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•Tyler•

Desperté tan pronto sonó la alarma de mi celular. Los rayos del sol se escabullian por las rendijas de las persianas, provocándome un pequeño, pero pasajero, dolor de cabeza.

El silencio en la habitación era abrumador. Concentrarme en él, solo reafirmaba mi soledad, y no era algo que me gustara sentir. Así que me levanté en un solo movimiento, tratando de alejar la ansiedad de mi ser.

Froté mi rostro una y otra vez con mis manos. Buscando deshacerme del estado somnoliento en el que me encontraba por haber despertado demasiado temprano.

Me senté en la esquina de mi cama, y reacomodé las ideas de mi cabeza. Debía replantear la situación en la que me encontraba, así sabría cuál sería mi siguiente movimiento.

El sábado por la tarde, Josh vino a dejarme al apartamento y, para su mala suerte, Nick estaba afuera del edificio esperando por mí.

Eso me hizo recordar la conversación que había tenido con Josh. Estuve a punto de decirle que lo amaba.

Negué al recordarlo.

Me sentía como un idiota. A pesar de que tenía sentimientos hacia mi profesor, no estaba seguro de amarlo. Sólo me dejé llevar por el momento.

«Sí, eso fué».

De cualquier manera, no tenía caso seguir pensando en lo mismo. Él tampoco sentía nada de eso por mí.

Noté como cambió la conversación tan pronto se dió cuenta de mis intenciones. Y no estuvo mal, por el contrario, me recordó que él nunca me correspondería de esa forma.

Después de todo, fué un acierto el pedirle a Brendon ese favor. Así Josh sentiría lo mismo que yo sentí al verlo besar a su esposa. Solo recordar sus celos me provoca una sonrisa.

Ambos eran muy predecibles. Contaba con que Nick estuviera en mi departamento, esperando como perrito faldero a que llegara; y con que Josh se molestara tan solo porque él estuviera ahí.

De esa manera aseguraba dos cosas: Primero, que Josh no me diera por hecho. Al ver que tenía más opciones aparte de él, cuidaría mejor lo nuestro; Y segundo, que Nick no perdiera el interés por mí. Él era un gran partido y, si terminaba lo que tenía con mi profesor, sería mi segunda opción.

Estar tanto tiempo en la casa de Josh me había suavizado, provocó que me apegara demasiado a él y a su hijo. Tan solo pensar en ellos provocaba que los extrañara, y esa no era buena señal. Me hacía sentir débil, vulnerable, y no quería volver a pasar por lo mismo otra vez.

Quizá, la distancia que había puesto su esposa entre nosotros, era lo mejor que me podía pasar. Así podría recuperar mi voluntad, mi personalidad, pensar solo en lo que me convenía a mí.

Salí de bañarme, solo con una toalla enrollada en mi cintura y me dirigí al armario, para buscar la ropa que llevaría a la universidad.

Me vestí con una playera transparente color negra (que dejaba ver todo mi cuerpo desnudo), una chaqueta de cuero blanca (para ocultar la piel de mi espalda y un poco de mis pezones), un pantalón rasgado de mezclilla, y unos converse blancos.

Antes de salir de mi habitación, me puse una gargantilla negra con encajes femeninos, y un poco de loción (olía a una combinación entre pera, vainilla y jazmín). Tomé una foto para Instagram y bajé demasiado rápido, ya que el Uber me estaba esperando.

Al entrar al campus, inmediatamente sentí las miradas de todos sobre mí. Algunos chicos me silbaban, me lanzaban besos y coqueteaban. Mientras que otros, solamente bromeaban entre sí.

SEDUCTION [Joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora