SEDUCTION [Joshler]

52

•Josh•

Guardé la maleta de Tyler en la cajuela, y subí al auto sin voltear a la entrada, puesto que, seguramente, Debby estaría viendo cada movimiento que hiciéramos.

El hecho de que Tyler no dijera nada me tenía un poco nervioso. Hacía ya media hora desde que habíamos salido de mi casa, y el castaño no dejaba de evadirme con su celular.

No sabía que hacer, o decir, para romper con el silencio, me estaba enloqueciendo. Tyler había sido muy amable y simpático con Debby, pero, en cuanto nos quedamos solos, el chico cambió su estado de ánimo por completo. Parecía alguien totalmente distinto.

Talvez la amabilidad que había tenido con mi esposa era una cortina de humo, y no lo supo sobrellevar tan bien como me lo había imaginado.

—Ty, ¿Podemos hablar?— pregunté, haciendo que volteara a verme. Guardó el celular en su bolsillo derecho.

—Claro.— contestó encogiéndose de hombros.

Tenía el ceño fruncido, con la vista hacia el frente. Sus labios estaban tensos, como si evitara decirme algo.

—¿Cómo te sientes, Ty? Con lo que acaba de pasar, ¿Estás molesto conmigo?

—¿Qué? Claro que no, Joshie.— respondió sonriente, con voz quebrada.

Escucharlo decir eso me quitó un peso de encima. Tenía miedo que al llegar Debby arruinara lo nuestro. Sin embargo, sabía que escondía algo más.

—Entonces, ¿Por qué me estás evadiendo? ¿Qué te pasa, cariño?— pregunté, apretando ligeramente su mano izquierda.

Tyler no dijo nada.

Volteé para verlo un momento, y noté como había bajado la mirada, tratando de ocultarme sus ojos cristalizados por las lágrimas que comenzaban a aparecer.

Una extraña sensación comenzó a presionar mi pecho con fuerza, dificultándome respirar; se veía tan fuerte y tan vulnerable a la vez. Todo era mi culpa, y me detestaba por eso.

—¿Qué pasa, lindo?— volví a preguntar, estacionando el auto en una calle poco transitada.— Me mata verte así.— agregué,  para después abrazarlo con fuerza.

Me negaba a soltarlo. Quería transmitirle todo lo que él significaba para mí. No dije nada más, solo me dispuse a acariciar y oler su castaño cabello, con delicadeza (Era un nuevo hábito que había adoptado y me encantaba hacer).

De inmediato, escuché como comenzó a llorar, soltando todo lo que tenía guardado. Sentía como sus lágrimas humedecían mi pecho poco a poco.

Se formó un nudo en mi garganta. No podía decir o hacer algo para tranquilizarlo. Me sentía desarmado, impotente. Había lastimado a Tyler y no podía deshacerlo.

—Fue muy difícil, Joshie.— dijo entre sollozos.— Creí que no me importaría verlos juntos, pero no fué así...

Odiaba verlo llorar de esa manera, y esta vez, yo era el responsable de que lo hiciera. Parecía un cachorrito herido, totalmente desprotegido y sin ánimos de luchar por su supervivencia.

Estaba molesto conmigo mismo. Si había algo que no me perdonaría, sería haber lastimado a tan lindo ángel.

«¡Soy un completo imbécil!»