El día pasa y yo sigo buscando la manera de contarle a Nick lo sucedido. No es tan fácil decirle a tu novio que una revista ventiló sus mayores secretos y que, aunque dice que fui yo, no es verdad.
Miles de ideas rondan mi cabeza pero ninguna parece la indicada. Me estoy volviendo loca. Sentada en la cama de mi habitación sigo ideando un nuevo plan pero estoy dándome por vencida cuando Nick entra a la habitación. Inconscientemente comienzo a ponerme nerviosa.
Se sienta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro.
—No doy mas, Frankie no se cansa nunca.
Él ha estado jugando con su hermano toda la tarde, es entendible que este cansado.
— ¿Pasa algo? —pregunta cuando noto que no le digo nada.
— ¿Eh? —frunzo mi ceño.
— ¿Qué si pasa algo?—repite.
—Ah no.
—Te noto rara.
—No sé a qué te refieres—miro hacia el lado opuesto.
— ¿Segura? —toma mi mentón y busca mi mirada.
—Toda esta bien.
Digo con una sonrisa intentando que suene creíble. Al parecer lo logro ya que me sonríe y toma mis labios en un corto beso.
—Perdón que tarde tanto pero Frankie no paraba—se disculpa.
—No pasa nada—me regala otra de sus hermosas sonrisas y un nuevo beso.
—Más tarde podremos estar juntos, a menos que quieras cambiarme por alguno de mis hermanos—me rió.
—No te cambiaré por nadie, pero ¿Por qué más tarde? Si ahora estas acá.
—Es que Frankie me cansó demasiado y quería darme un baño para relajarme ¿te molesta?
—No, pero más tarde te quiero para mí.
—Claro que si, voy a ser todo tuyo—lame mi mejilla divertido con sus labios y cara sudada.
—Así me gusta ahora anda a bañarte.
— ¿Me estas escuchando? Amor...
—No, pero cuanto más rápido te vayas más rápido vas a volver.
— ¿Si no quiero irme? —juega con su nariz en mi mejilla haciéndome reír.
—Puedes quedarte—digo cayendo al encanto de sus caricias.
—Tal vez lo considere.
Siento su aliento chocar contra mi piel antes de que buscar mis labios para besarme. Un suave beso lleno de amor que aparta todas mis preocupaciones por un momento.
Coloca su mano en mi mejilla y me mantiene cerca cuando el beso termina.
— ¿Me vas a esperar? —pregunta impaciente.
—Sí.
—No me extrañes—me guiña un ojo.
—No pidas cosas imposibles.
Se ríe, me da un beso y atraviesa la puerta dejándome sola.
Durante el tiempo que él estuvo aquí, conmigo, sentí que los problemas han desaparecido pero ahora todo vuelve a aparecer en mi mente para atormentarme.
Decido relajarme, tal vez es lo mejor pero no sé si lo lograre.
Me dejo caer en la cama y tratando de apartar mis preocupaciones cierro mis ojos esperando que algún milagroso sueño llegue a mí y me de la paz que necesito.
Perdón por no haberlo subido antes tuve una semana muy ocupada.
Disfrútenlo.
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Cruzando nuestros caminos
RomanceEl equilibrio todo en nuestra vida funciona bien si se tiene esa dosis diaria de equilibrio imaginas una vida con estos ingredientes viajes, dormir poco, éxito, adulación, presión, necesidad constante de reinventarse, aplausos masivos y justo despué...