Bajo las escaleras, luego de cambiarme, preguntándome qué hora será. Al llegar al living miro en el reloj de pared. 12.20. Ahora mi duda es otra. Esta se resuelve cuando entro a la cocina. En esta Joe y Frankie ríen mientras el primero intenta explicarle algo al otro.
—Buenos días—saludo a ambos. ¿Por qué tanta risa?
—Estoy haciendo el almuerzo y Frankie quiere ayudar así que le estoy diciendo que hacer—dice Joe concentrado en su acción.
— ¿Necesitan que haga algo? —me ofrezco porque dos hombres en la cocina lo que hacen es formar desastre.
—Bueno, cuantos más seamos más rápido terminaremos—Joe se encoje de hombros.
— ¡Sí! Ya quiero comer—me suplica Frankie de por favor.
Mi madre hubiera dicho que menos es más y sobre todo porque la cocina del departamento es muy chica pero la de esta casa es dos o tres veces más grande. Además parece que hay hambre.
Entre charlas y risas vamos cocinando. Joe le dice algo al pequeño y este hace lo que quiere. En casos Joe solo ríe y en otros lo reta ya que puede lastimarse.
—Creo que ya estamos—dice Joe mientras le da los últimos toques al plato.
—Voy a poner la mesa—digo.
—No deja, ahí viene Nick que lo haga el—fulmina a su hermano con la mirada.
Volteo para verlo a tan solo unos pasos de mí. Después de aquellas palabras le dedico una mirada asesina a su hermano el cual solo ríe.
— ¡Gracias Joe! Ahora no podre asustarla—Nick le dedica una sonrisa fingida.
— ¿Ibas a asustarme? —llevo una mano a mi pecho fingiendo indignación.
—Bueno... No—rectrata lo dicho.
— ¿Entonces? —lo miro divertida.
—Quería abrazarte—sus manos se deslizan por mi cintura—poder apreciarte—apoya su frente sobre la mía—tal vez una caricia—roza su nariz en mi mejilla—y porque no un beso.
Busca mi boca sin problema. Yo comienzo a ponerme nerviosa ¿acaso se olvida que están sus hermanos?
—Nick no estamos solos—susurro.
Corro mi rostro algo avergonzada por la situación y cuando voy a disculparme con sus hermanos, ninguno esta.
—Pero... Tus hermanos...—titubeo apenada.
—Se han ido, me conocen Valerie—responde con tranquilidad.
—Ahora... Quiero mi beso—se acerca decidido una vez más.
—No sé, hace un rato me abandonaste—digo recordándole la llamada.
Me encanta hacerlo irritar y enojar de forma divertida.
—Era importante mi amor—dice mirándome a los ojos.
— ¿Y yo no lo soy? —puchero de bebe se forma en mis labios.
—Claro que si—dice riendo.
—Al parecer no más que esa llamada—me cruzo de brazos fingiendo molestia.
Su cara es un poema ya no haya que hacer para que mi gesto cambie y admito que me estoy divirtiendo con toda esta situación.
—Es mi trabajo.
— ¿Era del estudio? —digo sorprendida.
—Si—asiente.
Cambio mi expresión para que no piense que me molesta de verdad la situación y que la última vez que me jugué con el así terminamos discutiendo cuando yo creí que fue divertido.
—Entonces estas perdonado porque era del estudio—el ríe.
— ¿Ahora si puedo besarte?—dice uniendo nuestras frentes.
—Déjame pensarlo—coloco un dedo en mi mentón pensativa.
—En mi defensa tú me hiciste contestar—habla en lo que yo no digo nada.
— ¿Estás diciendo que es mi culpa? —clavo mi mirada en sus ojos cafés que tanto amo.
No creo poder vivir sin ellos, me da toda la calma y seguridad que necesito en momentos de debilidad, en serio que no veo mi vida sin Nicholas Jonas a mi lado.
—No solo que...—abre la boca para decir algo más pero de inmediato la cierra.
—No seas tonto y bésame—lo interrumpo.
Me sonríe y une nuestros labios en un dulce beso. Le sigue otro, otro y otro... me rio sobre su boca y lo separo esperando que se detenga pero no lo logro.
—Nick—murmuro esperando que me escuche.
—Shh...—continua su acción.
Me calla y vuelve a besarme. ¡No lo puedo detener! No es que quiera pero estamos en la cocina de su casa. Cualquiera puede vernos. Para mi suerte, o no, aparece Joe.
—Haber tórtolos paren el besuqueo un poco recuerden que hay un menor en casa—dice rodando los ojos.
Nos separamos. Nick, como siempre, molesto porque nos interrumpen y yo avergonzada por la situación. Joe sale de la cocina después de avisarnos que la comida ya está servida. Me escondo en su cuello por miedo a que note como estoy. Nick me sujeta más fuerte y roza con sus labios mi mejilla.
Caminamos hasta el comedor, saludamos a sus padres y comienza el almuerzo. Bueno para nosotros porque ellos ya han comenzado.
{...}
Entre todos levantamos la mesa y junto a Joe comenzamos a lavar la vajilla. No faltan sus bromas. Realmente me divierto a su lado. Joe es ese tipo de chico que le gusta divertirse pero que sabe cuáles son los límites del chiste. Además uno puede tener una conversación totalmente seria con él. Hasta es bueno dando consejos.
Él me dice que tiene que hacer unas cosas y me deja sola en la cocina.
Ambos derraman miel juntos que decirles soy una romántica cursi y así lo plasmo en mis historias 😍👫💘.
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Cruzando nuestros caminos
RomanceEl equilibrio todo en nuestra vida funciona bien si se tiene esa dosis diaria de equilibrio imaginas una vida con estos ingredientes viajes, dormir poco, éxito, adulación, presión, necesidad constante de reinventarse, aplausos masivos y justo despué...