Horas después tengo a Chad esperándome a las afueras de Miller algo fastidiado pero tranquilo.
-Te lo iba a decir. Pero tenía tan solo algunos minutos para alistarme e irme a casa de Lauren. Lo siento -empiezo a hablar rápidamente antes que él pueda decirme algo.
Chad sonríe por mi manera desesperada de defenderme y me da un beso.
-Está bien. Pero a la otra dime aunque sea que el tarado de tu esposo está en camino y que necesitas irte -dice cínicamente y yo pongo los ojos en blanco.
-Te aviso todo lo que quieras siempre y cuando dejes de hablar así de Noah. Él no te ha hecho nada -defiendo a Noah de las burlas de Chad.
-Se cree más que todos solo porque tiene dinero. Si tan solo supiera que su esposa tiene que buscar a otro para que pueda sentir placer de verdad -murmura Chad para sí mismo pero de todas maneras escucho lo que ha dicho y me ofendo.
Sé que lo dice de broma pero esas bromas hacen que yo parezca una zorra en busca de hombres para que me den placer, placer que mi esposo no me puede dar.
-Allie. Lo siento, no quise ofenderte -se disculpa y me abraza la cintura por atrás.
-Odio cuando intentas decir que soy una zorra -digo dolida y cabizbaja.
-Jamás pensaría eso de ti -me alza la cabeza delicadamente y me mira a los ojos-. El mundo y yo no nos merecemos a una persona tan maravillosa y buena como tú.
Sus palabras me hacen sentir mal. Yo no soy la persona maravillosa y buena que él intenta que yo crea. Estoy haciendo daño a una persona que no se lo merece y eso me convierte en una más del montón. En uno más de los pecadores que viven su vida sin importarles en el daño que puedan hacer a gente que no se lo merecen.
-El mundo y tú merecen mejores personas que yo -admito en voz baja.
-No lo creo -dice rápidamente Chad-. Tú me sacaste de ese hoyo llamado pasado del cual no podía salir. Eres capaz de traicionar tu matrimonio por tal de verme con una sonrisa en los labios. Eres la primera después de años que me quiere tal y como soy. A pesar de ser un cabrón y un idiota estás ahí cuando más te necesito y cuando el dolor me arrastra hasta la oscuridad. Estas ahí para mí y quiero que sea así siempre.
Me lanzo a sus brazos y lo beso. Lo beso como si fuera el último día de mi vida. Amo hasta rabiar a este hombre, y haría de todo por ver que su presente y su futuro serán solo de felicidad y amor.
-¿Te parece si vamos a hacer algo divertido? -pregunta Chad limpiándose el labial que he dejado en sus maravillosos labios.
-¿Algo divertido? ¿Cómo que? ¿Sexo sobre tu moto? -bromeo y Chad me mira divertido.
-No lo había pensado. Y... no es mala idea -responde coqueto-. Pero no, quiero hacer algo diferente, algo como ir al parque de diversiones, ir al cine, ver el mar -pronuncia Chad nervioso.
-Chad Stone ¿¡Me estás pidiendo que tengamos una cita!? -empiezo a reírme por lo nervioso que se ha puesto Chad al escuchar la palabra que ha evitado decir.
Chad asiente nervioso y yo no puedo dejar de reír.
-Claro que quiero tener una cita contigo -contesto más que feliz. Tengo el corazón que se me quiere salir del pecho gracias a este hombre.
-¿A dónde quieres ir? -pregunta Chad mientras me ofrece el casco para subir a la moto.
-Sorpréndeme.
Subo a la moto y veo la sonrisa de Chad. No he tenido una cita desde hace mucho tiempo.
Si bien Noah preparaba cenas y salidas para nosotros dos, creo que no sentía esa emoción que siente toda mujer cuando quiere salir con el chico que le gusta. Y esa misma emoción lo siento ahora.Hemos llegado a un lugar que no venía en años. Tengo en frente mi lugar favorito de niña. El parque de diversiones.
Jamás pensé volver a este lugar. Los recuerdos de mi infancia vienen a mi mente y me hacen sonreír.
-He visto que la mayoría de los jóvenes tienen su primera cita en parque de diversiones -inquiere Chad dejando mis recuerdos de infancia atrás.
-Pero ya no somos unos jóvenes -bromeo y Chad me toma de la cintura con posesión.
-Pero es nuestra primera cita. La primera de muchas.
<<Eso espero>> digo para mis adentros, rogando que pueda estar con este hombre para siempre.
-Esto va a estar bueno -decimos ambos al mismo tiempo.
