Parte 12 - La llamada

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Los tacos de Nina resuenan por toda la casa.

El futbol de fondo le da la pauta de que su hermano ya esta en la propiedad, lo extraño es la mesa pequeña junto al comedor, preparada con una picada para nada improvisada.

—Genial.— Murmura cínica.

Aún no se le pasaba del todo lo del accidente, lo qué había hablado con su amigo, y luego había podido constatar de primera mano para con su neurólogo.

Estaba frustrada.

Todo era raro.

Y no sabía en quién confiar.

Ni en quién apoyarse.

—Buenas noches.— Nicolas se retira con una reverencia a la habitación que le fue designada para poder tomar un breve descanso y continuar con su jornada nocturna en alerta.

Sam tuvo su descanso, mientras la rubia estaba en su showroom por unas tres horas, las cuáles aprovecho para estirar sus músculos en la camioneta sin necesidad de irse a una habitación.

El mismo se queda junto a Nina, quién deja su cartera sobre el sillón más cercano y se acerca a la cocina, encontrándose con Kaleb bebiendo una cerveza y utilizando su celular.

—Hola.— Murmura.

Él la mira de arriba abajo. —¿No tenías una cena?— Alza sus cejas al verla.

Nina rueda los ojos y niega con su cabeza. —La cena es mañana, si querías tener la noche libre me lo hubieras pedido y venía más tarde.— Alza sus manos y toma una botella de agua de la heladera.

—Lo olvidé.— Admite.

Ella lo mira sobre su hombro. —Veo.— Mirmura.

Hay algo en la actitud sospechosa de Kaleb qué le da mala espina.

Y una de las primeras cosas qué le dieron ese indicio fue cuándo él se disculpó de esa forma tan vaga y absurda por el secuestro.

Habiendo tenido más que tiempo para sí misma para poder pensar en que tenía que estar agradecida con alguien a quien no le caiga del todo bien, cómo lo era Connor, no obstante, él había sido la única persona responsable de ocuparse de que ella saliera con vida de ese lugar.

—Además siempre que vino gente no tuve que irme.— Hace una mueca con sus labios luego de beber.

—No.— Frota sus manos entre sí nervioso.

Valentina achina sus ojos. —No me imagino porque hoy si debería.— Sube sus hombros.

Kaleb moja sus labios.

Connor quería verlo y era por algo en particular, además del echo de qué había tenido una fuerte discusión para con su hermano respecto a lo que había sucedido.

Y de tan fuerte que había sido la misma había perdido los estribos y no estaba seguro de poder seguir fingiendo.

Se habian pasado de la raya, Lucas nunca le había dicho que si tenía que matar a Valentina tan solo para matar a Connor lo haría, y no es qué él, no lo supiera, pero había algo en su cabeza, quizás el remordimiento, qué no le permitía ver las cosas sin sentirse culpable.

Cuando la realidad es que se sentía culpable a medida que iba pasando el tiempo y se daba cuenta de que sus planes los estaban llevando a la muerte segura.

—No te estaba preguntando para que te vayas, Valentina.— Suspira.

Ella alza sus cejas y escucha atentamente su respuesta. —Bueno parecía exactamente eso, y te recuerdo qué la propiedad es de los tres, y ustedes fueron los qué insistieron en vivir juntos.— Contra ataca.

ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora