parte 75 - Fin de fiesta

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¡La perdí Alec, la perdí!— Llora alzando la vista.

Alec estaba recién ingresando a su propiedad, porque la última conversación que había tenido con su hermano por teléfono no lo había dejado tranquilo.

Se asombró y preocupo cuándo encontró la casa con todas las cortinas bajas y con los guardias que siempre suelen estar adentro, fuera de la propiedad o caminando por el parque de la misma o los alrededores.

—¡CONNOR!— Su hermano grita.

Kol lo interceptó antes de que pudiera ingresar a la sala, avisándole de que estaba apunto de llamarlo pero vio en su GPS que se estaba dirigiendo para aquí y prefirió evitar el mal trago.

—"Algo sucedió, nos pidió que nos quedáramos por el perímetro pero que no entráramos a la sala."— Fue lo que el custodio le explicó.

Tobey se queda también del otro lado de la puerta.

—¿Qué te pasó?— Se agacha a su altura.

Connor estaba apoyado con la cabeza en la isla de la cocina, todo estaba a oscuras por más que fuera de día aún.

—La perdí.— Vuelve a decir con sus ojos rojos de tanto haber llorado.

Se abraza a sí mismo y esconde su cabeza en sus rodillas.

—Connor, tenes que calmarte y necesito que me expliques... Por qué estás diciendo que la perdiste.— Traga saliva con un dolor en el pecho de ver a su hermano mayor en esta situación.

—Fui a verla a la facultad.— Niega con la cabeza sacando la misma de entre sus piernas.

—Como siempre lo haces.— Agrega su hermano.

Connor quería seguir estando en su vida por más que ella no lo recordará intentaba hacer coincidir su agenda para verla hacer cosas cotidianas y así sentir que ella aún estaba con él.

Verla tomar un café o un té junto a un libro, verla sonreír con su amiga Amanda o incluso hasta con Dylan, era todo lo que él necesitaba para saber que ella seguía estando ahí.

—Está con alguien.— Titubea.

Y se abraza a su hermano tomándolo por sorpresa al menor de que connor se muestre tan débil delante de él.

Le devuelve el abrazo y se vuelve a sorprender de los espasmos e hipidos que connor tiene, acurrucandose en su pecho como si fuera un niño de cinco años.

—la perdí... Para siempre porque ella parecía muy feliz hablando con ese imbécil.— Las lágrimas no dejan de caer y su hermano no hace otra cosa más que sobar su espalda.

—Tranquilo, tiene que haber una explicación.— Susurra.

Connor toma su celular y se lo entrega con manos temblorosas.

—Ahí está la explicación.— Demanda alejándose y volviendo a abrazarse a sí mismo llevando sus rodillas hacia su pecho.

Alec entra a la galería de fotos y corrobora lo que sus sospechas le indicaban.

Sonríe levemente.

Connor lo mira con su entrecejo fruncido.

—No la perdiste hermano.— Le sonríe volviendo a darle un masaje circular en su espalda para poder animarlo.

—¿¡No la estás viendo, Alec?!— Se queja y vuelve a esconder su cabeza.

—Si te das un baño y tomas un café conmigo, te digo quién es ese imbécil y por qué no la perdiste— Le sonríe.

ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora