Sinopsis

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—Dominic.—habló en un susurró, mis lágrimas caen lentamente por mis mejillas mientras él se mantiene serio.
—Es nada más que la verdad, Nirvana.—contesta simple, como si no le doliera nada. Sin sentimientos, sin corazón.

La lluvia cada vez se ha hecho más fuerte, mi cabello se pega ligeramente a mi frente. Mi corazón late al mismo ritmo que las gotas de agua caen en nuestros cuerpos. Dominic Miller se ha encargado perfectamente de dejarme en ridículo, ha escogido la mejor calle de Manhanttan para decirme que, simplemente, no me ama.

Mi vestido color celeste y mis tacones a juego han quedado totalmente húmedos bajo la lluvia intensa a la cuál Manhattan se enfrenta hoy, mis manos están hechas puños a mis laterales pero simplemente no están preparadas para golpear a nadie. Mis uñas se clavan en la piel de mis manos y mis dientes empiezan a castañar, mi calientes lágrimas siguen cayendo por mis ojos haciendo saber que estoy llorando.

La gente que pasa a nuestro alrededor se nos quedan mirando, ¿Qué hace una pareja vestida elegantemente bajo tremenda tormenta?. La verdad es que ahora mismo no hay tormenta más cruel que la se está llevando en mi cabeza. Parece ser que todo mundo se a puesto de acuerdo para dejarme justamente, una semana después de la muerte de mi padre y hermana. Parece que la gente ya no me ama, sin embargo solamente una ha tenido el valor de decírmelo, Dominic Miller.

—¡Dom!.—gritó en su dirección al ver que empieza a caminar en dirección contraria a la mía.—¡Dom!.—gritó presa de mis miedos, o a uno simplemente. A quedar sola.

La gente de los coches se han quedado totalmente varados al mismo tiempo que yo empecé a caminar por las calles de la ciudad detrás de Dominic. En medio de la avenida Lexington a cruce con la calle 42 mis piernas deciden fallarme, caigo de rodillas enfrente de un montonal de carros que pitan los claxón para llegar a casa o a algún otro lugar.

—¡Dominic!—un gritó desgarrador saliendo de mi garganta logran que mi llanto se vuelva más fuerte.

Alguna que otra persona se acerca a ayudarme, sin embargo mi vista esta en aquella espalda fornida que tantas veces observé desnuda, pero a pesar de eso Dominic siguió su andar y no se detuvo hasta llegar a su amado Lamborghini Gallardo LP570-4 y sin voltear atrás da marcha a toda velocidad.

—Nuevamente ésa pesadilla.—susurró para mi misma, en la oscuridad de mi habitación.

Ven ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora