Después de esto, creo que le deje muy en claro a Josh que no me voy a rendir con él, lo quiero solo para mí. Anoche me tomó como suyo, no le importó nada más que su deseo, descubrí esa parte oculta en él (su lado rudo y pasional), y me encantó.
Recordar su brusquedad, lo rudo e insaciable que era en la cama, no hacía más que excitarme y querer más de él. No me importaba que, ahora mismo, no pudiera ni sentarme del dolor. Josh tenía razón, nunca había estado con un hombre como él, y es por eso que no lo apartaría de mí.
Faltaban veinte minutos para que Chris entrara al kinder, íbamos con tiempo de sobra. Josh subió al pequeño en la parte de atrás, ajustando su sillita de protección, y yo me subí en la parte del copiloto. Nadie decía nada, el viaje se estaba poniendo un poco incómodo, y entonces Chris habló.
—Oye papi...— Dijo sin despegar los ojos de su iPad, tratando de llamar la atención de Josh.
—¿Sí? ¿Qué pasó, campeón?— respondió éste, mirándolo de reojo por el espejo retrovisor.
—¿A qué juegaban anoche tú y Ty?— preguntó con curiosidad.— Etaban guitando y apaudiendo muy fuerte.
«Josh frenó de golpe»
—Nosotros no... No...— Josh no sabía que decir, así que lo interrumpí.
—Estábamos jugando un juego de adultos.— Chris me miró algo confundido.— Son como luchas, pero solo la gente grande lo juega.
—Oh, ¿Y po qué no juebas así con mamy?— preguntó el pequeño a Josh.
—Porque es un juego de hombres.— respondí inmediatamente.— Es muy rudo...— si no controlaba a ese pequeño, nos terminaría dando problemas.— Pero olvida eso, ¿Vale?, Es algo sin importancia. Sigue viendo tu videito.
Cuándo llegamos a la escuelita, ambos bajamos del auto para despedir a Chris. El menor nos dió un besito en la mejilla a cada uno y sé fue corriendo por el pasillo que daba su aula, contento, tratando de alcanzar a su amiguito.
⏳
—No sé qué haré contigo...— soltó Josh, rompiendo el silencio incómodo que se había formado camino a la universidad.
—Puedes hacerme lo que quieras. Creo que ya quedó claro.— respondí sonriendo, tratando de tomar la situación con humor.
—No estoy bromeando, Tyler. Lo que hicimos... Mejor dicho, lo que hice...— corrigió apenado.— Es muy grave. Me pueden despedir por involucrarme con un estudiante. Me quitarían mi cédula profesional, puedo lastimar a mi hijo, a Debby, a más de una persona si no detengo esto, incluyéndote a ti.
—Pero eso solo pasaría si yo dijera algo, o alguien se enterara, pero dentro de tu casa solo somos tú y yo. No hay nadie, a parte de tu hijo, que pueda saberlo. Y con Chris seremos más cuidadosos.
—Exacto. Nada pasará mientras tú no digas nada. Y es lo que temo. Qué te sientas con cierto poder sobre mí.— volteó a verme directo a los ojos, como si tratara de descubrir mis intenciones.— Eso explicaría tu repentino cambio conmigo.
—No Josh, yo no sería capaz de...— comencé a hablar, pero Josh me interrumpió.
—¿Qué pasará si me niego a tener un romance contigo? ¿Me vas a acusar con la escuela? ¿Le dirás todo a mi esposa?— me cuestionó, estando un poco a la defensiva.
—¡No, Josh. No digas eso! ¿Me crees capaz? Primero me haría daño antes de siquiera pensar hacerte daño a tí.— había algo de verdad en lo que decía. No sabía si era amor, obsesión o adulación, pero lo que fuese que sintiera, me impedía lastimar a Josh. Al menos no intencionalmente.