Estamos sentados en el primer juego de nuestra primera cita. La montaña rusa ha sido mi juego favorito desde que tengo uso de razón. Desde muy pequeña me ha gustado sentir esa adrenalina que solo este juego te puede hacer sentir. Y al parecer a Chad también le encanta sentir eso.
El viento sopla a mi cara. La emoción está al límite y los gritos se hacen presente a cada instante. Chad y yo nos tomamos de las manos cuando el juego da vueltas por casi todo el parque.
Son dos minutos de pura adrenalina y ambos no podemos dejar de reír cuando salimos del juego.
-Había olvidado lo bien que se sentía después de disfrutar un juego -dice Chad y yo no dejo de reírme como una loca.
-Y prepárate porque se vienen muchos más.
Tomo de la mano a Chad y empiezo a correr junto a él. Me agradezco internamente por haber usado hoy para el trabajo unos zapatos bajos en vez de tacos.
Después de 3 juegos más, Chad y yo estamos sin aire de tanto reírnos. Hemos disfrutado todos los juegos como si fuera nuestro último día juntos y la verdad que ha sido ¡estupendo!
Empiezo a ver las palomitas con deseo y Chad se ríe de eso.
Compra un par y empezamos a comer sin dejar de contar como nos hemos sentido en los juegos.
Quedamos parados frente a una máquina de fotos instantáneas.
Jamás me he hecho una con nadie. Tomo de la mano a Chad y nos metemos a la cabina para tomarnos algunas fotos.
-Allie, pídeme todo lo que quieras menos fotos -dice Chad a regañadientes cuando lo siento a mi costado para empezar a tomar las fotos.
-Quiero tener como recuerdo este maravilloso día que he pasó hoy contigo -confieso y miro a Chad haciendo un puchero triste.
-Está bien -accede Chad-. Pero solo por esta vez.
Yo asiento y lo beso y si darnos cuenta la máquina toma nuestra primera foto.
Las siguientes dos fotos salimos con muecas muy tontas y con Chad dándome un beso en la mejilla.
Cuando nos entregan las fotos, me río de nuestras caras. Chad sale muy bien en todas las fotos a pesar que no le gusten.
-Mi favorita es la primera -dice Chad tomando la tira de fotos y le acarició la mejilla.
-La mía también -admito.
Después de unas horas, Chad y yo regresamos a Miller por mi auto.
-La pasé muy bien hoy -confieso y Chad me acaricia el rostro con sus manos.
-También yo. -Se acerca a mí me besa. Sus maravillosos labios están tibios. Abro mi boca para dar pase a su lengua. Su sabor es único, embriagador. Amo sentir sus labios contra los míos. Sentir esa corriente...
El sonido de mi teléfono móvil interrumpe ese beso maravilloso.
Veo el nombre de Noah en la pantalla y contesto rápidamente.
-¡Allie! ¿Donde estás? -pregunta Noah con voz neutra.
-Noah, lo siento, se me pasó decirte que vendría a ver a Lauren saliendo de Miller -miento descaradamente y tengo a Chad riéndose frente a mí.
-¿Ya estas regresando? ¿Quieres que pase por ti? Vi tu auto en el estacionamiento de Miller.
-No te preocupes. Estoy de camino a Miller para recoger mi auto -Chad intenta hablar pero coloco mi mano sobre su boca.
-Está bien... Te espero. Te quiero -termina de decir Noah.
-Yo también. Adiós -cuelgo el teléfono y Chad no deja de reírse.
-¿Qué te parece tan gracioso? -pregunto fingiendo molestia.
-Solo te pido que le cuentes al "perfecto" de tu esposo lo que has hecho hoy -ignora mi pregunta y me toma de la cintura para abrazarme.
-Eres un idiota -intento parece molesta pero la sonrisa que tengo en mis labios me delatan.
Me despido de Chad con un beso lleno de pasión y deseo. Besos que únicamente él me los puede dar.
-Te veo luego -dice abriéndome la puerta de mi auto.
-De hecho -contesto y le doy un beso rápido en los labios para luego subir al auto.
De regreso a casa empiezo a recordar el perfecto día que he tenido hoy. Jamás había disfrutado tanto un día y espero que se repita muy pronto. Aunque los días que paso con Chad son siempre los mejores.
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Un Placer Haberte Conocido
Romance¿Qué sucede si encuentras al amor de tu vida en tu despedida de soltera? Allie Wilson, una joven muy segura de sí misma, con su vida muy bien organizada y sin problemas; estaba a un día de casarse con el que pensaba era el amor de su vida, el exito...