—¿Listos para irnos?— dijo Josh cerciorándose que el cinturón de Chris estuviera puesto correctamente. El niño iba en la parte de atrás, y yo iba de copiloto. Ambos asentimos a su pregunta.— Perfecto, la maestra se sorprenderá de verte llegar a tiempo, campeón.— agregó, soltando una pequeña risa al final.
Por suerte, la escuela no estaba muy lejos de su casa, así podría llegar sin problemas cuando viniera por su hijo. Cuando llegamos, Josh, amablemente, abrió mi puerta para ayudarme a bajar, para posteriormente bajar al pequeño Chris.
—Vamos, campeón.— dijo tomando su mano. El pequeño, encantado la tomó.
—Vamosh...— se dirigió a mí, ofreciéndome su pequeña manita. Yo sonreí ante el acto, y le tomé la mano.
Su escuela era muy pintoresca, era como un jardín de niños cualquiera: con juegos, paredes pintadas con personajes de caricaturas, y con maestras demasiado amables para ser reales.
Cuando llegamos al salón del pequeño Chris, el menor entró corriendo para ir con otro niño, «supongo que era su amigo».
—Señor Dun, buenos días.— saludó la educadora que estaba en la puerta del salón.
—Buenos días, maestra.— respondió Josh.—Disculpe, mi esposa ya no podrá venir a recoger al niño, pero en su lugar vendrá esté joven por él, se llama Tyler.
—Claro, no hay problema. ¿Es su hermano menor? ¿O cómo lo regusto?— preguntó la señorita, apuntando en una libreta.
—No, no. Regístrelo como su niñero— corrigió de inmediato.
—De acuerdo, qué tengan un lindo día.— dijo la maestra, despidiéndose con una sonrisa.
—Grácias, igualmente.— contestamos casi a la par.
⏳
De camino a la escuela, Josh me iba preguntando cosas triviales para que nos conociéramos mejor.
No tenía idea de lo mucho que nos parecíamos en gustos personales: a ambos nos gustaba la música clásica, nos gustaban las mismas series, algunas películas y ambos odiabamos las bananas. Aunque también diferíamos en muchas cosas...
—No puedo creer que prefieras El señor de los anillos, que Harry Potter.— dije rodeando los ojos.
—Pero, ¿Cómo no hacerlo? Tiene mejor trama, mejores villanos, y sus libros son increíbles?
—¿Hay libros de eso?— Josh asintió, orgulloso.— Dios, sí la película me hizo dormir, no quiero imaginarme el libro.
—Es que es demasiada información para un niñito como tú.— dijo sonriendo, apretando su lengua con los dientes. Se miraba tan lindo.
—O talvez Harry Potter es demasiado nuevo para un señor como usted.— dije soltando una tierna risita, o al menos eso pretendí.
—Oye, solo te llevo catorce años. Pero bueno, mejor ya no hablemos de eso. Yo sé que el señor de los anillos es mejor.
—¿Si quiera ya viste Harry Potter?— pregunté arqueando las cejas.
—No, pero no es necesario. He leído muchas críticas.— dijo antes de llegar al estacionamiento.
—Pero no puedes formar tu criterio a raíz de otros. Algún día tenemos que velas. Estoy seguro que a Chris le encantarán.— contesté, quitándome el cinturón de seguridad.
—Ya veremos, Tú... Tendrás que convencerme.— dijo sonriendo, para después salir del auto.
Cuando estábamos por entrar a la facultad, pude observar al chico que le estaba coqueteando a Josh el otro día. Nos miraba fijamente, seguramente nos vió llegar juntos.
—Cielos Joseph, ¿Eso que huelo es una loción o solo es tú aroma natural a zorra?— dijo con una estúpida sonrisa, ignorando que Josh estaba ahí.
—No sé de qué hablas, quizá sea tu aliento.— respondí sin voltear a verlo.— Nos vemos en clases, Frentón.— El chico se quedó haciendo una rabieta.
—Ty, no busques problemas con ese chico, ¿quieres? No quiero que te reporten o algo.— dijo Josh con una voz serena.
—No te prometo nada, Josh, pero haré mi mayor esfuerzo.
—De acuerdo Ty, te veo más tarde en clases.— dijo despidiéndose, ya que la clase que tenía con él, la tomaba de 11:00 a 01:00.
Cuando llegué al salón ya estaba casi lleno. Me senté en el lugar de siempre, y esperé que comenzaran las clases.
Antes de que el profesor cerrara la puerta, entró aquél fastidioso chico. Estaba buscando otro lugar, pero, para desgracia de ambos, el único disponible era a mi lado.
—No por favor. ¿Tendré que estar a lado de la zorra?— dijo lo suficientemente fuerte para que algunos compañeros lo escucharan y rieran, pero lo suficientemente bajo para que el profesor no oyera nada.
—Si quieres te cambio el lugar.— Ofreció Dylan, amablemente.
—Oh no cariño, no sería justo que te hiciera eso. Mira que, ¿obligarte a aguantar su presencia?— susurró señalándome un tanto sobre-actuado, haciendo una mueca de asco.— No me lo perdonaría.— rodeé los ojos.
—Enserio, no es ninguna molestia.— dijo un tanto confundido por el comportamiento del frentón.
—Claro que lo es, no tienes porqué sacrificarte por mí.— continuó hablando.— Lo que sí puedes hacer es invitarme a salir algún día, guapo. Soy Brendon.— dijo extendiendo la mano.
—Dylan, mucho gusto.— respondió el chico un tanto apenado, estrechando su mano.
—¡Que manos tan grandes! ¿Es cierto lo que dicen?— preguntó Brendon en tono coqueto.— Como sea... El gusto es mío, cariño.
—Lo bueno que la zorra era yo.— dije en tono irónico.
Brendon estaba por contestarme, pero el profesor inició con la clase.
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Hola, ¿Aún siguen ahí? Mil disculpas por desaparecer por tanto tiempo. Pero en estos meses me ha pasado de todo. Entre la universidad, viajes, enfermedades, y golpes a mi autoestima, he estado muy abrumado. Aún sigo muy ocupado, pero espero no tenerlos esperando por tanto tiempo. Gracias por leer. Cualquier error ortográfico, me avisan.💕
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