Capitulo 52

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Pasan varios días y lo único que tengo en la mente es la escena de Chad saliendo de mi apartamento sin decir nada. Cada vez que lo recuerdo, un estrujón en el pecho me debilita; siento la necesidad de buscarlo y olvidar todo lo que le dije y continuar con esto que tenemos pero lo mejor es continuar  sin él y dejar atrás todos esos recuerdos que pasean por mi cabeza a cada segundo.
Regreso a la empresa después de varios días de trabajar en casa. Noah insistió que si quería podría continuar con el trabajo en casa pero le insistí que lo mejor es que yo diera el ejemplo y vaya a empresa como todos los trabajadores a lo que él respondió con una gran sonrisa y con un: Te quiero.
A la hora de salida, una sensación extrañaba recorre mi cuerpo al no ver la moto de Chad al frente de la empresa. Era ya una costumbre salir y verlo sentado con una sonrisa enorme en el rostro, burlándose de mi nerviosismo cada vez que pensaba que Noah o algún amigo cercano a él nos viera juntos.
Algunas lágrimas se acumulan en mis ojos y trato de no pensar en eso y camino hasta el estacionamiento en busca de mi carro.
Llega el fin de semana y Noah decide que vayamos a la casa de sus padres y yo acepto encantada.
-Cariño... -dice Noah con voz de niño engreído mientras maneja -¿podrías pedirle a mi madre que prepare ese pie de manzana que tanto me gusta?
-Y ¿por qué no le preguntas tu mismo? -pregunto divertida.
-Porque ya no estoy para edad de estar pidiéndole algo a mi madre -dice Noah fingiendo una voz más gruesa de la que ya tiene.
-Tu madre de adora y siempre te engreirá con lo que quieras -coloco mi mano sobre sus cabello algo rizado y lo acaricio. Él sonríe y gira para darme un beso en los labios al cual yo acepto encantada.
Llegamos a la hermosa casa de Pierre y Jane, ellos nos reciben de la mejor manera. El tío de Noah, Jhon, se encuentra en la sala de estar junto a su familia. Siempre es un gusto ver a ese pequeño hombre de 60 años. No nos habíamos visto desde la boda y lo primero que hace al vernos es acercarnos a nosotros y darnos un fuerte abrazo a ambos a la misma vez.
-Que gusto verlos así de felices juntos -dice mientras se aleja de nosotros.
-El gusto es de nosotros de verte tío Jhon -contesta Noah.
-Que linda estas Allie. Mi sobrino tiene tanta suerte de tener una espesa tan linda como tú. -Las palabras de él me alegran mucho, siempre es así de cariñoso cada vez que nos encontramos.
Noah me rodea la cintura con orgullo y me da una sonrisa.
-Claro que tengo suerte -dice Noah.
-Muchas gracias tío Jhon. Estoy feliz de verte nuevamente -digo soltándome de Noah y acercándome a Jhon para tomarlo de las manos.
-Bueno chicos, la comida ya está listo. Pasemos a la mesa y disfrutar este día en familia -dice Jane entusiasmada por ver a toda la familia Miller en su casa.
El almuerzo ha sido espectacular, la familia de Noah es maravillosa, cada vez que se reúnen es inevitable morirnos de risa por las tonterías que puedan decir los primos o tíos de Noah.
Ayudo a Jane a levantar todos los platos y llevarlos a lavar. Le digo a Jane lo que me pidió Noah y ella se ríe tiernamente al escuchar que su hijo muere aún por sus postres.
Después de un gran almuerzo, decidimos hacer un karaoke con todos. Noah y su padre empiezan a cantar las canciones de Bob Dylan, cantante que ellos dos admiran. Yo canto algunas canciones de Madonna con Jane y el tío Jhon nos observa muy contento.
Ha sido un día grandioso, no hemos parado de reír en todo el día y eso es lo que más me gusta de esta familia.
Pasamos así el fin de semana. El lunes por la mañana nuestro día comienza nuevamente. Noah sale primero de casa y yo una hora después. Cuando llego a la oficina, Miranda me informa sobre la reunión que teníamos pendiente. La oficina de Recursos Humanos estamos buscando a las personas que irán a trabajar en la nueva sede de Miller en Carolina del Norte.
Muchos de los trabajadores están emocionados por ser elegidos lo cual me alegra mucho.
Cuando regreso a mi oficina, Miranda entra con un sobre pequeño entre las manos.
-Señora Miller, han dejado este sobre para usted en recepción.
Tomo el sobre y le doy una sonrisa en señal de agradecimiento.
Por fuera el sobre está en blanco, el nombre del remitente no figura lo cual me extraña.
Abro el sobre y dentro de este hay un pequeño cuadernillo. Empiezo a leer las primeras palabras del cuadernillo y lo que dice me deja sorprendida.

Un Placer Haberte ConocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora