•Tyler•
Perfecto, todo salió como esperaba. Es una suerte que Josh tenga un plan para resolver el inconveniente de mis horarios, honestamente, no había pensado en ello.
Sentía un cosquilleo en el cuello causado por Josh. Me llevaba caminado hacia la heladería con su brazo rodeando mi espalda, y sujetando mi hombro derecho. Cualquier señal de afecto o cumplido viniendo de él, se sentía tan bien. «Me dijo lindo», me es inevitable no sonreír.
Es increíble como en tan poco tiempo pudo crear una especie de afinidad conmigo. Puedo ver en sus ojos que la preocupación que siente por mí es genuina. No entiendo su altruismo. Quizá así sea su forma de ser, o talvez se sienta atraído a mí, o puede que sea simple lástima. No lo sé, pero prefiero pensar en lo segundo.
Al llegar al local, Josh me ordenó, sin ser demasiado imperativo, que me quedara en una de las mesitas blancas con sombrillas verdes del lugar, en lo que él iba por nuestros helados.
Ese tiempo a solas bastó para contemplar, al menos por un momento, lo que estaba haciendo. ¿En realidad iba a hacer eso? ¿Me entrometería en su vida, solo porque me gusta?
Había algo en mí interior que quería detenerse, una parte de mí que deseaba no cometer los mismos errores del pasado. Sin embargo, Josh había pasado de ser un simple gusto a generar mi interés. Quiero averiguar hasta donde puedo llegar, esta vez seré más cuidadoso.
Cuando alcé la mirada, puede ver a Josh caminar hacia mí, limpiando el helado que se escurría por su mano con la lengua.
—Toma, sé que te gusta el chocolate, pero tienes que probar el helado de vainilla.— esbozó una sonrisa, esperando que probara lo que me había traído. Se veía tan lindo. Me le quedé mirando un momento, y él arqueó las cejas, insinuando que probara el helado.
—Oh, lo siento— lamí un poco.— Mmm, tienes razón Josh, está delicioso.
—Te lo dije, Ty. Tengo excelentes gustos.— dijo dándole otra probada a su helado.
—Eso espero...— solté sin pensar. Josh me miró un tanto confundido— Pero dígame, ¿Cómo solucionaremos el asunto de los horarios?
—Verás...— lamió el helado.— Lo que yo no quería es que mi hijo se quedara en la guardería del kinder hasta que yo llegara a casa. Él tiene 3 años y medio, termina sus clases a las 12, tú lo más tarde que sales es a la 1, ¿Cierto?— asentí, escuchando atento.— Perfecto, así solo se quedaría una hora esperándote. Yo llego a casa como a las 4, y estado ahí, solo me ayudarías a entretener al niño en lo que yo termino los deberes. Te iríamos a dejar a tu departamento, por eso no te preocupes. ¿Qué te parece?
—Me parece excelente... Hasta pareciera que lo estuvo planeando todo este tiempo.— sonreí, tratando de sonrojarme.— ¿Cuándo empezaría?
—Eso es lo complicado, a mi esposa y a mí nos urgía una niñera...— hizo una pequeña, pero significativa pausa— ¿Tienes algo que hacer mañana? Necesito que te quedes en mi casa.— «Okey, eso no lo veía venir.» El rubor en mis mejillas esta vez salió naturalmente.
—No... Digo sí... Sólo su tarea. Pero, ¿Porqué tengo que quedarme?
—¿Dejé tarea? Bueno, ese no es problema. Lo puedes hacer hoy en la noche, o mañana te ayudo si tienes dudas.— dijo ofreciéndome una descuidada sonrisa, ignorando por completo lo que me hacía sentir.— Necesito que te quedes en casa, uno, porque tengo mucho trabajo y no podré estar al pendiente de mi hijo, ya que mañana mi esposa se irá a un viaje de negocios por la tarde. Dos, porque el lunes iremos a dejar a mi hijo al jardín de niños, para que sepas a donde ir por él y para que la maestra sepa que tú irás por él. Y tres, para que mi esposa e hijo te conozcan. Así mañana, al ir por el pequeño Chris, te tendrá más confianza. ¿Te parece?
