Nick y yo estamos pasando una grandiosa tarde, debo admitirlo. Hemos visto una película que me ha dejado escoger y él ha preparado algunos aperitivos para acompañar el momento.
Nos divertimos, reímos; todo va de maravilla. Realmente había olvidado lo bien que la paso a su lado, lo bien que me hace sentir y como siempre encuentra la manera de hacerme reír.
Tal vez no ha sido una muy buena idea alejarme de él por tanto tiempo, quizá y tan solo quizá mi decisión ha sido la más que errónea pero no puedo negar que en todo este tiempo mis pensamientos se han aclarado completamente permitiendo que hoy seamos amigos.
—Valerie te estoy hablando—dice Nick apartando mis pensamientos.
—Perdón, estoy algo distraída—digo un poco quedada.
— ¿En que piensas? —toma mi rostro entre sus manos y cuando creo que me va a besarme se aparta.
—Nada importante—niego con la cabeza.
— ¿Segura? —pregunta.
—Segura—el no parece muy convencido con mi respuesta pero la acepta—¿Qué me estabas diciendo? —Ahora no responde— ¡Nick! Te estoy hablando, no me ignores.
—No lo hago solo estoy pensando en cómo me voy a vengar de ti—lleva una mano a su barba.
— ¿Por qué?
—Por distraerte, ignorarme y no decirme en que piensas—dice divertido enumerando cada cosa con sus dedos.
—Por algo los pensamientos son privados, si yo quiero te los cuento sino no—digo caprichosa como una adolescente antes de sacarle la lengua. Nick simplemente ríe pero rápidamente recupera su mirada seria.
—Así como tú decidiste si contarme o no yo decido si quiero vengarme o no—dice con una sonrisa malvada en su rostro.
— ¿Qué me vas a hacer? —pregunto asustada.
—Estoy pensando si serás igual de cosquilluda como te recuerdo.
—No lo soy—digo mintiendo para que no me toque.
—Prefiero averiguarlo por mi cuenta—dice.
—No serias capaz—lo amenazo.
—Claro que sí.
Sus manos se acercan a mi cuerpo y como un acto reflejo me levanto del sillón para apartarme de él, no quiero terminar desarmada y sin aire a causa de las cosquillas pero la expresión en su rostro muestra que eso no será suficiente para detenerlo. Una sonrisa divertida se posa en sus labios a medida que se para y sin perder el contacto visual comienza a acercarse lentamente. Ante este movimiento no puedo evitar querer apartarme y, antes de que pueda darme cuenta, estamos corriendo por toda la casa.
— ¡Voy a alcanzarte Valerie y cuando lo haga vas a sufrir! —exclama detrás de mí.
—Has dicho lo mismo minutos atrás y aun no veo que me alcances.
Lo escucho reír a lo lejos lo cual me hace reír a mí también; su felicidad es la mía.
De la nada su risa cesa y con esta la mía tomándome por sorpresa el hecho de que ya no me sigue.
— ¡Nick! —grito esperando que me conteste y así poder ubicarlo para que no me tome por sorpresa.
— ¡Valerie me caí! —Me contesta—creo que me lastime.
— ¿Dónde estás? —digo mientras comienzo a caminar siguiendo su voz.
—En la cocina—le oigo decir.
Camino rápidamente hasta la habitación para encontrarla más que desierta sorprendiéndome por completo, pero no tanto como cuando unos brazos me toman por atrás desprevenida.
—Te atrape—susurra dulcemente en mi oído embobándome por completo.
—No es justo—digo cuando puedo reaccionar—has hecho trampa—me separo de él molesta.
—Fue solo una pequeña mentirita—dice inocente.
—Realmente me preocupe, pensé que te había pasado algo.
—Pero ya ves que no, estoy bien—dice tomándome por los hombros—Veamos otra película.
—Prefiero que no—digo molesta.
— ¿En serio? —dice sorprendido.
— ¡SI! —grito molesta.
—Valerie no estés molesta—me pide.
— ¿Cómo quieres que este? —lo encaro.
—Bien, feliz—dice riendo.
—No después de que mi amigo me engaño—digo.
Suena tan extraño que lo llame así.
— ¿Vas a recordármelo para siempre? —me doy cuenta de que le irrita que lo llame así.
—Probablemente—el ríe.
—Bueno ya que estas molesta voy a terminar de hacer que me odies.
No entiendo a qué se refiere hasta que con una infantil y divertida expresión me ataca a cosquillas. ¿Hace cuánto tiempo que alguien no me hacía eso? Hace mucho y probablemente él fue el último.
Como una loca empiezo a reír sin control, no recuerdo que tuviera tanto efecto en mí pero al parecer sí.
—Nick, por favor para—suplico.
—No hasta que no me digas que no estás enojada conmigo—dice haciéndome mas cosquillas.
—No lo estoy.
—No me convence—dice divertido.
— ¡Nick! —digo molesta, aunque por las risas que salen de mí, es todo lo contrario.
—No te escucho, no te escucho—dice ignorándome mientras sigue moviendo sus manos sobre mi abdomen.
—Nick suéltame o te vas arrepentir.
—Que miedo te tengo—dice con sarcasmo.
— ¡Jonas! —Exclamo suprimiendo mis risas lo mas que puedo para aparentar seriedad—suéltame ahora—remarco molesta.
—No.
— ¡Nick! —digo resignada y abandonando toda la seriedad que había logrado, el solo ríe.
—Te vez muy linda cuando te enojas—dice tierno.
—Esa no es excusa para que me hagas enojar.
—Lo sé—susurra.
Me mira atentamente mientras una sonrisa se le cuela en el rostro haciéndome notar que esta conversación ha cambiado de rumbo. Ya no somos dos amigos divirtiéndose, hay algo más en su mirada. ¿Amor quizá? ¿Se irá alguna vez o estará siempre irrumpiendo en nuestra amistad? ¿Podre contra eso?
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Cruzando nuestros caminos
RomanceEl equilibrio todo en nuestra vida funciona bien si se tiene esa dosis diaria de equilibrio imaginas una vida con estos ingredientes viajes, dormir poco, éxito, adulación, presión, necesidad constante de reinventarse, aplausos masivos y justo despué...