parte 56 - Ódiame

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—Señorita, disculpe qué la moleste.— Carraspea.

—¿Sucede algo, Logan?— Lo mira.

El mismo interrumpió su lectura con una mueca en sus labios y un movimiento en su mano.

—Señorita le informó que el jefe está subiendo ahora mismo para que no se asusté.— Desaparece de nuevo por el pasillo que da a sus habitaciones.

Sin siquiera darle la posibilidad a valentina de preguntar qué es lo que estaba ocurriendo... Y por qué estaba llegando a altas horas de la madrugada a su domicilio.

—¿Qué?— Tuerce las cejas.

Sabía perfectamente que él iba a estar ocupado durante la noche, incluso, se lo había dicho, es por eso que se preocupa por el motivo por el cuál se encuentra subiendo hacia su departamento.

E inmediatamente lo comprende.

Connor sonríe burlón.

Mirándola con una pequeña sonrisa de costado.

—Oles a sangre...— Chasquea su lengua y niega con la cabeza.

Se levanta del sillón dejando su copa de vino blanco, sobre la mesa ratona, junto a su libro y camina hacía Connor, quién acaba de aparecer por las puertas metálicas, cómo ya lo había predicho Logan, y se mantiene aún en el rellano mirándola.

—Es probable.— Frunce sus labios.

Ella al verlo así, solo jadea y suspira.

Color vuelve a sonreír. —Estoy bien.— Alza sus manos.

Valentina traga saliva. —¿Qué te pasó?— Aprieta sus labios al verlo solo, arruga su ceño y centra de nuevo su mirada en él.

—Vida, no pongas esa cara...— Le sonríe entrecerrando sus ojos.

—¡¡Connor!!— Responde molesta por su omisión de respuesta por parte de él.

Qué sólo hace el gesto de alzar sus manos, para anunciar que llega en son de paz.

—Quiero dormir con vos, vida... Sólo necesito que duermas conmigo cómo lo hiciste ayer, por favor.— Suelta con voz ronca dejando su arma sobre la mesa más cercana, al igual que lo hace con sus artefactos tecnológicos.

Valentina observa cada uno de sus movimientos con cautela, queriendo descubrir si él está más herido de qué lo se ve en heridas superficiales.

—¿Que te paso, Connor? Oles demasiado a sangre.— Repite preocupada.

Él sonríe. —No me importa oler a sangre, o que no quieras que esté acá, yo quiero dormir con vos...— Insiste, cansado.

Ella aprieta sus labios y se cruza de brazos sobre su pecho.

Parece un niño cuándo hace sus berrinches...

Los cuales ella jamás, en toda su relación, se les prohibió, ya que sabe perfectamente cómo es capaz de ponerse Connor, cuándo no obtiene lo que quiere.

—¿Y no pensas explicarme por qué estás a esta hora de la madrugada en mi casa y lleno de sangre?— Sisea furiosa.

Él relame sus labios y se acerca más a ella.

Ve de reojo pasar a Sam, quien le hace un asentamiento de cabeza en modo de saludo y desaparece de la habitación.

—Nop.— Sonríe maldicioso.

Valentina muerde su labio inferior, odiaba cuándo él jugaba aquel maldito juego de verdad o mentira a preguntas.

Necesitaba saber que había ocurrido y necesitaba saberlo ahora.

ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora