Capítulo 74

2K 826 41
                                    

 El sonido de una ambulancia lo inundó todo. Había pasado justo por al lado de donde estaba el conductor del  coche, y había pasado de largo. Probablemente se dirigiría a la casa de Verónica y ni tan siquiera habría visto el coche de color oscuro que se había chocado contra una señal.

David le tapó la boca al hombre que se resistía debajo de su musculado cuerpo. Una fina niebla comenzaba a surgir en aquel lugar, y la lluvia poco a poco iba desapareciendo ante ella. David apretó el cuello del hombre, para lograr que se mantuviese quieto, y con la otra mano le quitó el pasamontañas negro que llevaba.

Joder.

Paloma a su lado se acercó a él. Y se le quedó mirando al tiempo que el joven miraba asustado a las otras tres personas que se encontraban allí.

-Lo siento. Yo solo obedecía órdenes. No tenía otra opción.-empezó a articular de una forma demasiado rápida. Como si temiese por su vida.- Lo siento. Yo no quería...

-Cállate.-le ordenó David.

Y eso bastó para que el chico hiciese lo que le pedía. Todos conocían a David. Todos sabían de lo que era capaz. David se mantuvo encima de él, y escuchó al otro joven titiritar. Tal vez de frío, tal vez de miedo. David trató de calmarse. Tenia una mezcla demasiado explosiva de sentimientos dentro de él en aquel momento. Se sentía profundamente dolido por la muerte de Sasha, y ahora, profundamente traicionado.

-¡Tú sabías que era su padre!

Fue lo único que fue capaz de decir antes de volver a pegarle otro puñetazo. La ira se apoderaba de él en medio de tanto desconcierto. El chico aguantó el puñetazo. Que David estaba conociendo a una chica de fuera era algo que la mayor parte de los chicos que trabajaban para Maek sabían. Era un secreto a voces. 

-No tuve elección, por favor...-rogó por su vida.

El chico rubio esbozó un gesto de miedo sin poder evitarlo.

-Pensaba que eras mi amigo.

El otro chico contuvo el aliento.

-Lo siento. Cobra...yo...no tuve elección.

David vociferó y volvió a levantar el puño.

-¡Podrías habérmelo dicho!

Verónica contemplaba la escena anonadada. No conocía aquella faceta de David. La violenta. La que era capaz de todo. Jamás se lo había imaginado así, ni cuando se había tratado de imaginar que imagen daría Cobra.

-No quería morir...-gimoteó el otro chico.

El semblante de David era de la más pura rabia. La traición era algo que le había dolido en el alma.

-¿Y no pensaste que cuando asesinasen a su padre investigaría y sabría que habías sido tú?

El chico no pudo aguantar la mirada de David y se mordió los labios. En ningún momento se había tratado de resistir ante David, sabía que eso no le convenía.

-Lo siento.

David se levantó, tratando de calmarse y reprimiendo las ganas de seguir pegándole, recordándose a si mismo que Verónica estaba allí, y que bajo ningún concepto quería que viese mas violencia aquella noche.

El chico rubio se levantó, y posó sus ojos color miel en los grises de David. Por mas de un minuto había pensado que iba a matarlo.

-Bien, ahora vas a contestar a todas mis preguntas, y te juro por lo más sagrado que si te atreves a mentirme, te mataré Dario.

Dario, el chico que entró en el instituto con él para que Paulo ajustase cuentas. El mismo chico con el que se había reído miles de veces. El que trabajaba para Alex y aún así le había hecho mas de un favor. Demasiadas emociones de golpe. Verónica vio como David trataba de aparentar tranquilidad, como volvía a ser la persona inexorable que había conocido hacía unas semanas, como volvía a cerrarse y a ser sumamente serio, y no pudo soportarlo.

Ciudad de niebla© |TERMINADA| (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora