Desde que desperté hace solo unas horas aun sigo con la inquietud que Nick ha formado en mí desde la noche anterior que es eso importante que tenía que decirme y que luego se arrepintió. Me encuentro tirada en mi cama sin ganas de hacer nada con una sensación extraña que habita en mi corazón algo que no es para nada agradable, estoy un poco deprimida y ni yo misma se porque lo único que está en mi mente y que parece quedarse por un largo rato es Nick y esa tortuosa intriga que me atormenta tanto que hasta me da miedo. Si puede ser que Nick y yo apenas nos conozcamos hace tan poco pero cada vez que paso tiempo con él se siente mágico, se siente de ensueño y demás está decir que aun hayan pasado los años el sigue siendo mi amor platónico y cada segundo juntos es especial como el típico cuento de hadas.
Parece que me quedare el resto del día en las cuatro paredes de mi habitación, no es muy grande pero por suerte ya no sufro de claustrofobia. Mi madre ya ha venido varias veces a sacarme de aquí y no logra nada yo niego a levantarme de esta cama sin saber el porqué de mi estado de ánimo ya que nada malo ha ocurrido ¿o acaso esta intriga quiere acabar conmigo dolorosamente? Ya se soy una exagerada, se acerca el mediodía y aquí sigo tirada ni siquiera he probado bocado alguno y ya mi estomago empieza a rugir, estiro mi brazo para tomar el control de la tv haber si esto me distrae un poco pero siento rápidamente los pasos de mi madre venir y dejo todo como esta.
—Hija vamos ya levántate—dice mi madre destapándome de las sabanas.
— ¡No! —protesto en respuesta.
—Vamos Valerie no puedes quedarte así para siempre ya no eres una niña tienes 17 años por favor.
— ¿Quieres ver como si? —digo desafiante aferrándome a la cama.
—Ya es la hora de levantarse anda a darte una ducha y te sentirás mejor.
—No mama eso no hará que...—no puedo terminar la frase porque mi teléfono empieza a sonar aunque igual no hago ningún esfuerzo por contestarlo.
Suena una vez pero no lo atiendo mi mama me observa con su cara de costumbre mientras entona un ¿no contestaras? ¿Y si es importante? Pero no me molesta. Simplemente me quedo ahí observado el teléfono y como si mi mente tuviera poder vuelve a sonar, miro para otro lado fingiendo desinterés pero en lo más profundo de mi muero por saber quien llama y porque insiste si yo no atiendo. Así prosigue unas tres veces más pero no responderé al parecer mama lo hará.
—Hola—responde en un tono suave—no habla su mama quieres que te la pase—escucho luego y aunque intento decirle que no sin saber quién es mis intentos son fallidos ella extiende su brazo dándome mi celular.
—Hola—contesto sin ganas.
—Hola Val—responde una voz con un tono alegre.
— ¿Si quien habla?
—Soy Nick—dice su voz al otro lado de la línea al pronunciar mi nombre.
—Ah hola—suspiro.
—Mira no sé si te acuerdas de que ayer te iba a decir algo pero no lo hice.
—Si Nick—digo incitándole a que prosiga. Obvio que me acuerdo y que no he podido sacar eso de mi mente en toda la noche y si está llamando para sacarme esas dudas no puedo esperar a escucharlo.
—Bueno creo que debemos vernos—continua. ¿Puedes hoy en la tarde? —agrega luego de un silencio.
—Mm si—digo después de "pensarlo" en realidad lo que me preocupa es que mama se ponga paranoica y no me deje salir alegando que mientras viva bajo su techo se hace lo que ella diga.
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Cruzando nuestros caminos
RomansaEl equilibrio todo en nuestra vida funciona bien si se tiene esa dosis diaria de equilibrio imaginas una vida con estos ingredientes viajes, dormir poco, éxito, adulación, presión, necesidad constante de reinventarse, aplausos masivos y justo despué...