—Claro, me parece perfecto, aunque me da mucha pena con usted.— conteste, con un poco de sinceridad en mis palabras.— Pero entonces, ¿Me manda su dirección por mensaje? ¿Cómo a que hora quiere que vaya?
—Mañana paso por ti a tu apartamento. Hoy en la noche te digo como a que hora iré. Tengo que preguntarle a mi esposa a que hora se irá, para llevarte una hora antes. Así los presento, para que te de el visto bueno, ¿Te parece?— asentí, con una sonrisa tímida.— De acuerdo, entonces acábate ese helado, y vámonos, te iré a dejar a tu casa.
🕟
El hecho de conocer a su familia me ponía incómodo, no sabía como sentirme; sí culpable, satisfecho, o abrumado con la situación... Como sea, igual ya lo había hecho. «Tengo que seguir con mi estrategia hasta conquistar mi objetivo».
Todo el camino regreso a casa, Josh me fue contando historias de su hijo. Se veía lo mucho que lo amaba. Según él, ese niño era el más lindo, amable y noble del mundo. «Eso espero, porque todos los niños con los que he estado son una molestia».
Al llegar a la entrada del edificio dónde vivía, vimos a un chico sentado en la banqueta. Estaba con un peluche y un ramo de flores. Era Nick.
—Mira, ahí está Nick...— dijo el profesor, saludando al chico.— ¿Quedaste con él?
—No, creo que tiene la costumbre de aparecerse sin avisar.— dije, abriendo la puerta aún sin salir.
—Es un buen chico, se ve que le gustas.— dijo arqueando una ceja.— No le rompas el corazón, eh. Es alguien a quién aprecio.—Sonreí, con un poco de culpa. «No le aseguro nada...» — Bueno, entonces te veo mañana. No hagas esperar a tu pretendiente.
—Si Josh, hasta mañana...— le di un beso en la mejilla, no se lo esperaba. Pude ver como se sonrojó.— Gracias por todo.— Salí del auto y caminé hasta donde estaba Nick.
Josh nos vió por última vez antes de irse. Sonriente, se despidió moviendo la mano, y nosotros correspondimos al saludo.
—¿Qué hacías con Josh?— preguntó Nick de forma amable.
—Nada importante. Me consiguió trabajo... ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?— bajó la mirada, apenado.— No me malentiendas, quiero decir, ¿A qué debo tu hermosa visita?— corregí sarcásticamente, provocando que sonriera.
—Venía a verte, ¿Estás ocupado?
—No, claro que no, ¿Eso es para mí?— señalé el par de obsequios en su mano.
—¡Claro...! Verás, ví este osito cuando venía de camino y me acordé de ti— dijo, mordiéndose el labio inferior.
—Eres muy tierno, Nick. Pero... ¿Por qué los chocolates?
—Porque después pasé por una dulcería y...
—Déjame adivinar...— rodé los ojos con una sonrisa coqueta.— Te acordaste de mí.
—¡Exacto!— respondió sonriendo, achinando los ojos.
Me ofreció los obsequios y me dió un pequeño beso en la mejilla.
—Si sigues así, me vas a mal acostumbrar.— tomé su mano y lo encaminé a la entrada.— Vamos a dentro, guapo.
Definitivamente, no tenía ánimos de estar con Nick esa tarde. Pero ya estaba ahí, y con regalos para mí, así que no podía echarlo. Me siento muy culpable por darle alas, pero no sé que pase con Josh, y, si no funciona, no quiero quedarme solo.
🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇🐇
Hola, gracias por leer. Espero y les guste. Si hay errores de ortografía, me dicen.❤️
Pd: Les agradecería si me regalan un voto y, si aún no me siguen, háganlo. ;)

ESTÁS LEYENDO
SEDUCTION [Joshler]
FanfictionDónde Tyler es un chico oportunista e insolente de 18 años y Josh su profesor casado de 32...