Él la atrajo hacía si y Verónica se dio cuenta de que luchaba contra si mismo. Contra sus ganas de irse y sus ganas de quedarse con ella.
-No voy a dejar que te vayas a ningún lado.
Él sonrió, como si ella hubiese apartado todos sus demonios de golpe. Había hablado con esa dulzura que tanto la caracterizaba, pero había verdad en sus palabras, y David se dejó invadir por ella haciendo que la chica ardiese ante el tacto de su piel.
Sus labios estaban a escasos centímetros y respiraban el uno del otro, como queriendo hacer eterno el momento previo a aquel beso que ambos llevaban deseando desde que entraron en esa casa y cada uno se fue a una habitación, ella al baño y él al dormitorio de la chica.
-¿Qué pasa si no quiero irme?-su voz sonó segura y divertida al mismo tiempo.
Una combinación que hizo que el joven se extrañase de sí mismo y de lo que aquella persona provocaba en ella. Verónica lo miró con un brillo en los ojos al tiempo que se quitaba la toalla de la cabeza y su cabello mojado caía despeinado.
-Que no tendré que pegarte yo también.
Él comenzó a reir y Verónica le sonrió, a sabiondas de que jamás le habría puesto una sola mano encima, pero alucinada del efecto que su risa provocaba en ella. El mundo comenzó a tambalearse y a ella no le importó. No le importaba nada mas que aquella risa.
-Me siento aliviado.-se burló él, provocando que ella le diese un suave golpe en su musculado tórax, que de no ser por estar resentido por el dolor de la paliza de la noche anterior, ni tan siquiera lo habría notado.
Ella se percató de ello y simplemente lo abrazó, fundiendo todo su ser con el chico y queriendo protegerlo. Él volvió a sentir rabia de aquel sentimiento que se apoderaba de él. Aquello no estaba bien. Ella era una buena chica, era la mejor de todas. Y él iba a sumirla en un mundo en el que una vez que entras no puedes salir. Apretó los puños con fuerza, pero no se separó de ella. Verónica se percató de su cambio de actitud y simplemente lo observó.
-Me da igual cuantos demonios tengas en la cabeza. Me da igual de donde vengas o a donde vas. Me da exactamente igual ese mundo tuyo que te trae patas arriba. Me da igual todo, salvo que quiero estar contigo.-le agarró el rostro y empezó a besarle la frente.- ¿Me oyes?
-Tengo un problema aún mayor que el hecho de que deba de alejarme de ti.
Ella dejó de besarlo, y se separó un poco de él, pero sus labios seguían rozándose.
-¿Cual?
Él sonrió entre los labios de ella y la atrajo hacia sí, mareándola y haciéndola temblar al mismo tiempo.
-Me encantas, ojos azules. Quiero irme contigo y olvidar todo. Hacer como si la persona que existiese antes de ti no hubiese respirado nunca. Ni hubiese hecho tantas cosas. No sabes nada de mi Verónica, y si supieses lo más mínimo estoy segura de que correrías lo más rápido posible.
Aquella frase le trajo a la memoria la imagen de aquellos ojos celestes blanquecinos y aquel pelo blanco ensortijado. Aquella anciana que la encontró en el instituto y que le dijo aquella frase. La mano de David acariciando su pelo hizo que la olvidase por completo.
-Me da igual.-dijo ella.- Me da igual lo que hubieses hecho antes de mi, David. Me da igual.
Él le mordió los labios.
-El problema es que aún lo hago, y no puedo dejar de hacerlo. Ni mucho menos meterte a ti en medio.
-Dejame entenderte.-le dijo.-Hablame de ti. ¿Donde vives? ¿Qué haces cuando llegas a casa? ¿Quienes son las personas a las que quieres? No se, cualquier cosa donde agarrarme me valdrá.
Él se separó de ella, dejando el frío tras su abrazo.
-Yo no tengo casa. Ni un hogar. Ni un lugar al que llamar así.
Ella se estremeció sin quererlo.
-¿Tienes familia?
David miró al suelo, las baldosas en color marrón adornaban el suelo de la chica. A Verónica le bastó aquello para volver a abrazarlo.
-¿Tienes personas que son importantes para ti?
David volvió a morderse los labios y a mirar a la nada. Antes Jeremie era importante para él, pero ya no estaba ahí, a pesar de seguir vivo. Jota, supuso que ese chico podía ser considerado como su amigo, y Cat, medio sonrió al pensar en ella.
-Supongo que todos necesitamos algo a lo que aferrarnos.
-Las personas que te quieren no te aferran, te sujetan, y hay una enorme diferencia en eso.
David la besó y ambos se tumbaron en la cama. Las palabras de la chica que aún lo miraba fijamente le habían dado de que pensar.
El chico se percató de como aquellos ojos azules se iban cerrando cada vez más. La luz de la farola que entraba por el balcón se proyectaba en su rostro, dándole un matiz angelical que él no podía dejar de mirar. Le acarició la mejilla y le besó en la frente mientras esos ojos azules se cerraban completamente, agotados tras ese largo día.
Si a David le hubiesen dicho hacía una semana que le iba a ser suficiente con dormir con una chica para sentirse bien, que no necesitaría beneficiarse de ella manteniendo una relación sexual, jamás lo habría creído. Pero esa noche, descubrió como era posible, como una simple compañía era capaz de llenarle lo que noches de sexo no habían sido capaz. Ese espacio que había en su alma como una vacío de cosas que para él eran inexistentes pero se habían convertido en auténticas carencias. La miró una vez más, antes de ser presa del sueño.
Este capítulo ha sido normalito. El capítulo siguiente tiene ideas sobre el amor llamando a un amor sano, no a uno dependiente. Uno donde las personas crecen y no se atan. El tipo de amor que todos (si realmente queremos) deberíamos de tener. Sobre el capítulo siguiente a ese, me refiero a dentro de dos capítulos, es un poco fuerte, lo digo por si sois muy sensibles tal vez deberíais de saltároslo. Un besito a todos y gracias por leer.
Instagram: itssarahmey
ESTÁS LEYENDO
Ciudad de niebla© |TERMINADA| (1)
Teen FictionHISTORIA COMPLETA. Primera parte de la saga ciudades. #1 en amar desde el 19/01/2019 hasta el 18/12/2019 #1 en riesgo desde el 20/12/19 al 05/02/20 #1 en narcotrafico 10/07/2019 #1 en chicosmalos 5/10/2019 Italiano de ojos grises y cabello oscuro...