Su llamada será transferida al buzón de voz.
Sigue sin contestar. He intentado comunicarme con Chad desde temprano. Sé que está algo molesto por haber preferido a Noah en vez de a él pero tampoco es para que no conteste ninguna de mis llamadas.
Acaricio mi moto que tengo guardada en el aparcamiento de mi casa. Esta moto me recuerda tanto a él, lo que me hace enfadar aún más por no poder comunicarme con Chad.
Decido utilizarla para ir a buscarlo. Hace tiempo que no la utilizo y no quiero pensar en que la compré en vano. He olvidado cómo manejarla pero cuando me subo en ella y escucho el hermoso sonido del motor, todos mis conocimientos sobre cómo manejar mi BMW G 310 R llegan a mí.
Me acuerdo de Lucas y como me enseñó a manejar esta belleza.
¿Qué será de él? Debería ir a visitarlo.
Llego al apartamento de Chad y empiezo a tocar la puerta.
Tres golpes. Cuatro golpes. Nuevamente tres. Y nada. No se escucha nada adentro y empiezo a preocuparme. Golpeo una vez más la puerta y sigo sin respuesta.
Cuando decido ya irme, escucho pasos que se acercan y coloco mejor sonrisa para pedirle disculpas.
Pero la sonrisa se me borra del rostro cuando veo una mujer rubia semidesnuda con una camiseta ploma que alguna vez se la vi puesta a él.
-¡Señora Miller! -exclama Miranda con los ojos bien abiertos.
-Mi... Miranda. -No consigo decir nada más. Esa imagen de Miranda con el pelo rubio despeinado y con la camiseta de él como vestido me tiene en shock.
-¡Qué vergüenza! -dice Miranda al darse cuenta que está semidesnuda frente a mí-. Disculpe señora Miller. Voy a cambiarme.
-¡No! -contesto. Los ojos se me llenan de lágrimas pero evito que caigan por mis mejillas. Ella no sabe nada de mi relación con Chad. Ella no tiene ni idea que yo estoy enamorada de él.
-¿Quiere hablar con Chad? -pregunta.
No puedo retener más las lágrimas en mis ojos y estas caen al ver a Chad a unos metros detrás de ella también semidesnudo.
Salgo corriendo sin antes escuchar la voz de Chad llamando mi nombre.
¿Cómo pudo hacerme esto? ¿Cómo pudo volver a estar con Miranda? ¿Por qué con ella?
Llego a mi moto con falta de oxígeno y con mi rostro rojo lleno de lágrimas.
-¡Allie, espera! Déjame explicarte. -Escucho su voz detrás de mí y me subo al vehículo que me alejará de este lugar.
Me toma del brazo para evitar que encienda la moto y se coloca enfrente de mí con los ojos como platos al parecer por verme encima de la moto.
-Allie, no es lo que estas pensando. Te lo puedo explicar -dice algo agitado. Se ha colocado unos pantalones de chandal pero sigue sin camiseta.
-No quiero oírte. No quiero que me expliques ¡nada! -digo con rabia. Las lágrimas no se detienen y el dolor en mi pecho menos.
-Allie ¡por favor! Bájate de la moto. No puedes ir manejando así -suplica.
Enciendo la moto y empiezo a avanzar. Chad no se aleja y camina junto a la moto.
-¡Déjame ir! -digo alzando la voz pero este no se aleja.
-No sé que hacía Miranda en mi apartamento, yo no... -alza también la voz.
-Eres un miserable -pronuncio con rabia y acelero la moto sin importarme en golpear a Chad.
Escapo de él. Mis ojos se me nublan por las lágrimas que no paran de salir.
El hombre que amo estaba con su ex prometida en su apartamento semidesnudos. Esa rubia llevaba puesta su camiseta y abría la puerta de su apartamento como si fuera dueña de esta.
La mujer que lo había dejado plantado el día de su boda había pasado la noche con él.Freno violentamente cuando un auto pasa por delante de mí. Sin darme cuenta me había pasado la luz roja y ahora me encontraba en medio de la pista con los conductores tocando el claxon y mirándome con rabia.
-¿Estás ciega o qué? -dice el hombre que tengo al frente saliendo de su auto.
-Lo siento -digo algo fuerte y continuo manejando.
Llego al aparcamiento de mi casa. Me bajo de la moto y subo corriendo a mi casa para echarme a llorar en mi cama, sola.
El dolor es insoportable. La decepción muy grande y las preguntas que tengo en mi mente no dejan de atormentarme.
¿Por qué lo hizo? ¿Por qué? ¿Realmente me quiso? ¿Realmente llegó a quererme? ¿Seguirá enamorado de ella?
Todas sin respuestas. Mi teléfono empieza a sonar en mi bolso. No quiero contestar. Sé quién está llamándome y no estoy lista para enfrentarlo.
Unos golpes en mi puerta y gritos me incitan a llorar mucho más.
-Allie, ¡abre por favor! ¡Maldita sea!¡Por favor, abre la puta puerta! -grita sin dejar de golpear y patear la puerta.
-¡Lárgate Chad! Quiero que te vayas de mi casa y de mi vida -contesto desde el pasillo de mi dormitorio.
-Quiero explicarte lo que ha pasado. Necesito hacerlo. ¡Por favor, ábreme!
Siento que va a destruir la puerta con cada golpe que da. Noah haría demasiadas preguntas si ve la puerta destrozada y los vecinos comenzarían a quejarse del escándalo.
Con todo el dolor que siente mi corazón me acerco a la puerta y la abro.
-Deja de golpear la puerta, la vas a destrozar -digo fríamente evitando mirarle a los ojos.
Con lo poco que he visto, tiene el rostro rojo y los ojos también. Se ha colocado un poleron negro para cubrir su torso desnudo.
-Allie, tienes que escucharme. No entiendo porqué Miranda estaba en mi apartamento. No recuerdo qué pasó -dice Chad colocando ambas manos sobre mis hombros.
-Pensé que me querías -digo entre sollozos.
-Claro que te quiero, por supuesto que te quiero -contestó.
-¡Mentira! -dije firmemente y ahora si pude mirarlo a los ojos-. Si realmente me quisieras no me hubieras causado este puto dolor. -Me quedé callada por unos segundos. Chad intentó hablar pero mis sollozos se hacían cada vez más frecuentes.
-Sigues enamorado de ella. Es eso. Jamás me quisiste. Solo jugaste conmigo... -balbuceo.
-No Allie. Yo no estoy enamorado de ella. Yo no jugué contigo.
-Claro que lo hiciste. Siempre lo has hecho. Me dijiste que habías estado conmigo porque querías disfrutar de como se siente follarse a la mujer de uno de los hombres más poderosos de esta ciudad. Me lo dijiste, me lo advertiste y yo como estúpida caí en tu puto juego.
Recordaba esas palabras tal como él las había dicho. Lo que había dicho me había desgarrado el corazón y sentí que el mundo se me caía encima. Y ahora, siento lo mismo pero con más fuerza aún.
-Jamás te haría daño -intentó colocar sus manos sobre mis mejillas pero no lo dejé-. Sé que dije esas palabras pero también te dije que eran mentiras. Lo que siento por ti no es juego Allie. Yo realmente estoy enamorado de ti. Realmente te quiero.
Por su hermoso rostro caían lágrimas. Veía el dolor que sentía a través de sus ojos grises. Quería creer en cada palabra que decía pero me era imposible.
-¡Vete a la mierda! Ahora tus palabras para mí ya no valen nada. Maldigo la hora que te conocí. Maldigo todo lo que tuvimos. ¡Fuiste... el peor... error...en mi vida! -grité con tanta rabia pero a la vez con tanto dolor. Toda las cosas que salían de mi boca eran mentiras. Él había sido lo mejor que me había pasado. Él era el hombre con el cual quería pasar el resto de mi vida. Él era mi placer.
-No digas eso por favor. Sé que estás dolida y lo entiendo pero quiero que sepas que entre Miranda y yo no pasó nada...
-¿Como sabes que no pasó nada? Me acabas de decir que no te acuerdas. Claro, el señor decide irse con la persona que supuestamente él detesta y que jamás llamaría para pasar el rato porque la otra idiota prefirió al único hombre que la quiere de verdad.
Pienso en Noah y lamento haberme desenamorado de él. Ese hombre era el mejor, ese hombre si me valoraba y me quería.
-Me encontré con Miranda en el bar que fui anoche. Me sentía pésimo porque lo habías preferido a él en vez de a mí... -empieza a explicar Chad.
-Yo no quiero saber cómo te encontraste con ella y después como te la tiraste. Lo único que quiero es que te largues y te vayas de mi vida para siempre. Lo que nunca tuvimos se acabó. He abierto los ojos. Al fin lo he hecho. Eres un hombre que juega con las mujeres por lo que te hicieron y ya no quiero ser más parte de ello. ¡Vete por favor! ¡Vete! -grité.
Chad no se movía, así que lo empujé y le cerré la puerta una vez que este se encontraba en el umbral. No dejó de golpear la puerta y yo lo ignoré.
Había terminado algo que jamás debió suceder. Me había dado cuenta de la realidad y de cómo el hombre del cual estoy enamorada se había burlado de mí.
El dolor no cabe en mi pecho. Siento como si una estaca cruzara mil veces por mí corazón y como el fin de mi mundo comienza. Haberme enamorado de otro hombre y haber traicionado a mi esposo había sido mi error y ahora este es el castigo que debo pagar. Y para mi mala suerte, este castigo será el más doloroso de toda mi vida.
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Un Placer Haberte Conocido
Romance¿Qué sucede si encuentras al amor de tu vida en tu despedida de soltera? Allie Wilson, una joven muy segura de sí misma, con su vida muy bien organizada y sin problemas; estaba a un día de casarse con el que pensaba era el amor de su vida, el exito...