—¡¡Julieta!! Apúrate por favor que Joe ya debe estar por llegar—le grito después de corroborar la hora.
En unos pocos minutos seguramente Joe tocara el timbre de mi puerta y a la indecisa de mi amiga se le ocurre demorarse. Debe haberse puesto y sacado unas cien prendas seguro. Insiste con su inseguridad y sus estúpidas ideas de que tal vez lo que decida ponerse no es lo correcto. Y aunque la consuelo diciéndole que está equivocada no funciona.
Por otra parte, Christian esta en el living mirando televisión aguardando a que nos marchemos. Él ya esta cambiado y en ningún momento se ha negado a acompañarnos Gracias a Dios.
Un rato después suena el timbre pero aún no hay ni rastros de que ella esté lista.
—¡¡Julieta!! Ya llegaron—grito molesta antes de dirigirme a la puerta.
Un alegre Joe me recibe del otro lado.
— ¿Están listos? —pregunta.
—Casi, solo falta que Julieta se digne a terminar de cambiarse—ruedo los ojos.
—No hay problema, podemos esperar—dice.
—No hace falta, ya estoy—dice Julieta bajando las escaleras a toda velocidad.
—Entonces nos vamos.
Joe está solo, así que no ubicamos cómodamente en el auto. Los hombres delante y las mujeres atrás. Ellos tienen su propia conversación y nosotras la nuestra. Digamos que el auto está dividido en dos durante el corto viaje.
No tardó mucho tiempo en arribar al destino. Luego de bajar del auto descendemos por la playa donde se encuentran todos. El recibimiento es muy amoroso de ambas partes.
Están Amber, Nick, Kev, Dani y Alena. Esta última se me cuelga del cuello cuando me ve y la alzo en mis brazos para cargarla.
Acomodados en la cómoda arena desarrollamos una larga charla, divertida como siempre. Esta familia debe tener algo así como un don para hacerte reír.
Ante una propuesta de Kev, Joe, Dani, Amber, Nick y Juli, se deshacen de las prendas correspondientes y corren al mar para hundirse en las grandes olas que se forman. Pero yo decido quedarme aquí en la arena junto a Alena y Chris.
El pequeño Kevin Jr se quedo en casa de sus abuelos porque al parecer esta un poco enfermo y por eso no pudo venir al día de playa.
[...]
A la pequeña le dan ganas de jugar en la arena y no dudo en acompañarla. Creamos grandes figuras con nuestras manos a las cuales ella le suma hermosas historias, tiene una gran imaginación. A nuestro lado Chris nos observa y se ríe con nosotras o de nosotras, no estoy muy segura, pero definitivamente es divertido.
Con mucho esfuerzo Alena y yo logramos hacer un castillo, o algo que intenta serlo, pero la pequeña está encantada con aquel montón de arena mientras se imagina a ella viviendo ahí, como una princesa. Aquel agradable sueño es totalmente derrumbado cuando el bestia de su tío aparece de la nada y comienza a destruir nuestra obra de arte mientras grita "soy un gigante, soy un gigante y voy a destruir tu reino". Obviamente queremos matarlo.
—¡¡Joseph!! —le grito molesta.
— ¡Tiooo! Mi castillo, ya no seré princesa—dice triste.
—No lo necesitas para hacerlo preciosa—le digo intentando consolarla.
—Pero yo quería uno—se queja.
— ¿Sabes que vamos a hacer? —la animo.
— ¿Qué? —dice sorprendida.
—Tú y tu cazador de gigantes irán a atrapar a esa horrible cosa y la obligaran a que reconstruya tu castillo ¿te parece? —digo.
— ¡Siii! —Exclama animada—pero yo no tengo un cazador de gigantes.
—Claro que si, Christian—digo.
— ¿Qué? —dice Chris.
—Vamos Christian serás mi valiente ayudante—Alena toma su mano y haciendo fuerza mínima intenta levantarlo.
—Anda Chris ayúdala—le pido.
Aunque me lo niega quiere hacerlo, así que sin protestar se levanta y corretea junto a ella detrás de Joe. Cuando este se da cuenta de lo ocurrido comienza a escaparse. En pocos minutos Kev, Dani, Chris, Alena, Juli y hasta Amber corren detrás del gigante para atraparlo. Yo solo disfruto de la persecución sin poder evitar las risas que se me escapan.
—Hola—Nick llega acomodándose a mi lado.
—Hola—digo algo distraída.
—Parece que se divierten ¿no?
—Si—me rio—que raro que no estés corriendo atrás de tu hermano—el también ríe.
—Es muy tentador, lo acepto, pero no podía perderme la oportunidad de tener un minuto a solas contigo—dice Nick.
Todo está bien, ¿por qué tiene que cambiar? Sé cómo sigue esto y no lo quiero así.
—Valerie ya lo atrapamos—llega la pequeña corriendo mientras que su padre trae sujetado a Joe.
—Muy bien—la felicito—ahora debe reconstruir tu hermoso palacio.
— ¡Siii! —exclama feliz.
—Ya escuchaste hermano a trabajar—dice Kev resignado.
Dicho esto Joe se acomoda en la arena junto a su sobrina quien comienza a hacer indicaciones sobre cómo debe ser su castillo soñado. Yo no puedo esperar para ver la construcción de Joe, la cual seguro no podrá superar a la mía. ¿Qué? No estoy siendo egocéntrica, mi castillo es hermoso.
—Valerie tenemos que hablar—dice Nick cerca de mí, muy para mi gusto aprovechando la distracción de los demás.
— ¿Ahora? —no pudo escoger otro momento.
—Cuando quieras pero no te irás sin que acordemos algunas cosas—dice serio.
¿Qué cosas? ¿De qué está hablando este chico? Estoy confundida y al parecer no tengo escapatoria y cuanto más temprano liquide el tema mejor.
—Está bien Nick hablemos—le digo.
Él me hace una seña para que lo acompañe, seguramente quiere que nos alejemos un poco. Nadie parece notarlo lo cual ayuda a que no tengamos que justificar nuestra acción.
Lentamente comenzamos a distanciarnos caminando por la arena mientras nos perdemos en un silencio.
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Cruzando nuestros caminos
RomanceEl equilibrio todo en nuestra vida funciona bien si se tiene esa dosis diaria de equilibrio imaginas una vida con estos ingredientes viajes, dormir poco, éxito, adulación, presión, necesidad constante de reinventarse, aplausos masivos y justo despué...