Parte 22 - Complicaciones

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—¿Quizás el concepto de llamar cuándo llegue a tu casa esta algo desvalorizado para vos, no?— Alec sorprende a su hermano con las luces apagadas de su oficina, quién rueda los ojos al encontrarse con tal espectáculo.

Mira su reloj haciéndose el gracioso y lo mira fijamente sin importarle en lo absoluto qué Alec este irrumpiendo allí.

—No sabía que tenía toque de queda.— Rueda una vez más sus ojos grises y truena su cuello contracturado.

—No te hagas el gracioso, sabes que sos una persona importante que necesita estar con seguridad constantemente.— Cierra los ojos frustrado.

—Sh...— Sisea.

Su dolor de cabeza realmente lo está matando por completo.

Alec puede finalmente encender las luces de la oficina y tiene que dar un paso hacia atrás y llevar una mano a su pecho de manera realmente exagerada, al ver el rostro de su hermano mayor y cómo se encuentra en su totalidad.

—¡¿Pero qué carajos te paso?!— Demanda.

Connor mueve su cabeza hacia un costado restando la importancia a la cantidad de múltiples golpes y cortaduras que tiene, tanto en su rostro cómo así, también, en sus brazos y manos.

Estaba tan drogado que ni siquiera se había dado cuenta del dolor que sentía en todo su cuerpo.

Eso se lo debía a la cantidad inagotable de analgésico que estaba consumiendo.

Alec no puede creer cómo es que todavía se mantiene de pie y no sufrió un desmayo, cómo mínimo.

—¡Connor, mierda!— Se queja ante la no respuesta del mismo.

Cuando habló por última vez con él no creyó que estuviera hablando en serio en que iba a ajustar cuentas.

Y lo más probable es que las hubiera ajustado por completo, preocupándole por sobremanera el hecho de si la otra persona todavía había quedado con vida, viendo y considerando que él estaba realmente con un aspecto deplorable.

Era conciente de la posibilidad que él tenía de defensa y ataque, estando más que seguro en que la otra persona estaría muerta y eso sería un problema más para agregarle a la lista de tener que cubrir los pasos de lo que había sucedido.

—¿Por qué estás acá?— Suspira profundo y deja su celular sobre el escritorio haciendo ruido por demás.

Se lo nota molesto con su presencia, por lo que Álec, tendrá que hacer un gran esfuerzo porque no lo saqué a patadas de allí...

—Me entere del espectáculo que diste y vine a resolver unos asuntos con la adf que te recuerdo por si te interesa, los tenes en la nuca porque no pudiste llegar todavía a un acuerdo que satisfaga a todos los imbéciles sobornados.— Exclama.

Connor asiente y lo mira, mientras abre su mini bar y toma una bolsa de hielo del mismo.

La coloca en su mano ensangrentada y se sienta en el sillón con sus ojos cerrados, disfrutando del ardor de sus nudillos a carne abierta.

Alec se percata de los pasos atolondrados que da y de cómo le cuesta dar cada uno de ellos. —¿Que fue lo qué pasó?— Cierra sus ojos.

—Estaba Lucas.— Niega y lo mira con sus ojos grises ya abiertos y algo cansados.

Su hermano se pierde en el baño y cuándo regresa le tira el botiquín para que se limpie las heridas.

—Bueno, eso explica las cosas.— Sube sus cejas. —Solo espero que lo hayas matado para el aspecto que estás teniendo ahora mismo.— Se carajea.

ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora