SEDUCTION [Joshler]

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•Josh•

Después de cuarenta minutos de viaje, por fin llegamos a la casa de mis amigos. Desde que se habían casado nunca había podido venir a visitarlos. Mi hijo, el trabajo y Debby consumían todo mi tiempo.

En retrospectiva, y tomando en cuenta lo mareado que estaba y lo bien que me sentía ahora, llegué a la conclusión de que, tal vez, había sido muy imprudente al manejar en estado alcohólico.

Los remordimientos y la vergüenza comenzaban a surgir al recordar cómo había tratado a Tyler. Tenía que hablar claramente con él, pero esta vez sin bromas, sin alcohol, sin tensión sexual... Aunque, antes de que eso pasara, primero tenía que acomodar mis ideas.

Entramos a la casa, Louis se dirigió a la cocina para alimentar a sus gatitos, mientras que Harry entraba corriendo al baño. Yo, por otro lado, inspeccionaba un poco el lugar donde me habían dejado. Caminaba de un lado a otro por toda la sala, viendo las fotografías y decoraciones que los chicos tenían.

Las luces que había por toda la casa eran tenues, combinan perfectamente con los colores perla, crema y café que adornaban las paredes. El suelo era de madera rústica, al igual que algunas estanterías que los chicos tenían. Todo se apreciaba muy puro, de época antigua, era completamente el estilo de Louis. Realmente le había puesto empeño a su hogar... «Me alegro por él». Pensé, sonriendo con un poco de nostalgia.

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Harry y yo estábamos sentados frente a frente en la sala. Mi amigo me miraba pensativo, sin decir nada aún. Parecía de esos policías que quieren saber todo de tí con solo mirarte, y eso me ponía nervioso.

—¡Ya! ¿No piensas decir nada?— le pregunté algo desesperado.

—El que nos llamó fuiste tú. Te escuchabas muy mal, aún te vez un poco ebrio... ¿Es por el chico, cierto?

—Toma...— dijo Louis, ofreciéndome una taza de café.— Está algo cargado, pero es para que te sientas mejor.— agregó con una sonrisa, sentándose a lado de su esposo.

Tomé un poco del café, haciendo una mueca por lo fuerte que estaba. Miré de reojo como Styles estaba esperando, aún, mi respuesta.

—Sí, es por él...— exhalé, sacando todo el aire contenido en mis pulmones.— No sé que hacer, chicos... Creo que me gusta... Y... No puedo evitar sentirme una basura por eso.— confesé al fin, soltando un par de lágrimas. Aunque me costara admitirlo, se sentía bien decírselo a alguien.

—¿Era el chico que se quedó cuidando al pequeño Chris?— preguntó Louis, con algo de curiosidad, y yo asentí.— Es lindo.— dijo sonriente, luego de pensar un poco. Harry le dió un pequeño golpe en el brazo.— Ay, perdón. Yo solo decía...

—Si es lindo o no, ese no es el problema.—  comenzó a hablar Harry.— El problema es que es tu estudiante y tú tienes ya una familia... ¿Estás dispuesto a perder todo eso por una calentura?

—No, yo no...— comencé a hablar pero Harry me interrumpió.

—¿Por qué no te alejaste de él como te sugerí?— preguntó algo serio.— ¿Por qué lo metiste en tu casa donde eres más vulnerable?

Bajé la mirada sin decir ninguna palabra. Él tenía razón.

—¿Lo quieres?— preguntó Louis.

—Yo... No sé qué es lo que siento por él. Son muchas emociones en mi cabeza, muchas cosas que siento a la vez... No sé diferenciar nada ahora mismo.— respondí siendo lo más honesto posible.

Con cada palabra que salía de mi boca, sentía un peso menos en mi conciencia. Hablar sobre mis problemas con mis mejores amigos, de cierta manera, me ayudaba a sobrellevarlos, aunque ellos no estuvieran de acuerdo conmigo.