—¡¿Me extrañaste, lindura!?— Alec sonríe.
Valentina se pone de pie con su boca entreabierta.
De la impresión al ver su rostro, casi tira todo lo qué tiene en la mano.
Alec está realmente golpeado, y no podía creer que Connor le haya ocultado el echo de ver a su hermano menor de aquella forma.
—¡¿Cómo es que estás así?!— Parpadea angustiada.
Poniéndose a un lado de su amigo.
—¡Lo sé, tranquila!— Sonríe con ternura.
Valentina traga saliva queriendo tocar si rostro, pero deteniéndose a medio camino cuándo se da cuenta de que se encuentra demasiado magullado cómo para tocarlo y no hacerle daño.
—No es posible.— Parpadea.
Sintiendo un escalofríos recorrer su espina dorsal.
Alec le sonríe. Y mira hacía atrás, dónde Connor habla con Dylan, para darle algunas directivas.
—Tranquila, él no quería qué te asustaras, porque ibas a poner específicamente esa carita, y estarías pensando lo que tú cabeza está pensando.— Hace un pequeño puchero con sus labios.
Valentina lo mira obvia.
Dándose cuenta de qué el temor qué tenía en su cuerpo y el enojo era porque aquello lo habían echo sus hermanos y no podía creer, aún, qué fueran capaces de tal atrocidad.
—¿Cómo pudieron hacer algo así? No puede ser tan desconsiderados con alguien qué les dió prácticamente todo. Son unos sinvergüenza.— Aprieta sus labios con furia.
Continuando con los pensamientos abrumadores en su cabeza.
Desesperada por encontrar el modo de entender qué es lo qué ocurre.
Hasta el momento sólo había sentido dolor, pero ahora lo tenía claro, ellos no eran sus hermanos. Eran dos desconocidos, y de tan desconocidos qué eran para Valentína estaban de la verdad de enfrente a la de ella.
Y desde hoy, ella lo dejaría más que marcado.
Alec la estrecha entre sus brazos. —Estoy bien, Nina, sólo gajes del oficio.— Bromea para cortar la tensión.
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—¿Estás bien?— Connor achina sus ojos.
Valentina parece estar paralizada, además de muy pálida para su gusto.
Ella traga saliva.
Intentando encontrar el modo de calmar sus sensaciones y poner la cabeza en lo que importaba.
Cuándo más lo pensaba, es que se daba cuenta de qué no podía hacerlo.
—No se si voy a poder hacer esto.— Murmura lamiendo sus labios.
Estaba aterrada, y había estado toda la tarde pensando en aquello.
Una y otra vez dándole vueltas al asunto.
—¿Que, por qué?— Pregunta obvio y mucho las relajado que ella.
Ella lo mira mordiendo su labio inferior. —¡Están más intensos qué nunca, además las locuras que dicen, no puedo creer que la prensa sea así de insoportable!— Suspira y desarma su peinado.
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Elijah
RomanceValentina, Nina para los amigos, lleva más de un año sin saber que perdió la memoria en un accidente automovilístico causado por sus dos hermanos, de lo cuál ella desconoce absolutamente. La vida de nuestra protagonista cuenta dos hermanos que se h...