—No, no te creo capaz de eso, Ty. Pero tampoco te creía capaz de muchas cosas que has hecho en las últimas horas, y, lo cierto es, que ya no sé en qué pensar.— dijo estando un poco más calmado.
—Yo también no te creía capaz de muchas cosas, y realmente me sorprendiste.— dije sonriendo. Tomé a Josh del muslo derecho mientras conducía. Acercándome discretamente a su entrepierna.
—Ty, basta, no sigas con esto por favor...— me pidió, poniéndose tenso, tratando de ignorar lo que hacía.
—Me preguntaste, qué pasaría si te negaras a tener un romance conmigo... Tranquilo, no pasará nada. Pero... ¿No quieres tenerlo? Yo estoy dispuesto darte lo que Debby no te da, Joshie.— dije con voz melosa, mientras le acariciaba la entrepierna. Noté como bajo la velocidad del auto para estacionarse en una esquina.
—¡Tyler, ya fue suficiente!— dijo quitándome la mano de dónde la tenía.— ¡No te amo! ¡Solo siento deseo por tí!, ¿No entiendes?, Nunca dejaría a mi familia por tí..! Mi familia siempre estará primero.
—Entiende que no quiero separarte de tu familia, Joshie...—«Al menos no por ahora».— Con que sientas deseo por mí es más que suficiente...— dije, volviendo a masajear su entrepierna.
—Tyler... No quiero hacerte daño, entiende que es por tu bien.— repitió Josh, en un débil intento por hacerme cambiar de opinión.
—Ya que no contestaste a mi pregunta, hagamos esto...— dije tratando de desabrocharle el pantalón.— Solo quiero hacerte sentir bien, Joshie... Si tú no quieres lo mismo, detenme... Pero sí quieres esto tanto como yo, no digas nada y solo disfrútalo... Daddy.
Volteé a verlo, tenía los ojos cerrados. Su expresión era confusa. Apuesto que ni él sabía lo que realmente quería, pero yo intérprete su silencio como algo positivo, y traté de ayudarle a despejar su mente.
Metí mi mano por debajo de sus boxers, y saqué el miembro (que ya estaba semi-erecto por los masajes que previamente le había dado).
Sin pensarlo mucho, metí toda su masculinidad por mi boca, chupando de arriba a bajo, dejandola toda mojada con mi saliva. Noté como el cuerpo de Josh se tensó tan pronto sintió lo húmedo de mi boca tocar su erección. Este era el primer contacto sexual que tenía con él estado sobrio.
Sentí como su miembro crecía, cada vez más. Al grado de no poder metérmela completa. Poco a poco Josh se fué relajando. Oía sus pequeños gemidos cada que pasaba mi lengua por la punta de su masculinidad.
Ambos estábamos disfrutando del momento. La sensación de complacer a un hombre maduro se me estaba volviendo adicción. Cada vez iba más rápido, chupando y lamiendo todo el tronco de su erección, desde la punta hasta la parte donde conectaba con el abdomen. Josh jadeaba cada vez más, sentía como faltaba poco para que acabara.
Cuándo estaba apunto de terminar, me tomó de la cabeza y me empujó contra él, terminando muy dentro de mí garganta. Poco me importó que casi me ahogara, escuchar esos gruñidos del final, acompañados de jadeos involuntarios, bien valió la pena.
—Gracias por el desayuno. — dije bromeando, mientras me limpiaba la boca.— Será mejor que nos demos prisa, faltan cinco minutos para entrar a clases.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
👌🏻👈🏻👌🏻👈🏻👌🏻👈🏻👌🏻👈🏻👌🏻👈🏻👌🏻👈🏻👌🏻👈🏻👌🏻👈🏻
Holi, sí alcancé a publicar hoy!🙆🏻♂️
Espero que les guste el capítulo. Qué tengan un feliz inicio de semana. Cualquier falta de ortografía, me dicen.👀💕
No se olviden de votar, comentar y seguirme. Eso me motiva a seguir escribiendo. Gracias por leer.❤️