Cruzando nuestros caminos

Treinta y tres.

Entro al living en busca del hombre de mi vida el cual está sentado en el sillón de este. Al verme me sonríe y con una seña me invita a su lado. Cosa que planeaba hacer desde un comienzo.

—Tenemos que hablar—dice sin anestesia.

Esas palabras que he temido escucharlas siempre porque cuando alguien dice "tenemos que hablar" es por algo bueno, nunca. ¿Cómo hemos pasado de un "te amo" a "tenemos que hablar"? lo miro algo asustada y asiento invitándolo a que prosiga.

—No es lo que estas pensando—toma mi mano—no planeo terminar contigo—suelto un suspiro de alivio.

— ¿Entonces?—lo miro confundida.

— ¿Recuerdas la llamada de esta mañana?—me pregunta.

— ¿Esa de la que soy culpable?—el ríe—Justo esa—asiente.

— ¿Qué pasa con esa llamada?—no niego que tengo miedo a lo que pueda decir.

—Era del estudio.

—Eso ya me lo has dicho—dice—Si pero no hay algo que no.

Ahora si tengo miedo mis manos tiemblan y el las toma entre las suyas para calmarme.

— ¿Qué?—aunque lo quiera evitar mi voz sale entrecortada.

—Al parecer ayer cuando grabamos ha habido un problema con las pistas y debo volver al estudio hoy...

— ¿Cuándo?—pregunto aliviada.

—Hoy—reitera.

— Me refiero ¿a qué hora?

—En un rato, Kev vendrá a buscarnos—acaricia el dorso de mi mano.

—Ah, bueno—sonrió.

— ¿No estas molesta? —habla sorprendido.

— ¿Debería? —arrugo mi nariz y el ríe.

—No sé. Íbamos a pasar el día juntos y ahora yo me tengo que ir. Ayer ya estuvimos alejados—responde un poco triste.

Ay mi bebe es tan tierno por esta y muchas cosas más lo amo demasiado.

—Lo sé Nick pero es tu trabajo y lo respeto. Nunca te obligaría a renunciar a algo que amas y amo tanto—lo digo con sinceridad jamás le voy a prohibir que haga lo que le gusta y más cuando disfruto verlo sobre un escenario cantando con tanta entrega y pasión.

—Venia con interés—dice y ambos reímos.

—Un poquito después de todo gracias a tu música te conocí—beso su mejilla.

Rodea mi cintura con sus brazos y me apega más a su cuerpo.

—Gracias—besa mi sien.

— ¿Por qué? —pregunto.

—Por ser como eres—responde con una sonrisa de oreja a oreja.

🎤

Sonrío y le robo un rápido beso antes de acomodarme sobre su pecho. En pocos segundos un silencio se apodera del lugar. Nick lo llena con sus pequeñas caricias en mi espalda volviéndolo totalmente cómodo. Con unos lentos movimientos sobre su torso mis tímidos dedos intentan devolverle algo de lo que él me da día a día.