SEDUCTION [Joshler]

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•Tyler•

—Si sigues sonriendo de esa forma harás que yo lo haga...— dijo Josh involuntariamente.

Sé que no tenía intenciones de decirme eso, la risa nerviosa que llegó a él posteriormente, acompañado de un rubor en sus mejillas, me lo confirmó.

—Bueno Joshie, tengo que ir a clases.— le dije sonriendo, para después salir del auto.

Tenía claro que eso jamás pasaría. Josh nunca podría amarme a tal grado de considerarme su pareja, ni aunque él lo quisiera. El amor que le tenía a su hijo, y el miedo de poder perderlo, era más fuerte que cualquier cosa que yo le pudiera hacer sentir.

Ví en su cara cierta incomodidad al coquetear conmigo. El fantasma de su familia era algo que lo acompañaría constantemente, siempre tendría esa barrera conmigo, y es algo que acepté sin considerar.

No estaba conciente de ésto, quería el amor de Josh sin trabas ni limitaciones. No me había dado cuenta que lo quería, hasta que supe que era imposible tenerlo para mí.

Y ni siquiera dijo algo negativo. De hecho, fue muy lindo conmigo. Solo fue ese pequeño gesto de incomodidad en su rostro lo que me molestó.

Sentía un nudo en la garganta por la importancia de no poder decir lo que pensaba. Me frustraba no tener lo que quería, y aunque tenía una parte, yo quería todo.

«Tengo que ser menos egoísta...». pensaba, mientras entraba a la universidad.

—¡Josefina!— gritó Brendon tratando de alcanzarme, provocando que todos los que estaban en el pasillo voltearan a verlo. Seguí caminando, haciendo caso omiso a su llamado.—¡Hazme caso estúpida! ¡Te estoy habland..!— intentó seguir gritando, pero sus torpes pies lo hicieron caer sobre mí.

—¡Eres un idiota, Frentón!—dije quitándomelo de encima.

—Es tu karma por ignorar mis mensajes de facebook ayer, y por hacerlo justo ahora, perra malvada.— reclamó levantando sus cosas del suelo.— ¿Por qué me evades tanto?

—No lo sé...— comencé hablando, mientras removía el polvo de mi ropa.— quizá sea la facilidad que tienes para hacerme enojar.

—Pero no lo hago a propósito...— se veía inseguro de sus palabras.— Bueno, al menos no lo hago ahora que somos amigos.— replanteó.

—Sobre eso, quiero preguntarte algo...— dije frenándome de golpe antes de entrar al salón.

—¿Es algo sucio?— arqueó las cejas mal pensando todo. Rodeé los ojos.— ¡No, no, Dime! Eso es lo que hacen los amigos, ¿No?

Ya que Brendon era lo más parecido que tendría a un amigo, tenía que sacarle provecho a la situación. Sentía la necesidad de desahogarme, de escuchar la opinión de alguien más. Por muy estúpida que fuera.

—Sí, como sea.— traté de sonreírle genuinamente, y él me correspondió, así que supongo que lo logré.— Tú qué pensarías de un chico que, en un inicio, quería estar en una relación sin compromisos, y lo logró. Pero, ahora que le dijeron que no podían ser algo más, ya quiere tener algo más que solo sexo.

—Umm...— hizo una pausa, reflexionando lo que acababa de escuchar. Es lo más concentrado que lo había visto.— Pensaría; "¡Cielos, que chico tan egoísta!".

Oírlo de decir eso me había molestado mucho. Pero no por que sus palabras me hayan ofendido, sino porque, quizá, tenía razón. Yo mismo lo consideré.

—¿Crees que soy egoísta?— pregunté en tono neutro.

—¿Hablamos de tí?— abrió los ojos como platos.— No creo que lo seas. Más que egoísta, suenas como un niño berrinchudo que quiere que las cosas se hagan a su manera, y si no es así, se enfada.