Cincuenta y cinco.

127 8 0
                                    

Parte uno.

Aquí estoy yo, frente a la gran puerta de cristal de la dirección que Joe me ha dado luego de haber conversado con Juli. He hablado con mi amiga de mi situación y ella ha tenido, casi instantáneamente, una idea. A mi parecer es una locura pero después de la insistencia de mis ambos amigos termine aceptando, aunque aún siga dudando de haber hecho lo correcto.

Siguiendo el plan al pie de la letra me encuentro en la entrada de un gran edificio en el cual, después de hacer algunas averiguaciones con Joe, vive Nick. Los nervios me carcomen y que este el cielo nublado, completamente oscuro, y las calles mojadas mostrando los restos de la lluvia no ayudan a mi autoestima. Lo triste siempre pasa cuando llueve, retumba en mi cabeza, y si eso es así, todo apunta que el súper plan creado por Juli de correr a los brazos de Nick no marchara nada bien, no si resulte igual que el clima.

Distraída por el análisis que hace mi mente no noto como me adentro en el lugar y, luego de corroborar el piso al que debo ir, apretó el numerito del ascensor para que este comience a subir.

Mi corazón se acelera pero no tanto como cuándo doy los pequeños golpes en la puerta de madera que me separa del hombre de mi vida. Espero hasta que el trozo de madera con el número del departamento se abra dejándome verlo, parece bastante sorprendido de verme aquí.

¿Valerie?es lo único que sale de su boca.

Holadigo algo nerviosa.

¿Qué haces aquí?dice aun sorprendido.

Te dije que teníamos que hablar.

No creí que fuera tan importanterasca su nuca con nerviosismo y no me mira a los ojos está tratando a toda costa de evitarme.

Lo esasiento aun más nerviosa que el.

Nick me invita a pasar y lo hago si no somos interrumpidos por una figura femenina que irrumpe en la habitación mientras llama al dueño del lugar.

Me quedo congelada, totalmente anonadada. ¿Quién es ella? ¿Y por qué trae tan poca ropa? Mejor dicho ¿por qué está usando MI CAMISA? Solamente una camisa lleva puesta. Casi me desarmo aquí ante todas las diferentes imágenes que pasan por mi cabeza en tan pocos segundos, tantas suposiciones imagino en un instante.

Él va a su encuentro para averiguar qué necesita pero yo ya no puedo quedarme aquí, siento que sobro. ¿Y qué esperaba? Yo misma le he dicho que nada pasaría entre nosotros, él no me esperaría eternamente. No estoy segura que me duele más que este con otra o que ella lleve mi camisa puesta, pero algo es seguro saldré de aquí cuanto antes.

Arrastrando la maleta que Juli me ha obligado a hacer, ya que su plan culmino en que me quedaría unos días con Nick, salgo del edificio casi sin hacer ruido; al menos Nick no lo noto.

El agua cubre mi cuerpo apenas salgo a la calle; el clima termina teniendo razón, al fin y al cabo esto no es una película y no habrá un final feliz.

Camino varias cuadras hasta encontrar un hotel en el que pueda pasar esta noche y mañana ya veré que hago.


Cruzando nuestros caminosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora