SEDUCTION [Joshler]

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•Josh•

—¿Y esa sonrisa?— preguntó Debby, en cuanto me vió entrar a la sala.— Me alegra que cambiaras de humor. Habías estado muy serio todo el fin de semana.— continuó hablando mientras caminaba hacia mí, para después darme un corto beso en los labios.

No se sintió bien besarla.

Me hacía sentir culpable. Ya que además de prometerle a Tyler que no tendría ningún tipo de afecto con ella, a mi esposa, le acaba de ser infiel con mi estudiante.

Aunque acababa de hacer algo malo, no podía evitar sonreír al recordar lo que había pasado en la escuela. El beso de mi esposa no había borrado la sensación que me habían dejado los besos de Tyler.

—No sonrío por nada en especial.— mentí.— Es solo que hoy fué un grandioso día en la universidad.— traté de evadirla un poco con mi respuesta.

—Me alegra saber que te apasiona tanto tu trabajo, cariño. Que eres feliz con lo que haces— dijo mirándome a los ojos con una sonrisa, mientras recargaba sus brazos en mi hombro.— ¡Eres tan parecido a mí!

Le correspondí la sonrisa tratando, con todas mis fuerzas, de no rodar los ojos y reírme en su cara.

No sabía como le hacía para lograr que todo girara alrededor de ella. Era una característica que, aunque podría parecerle molesta a alguien, a mí me resultaba graciosa.

—¿Dónde está Chris?— pregunté al notar la ausencia de mi hijo.

—Dormido en su cuarto. No sé que mosco les picó a ambos. Se comportaron muy raro todo el fin de semana. Deberían estar contentos por mi regreso, pero han estado muy desanimados...— Encogí los hombros, mostrando desinterés. Debby se miraba pensativa, como si tratara de adivinar lo obvio... Tanto mi hijo, como yo, extrañábamos a Tyler.— En fin, lo bueno es que tú ya estás bien. Quizá en la noche podríamos divertirnos un poco.— sonrió mirándome de forma coqueta.

Sabía a lo que se refería pero, aunque hace unos meses estaría brincando de felicidad por su insinuación, yo ya no sentía esa clase de atracción por ella... Yo ya tenía a alguien más.

—Me encantaría Debs, pero tengo mucho trabajo que hacer. Creo que me desvelaré un poco.— es la segunda mentira que le decía. A este ritmo, me convertiría en un mentiroso compulsivo.

—Entiendo, igual será en otra ocasión. Lo importante es que estamos juntos, ¿No es así?.— sentí una punzada en el pecho. Traté de mostrarle una sonrisa genuina, pero el nudo en mi garganta lo imposibilitaba un poco.

—Claro Debs. Ahora si me disculpas, iré a darme un baño.

«¿Por qué se comportaba así? ¿Por qué ahora?»

Justo cuando encuentro la felicidad en alguien más, de repente a ella se le ocurre regalarme un poco de su cariño.

No sabía como reaccionar. Que hiciera eso, solo me hacía sentir la peor persona del mundo.

¿Lo era por no querer separar a la familia de mi hijo? ¿Por tratar de equilibrar mi felicidad con mi responsabilidad de padre?

No, no era malo por eso, pero sí lo era por no ser sincero con ella, por engañarla a sus espaldas, por ser tan cobarde como para mirarla a los ojos y decirle todo lo que ocurre.

🚿

Traté de no pensar más en ello. Me dirigí al baño, me despojé de toda mi ropa sucia y tomé una rápida ducha caliente.

Me sentía algo sucio por el encuentro que había tenido con el castaño, y no quería levantar ningún tipo de sospechas, así que limpié hasta el último rincón de mi cuerpo.