Jhon y si finalmente su corazón había sanado. Alex, quien no podía quedarse quieto, se encontraba creando un híbrido entre sillón y heladera, que tenía a sus tíos ocupados, limpiando detrás de él cada vez que provocaba que el piso se volviera a ensuciar. Todos los demás, excepto Lucius, Regulus, Marinette y los gemelos Prewett, quienes se estaban encargando de relavar a sus sobrinos de sus tareas en la Oficina de Aurores, habían seguido con su día, creyendo que la pareja estaría a salvo ya que los más feroces Aurores de la familia habían salido detrás del exnovio, sin embargo, habían comenzado a aparecerse en la Casa luego del llamado de alerta.

– ¿No hay noticias aún? – Preguntó Remus, angustiado por sus dos ahijados, a su lado, su esposa lucía un cabello corto y gris, clara muestra de su preocupación.

– Estoy segura de que estarán bien, Jhon es muy bueno en hechizos de defensa y Alpha es una Black, y los Black no nos dejamos vencer por estúpidos psicópatas. – Aseguró Regulus mirando fijamente a su hija, a quien el temblor de las cartas en su mano delataba su miedo.

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