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•Tyler•

Creí que estaba soñando. Sonrío al ver el techo de mi nuevo hogar y notar que todo era real. No puedo quejarme. Mi padre está pagando este departamento el cuál adoro y por fin podré tener la independencia que tanto deseo.

Hoy es el primer día de clases. Entraré a una escuela en donde no conozco a nadie. Acabo de mudarme a una ciudad en la que nunca había estado antes, pero no importa. Estoy muy emocionado, ya que lo más importante es que estoy iniciando una nueva vida.

A pesar de todo lo malo que pasó en los últimos meses me siento feliz... ¿Por qué?... Por todo el cambio que estoy a punto de experimentar. Tengo que dejar atrás al viejo Tyler y tener lo que siempre quise para mi vida. Quiero empezar sin mentiras, siendo yo mismo. Estuve mucho tiempo fingiendo ser alguien que no era para complacer a otros, pero ya no. Es tiempo de complacer a alguien más importante... A mí.

Aún tengo un poco de sueño, pero no es suficiente como para impedir que me levante emocionado por el día que hoy me espera. Me dirijo al baño para tomar una ducha caliente. Dejo que el pequeño cuarto se llene de vapor y me relajo al sentir el agua tibia por todo mi cuerpo. Me tomo un momento para disfrutar la ducha, sin tardarme mucho, salgo para vestirme.

Aún con la toalla en la cintura acomodo algunos cuadernos en mi mochila, entro al armario y busco las prendas que usaré.  Un boxer amarillo, pantalones negros entallados, una camisa blanca sin mangas que lo único que cubre es mi pecho, espalda y un poco de mi cadera, y unos vans floreados.

Me visto sin tardar demasiado y voy a la cocina por un poco de cereal. Mientras desayuno sentado en la barra un poco de melancolía llega a mi. Todo está muy callado, no hay nadie conmigo, estoy solo. Se siente bien y mal. Digo, después de todo es lo que quería, ser independiente. Pero no de la forma en la que todo resultó, prácticamente no tendré a nadie a mi lado, no tengo familia ni amigos con los cuales regresar en vacaciones, nadie que me visite. No puedo evitar sentirme mal, un par de lágrimas escapan de mis ojos.

—Hoy comienza una nueva etapa en tu vida, Ty.— digo mientras me limpio las lágrimas.—  No inicies tu día llorando.

Sé que no fui el hijo perfecto, no lo soy, pero también tengo sentimientos, ¿saben? Me duele separarme de todo lo que conocía, pero esto es lo mejor para todos...

En fin, creo que lo más prudente será irme de una vez a la escuela. Tengo que dejar de pensar en mi pasado, ya no quiero seguir atormentándome con eso.

—Buenos días jóven, ¿Le apetece agua? ¿Subo el aire acondicionado? ¿Quiere poner su música?

Dios, que molesto tipo.

—Buenos días... No gracias, así está todo perfecto.

Tengo que buscar un empleo de medio tiempo si quiero seguir usando este servicio, papá no me seguirá apoyando de la misma manera, aunque no me a dicho nada, lo presiento.

Llegué a la universidad, es realmente hermosa. Tiene un pequeño lago a su costado que se ve increíble. Tenía miedo de perderme pero por suerte habían chicos del campus que te daban un recorrido por toda la facultad.

Éste es mi salón. Ya habían muchos chicos adentro y unos cuantos más entraban antes que yo. Alzo la mirada y veo a mi primer profesor del curso, es el más guapo de todos, lo sé, no necesito ver a los demás. Tiene el cabello amarillo, usa una camisa lisa color púrpura ajustada que deja ver su marcado cuerpo, corbata negra, pantalón blanco y su sonrisa forman el conjunto perfecto.

No llevo ni un minuto en su clase y ya es mi preferida. Este hombre es muy guapo, no se ve muy grande, ¿Cuántos años tendrá? ¿Veinticinco? ¿Tendrá novia... O novio?

Por favor Dios de los homosexuales, que sea gay, bisexual o mínimo heteroflexible...

Comenzó a hablar. Su voz es tan sexy que eriza mi piel, es profunda y rasposa. Mi mente vuela muy rápido y lo imagino hablándome al oído mientras lo hacemos. No creo ser ni el primero ni el último que fantasea con este hombre... Como no hacerlo...

Pidió que nos presentaremos y dijéramos algo interesante de nosotros, sin rodeos dije que era gay. Quería ver cuál era su reacción, y gracias a Dios fue muy amable conmigo.

Genial, tiene la mente abierta...

Durante toda la clase no le quité la vista de encima, podía ver como me miraba de reojo y eso me gustaba. La clase finalizó y todos salieron del salón menos él y yo...

—Un gusto conocerlo, señor Dun.— Me acerqué a él para estrechar su mano. Me dió un escalofrío cuando sentí su fuerza.— Cualquier cosa que necesite de mi, de igual manera, no dude en pedirlo.— dije sintiendo su nerviosismo y salí del lugar, no sin antes regalarle mi mejor sonrisa.

Lo puse nervioso, eso es buena señal. Les mentiría si les dijera que no me gusta mi profesor. Es deseo a primera vista, quiero intentar seducirlo. Digo, al fin y al cabo que no es la primera vez que lo intento, la diferencia es que ahora no tengo a nadie que me detenga.

Espero y el señor Dun no tenga pareja, no quisiera ser el causante de una ruptura amorosa.

SEDUCTION [Joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora