Elijah

Parte 26 - Enojo

Valentina se encuentra durmiendo, aún, y sin reconocimiento cuándo el morocho ingresa a la habitación... A pesar de que el médico le había dicho que estaba despierta.

—Mierda.— Cierra los ojos.

Se muestra ansioso por ver sus ojos abiertos, pero no se extraña que vaya y venga con sus desmayos, debido a que lo mismo le pasó en la camioneta cuándo la traian.

—Alec tenía razón, me iba a lamentar.— Tiembla al admitirlo en voz alta.

Rasca su cabello y suspira moviéndose de lado a lado, luego de haberla analizado, tamborillera sus dedos mirando la habitación y qué tenga todo lo que sea necesario y más.

Carraspea y vuelve su atención a ella luego de volver a pasar sus manos lastimadas por su rostro.

—¡¿Por qué todavía seguís dormida?— Rasca su naríz y mira por la ventana, cómo casi está por amanecer.

Las sustancias de su cuerpo están poco a poco desapareciendo, pero él está más necesitado que nunca de consumir algo.

Los nervios lo están matando...

No puede quitarse de su mente la voz de Valentina diciendo su nombre... Es cómo si fuera un constante tamborileo taladrando su cabeza.

—Vida... Por favor...— Parpadea y acaricia su cabello...

—No me hagas esto de nuevo... No de nuevo por favor, vida...— Sisea.

Ella se remueve y él se aleja asustado, de su reacción, de cómo ella pueda mirarlo... O de qué sea toda una paranoia y qué siga sin recordarlo.

Abre sus labios y los cierra cuándo ve qué comienza a desperezarse, abriendo de poco sus párpados y acostumbrando los mismos a la luz artificial.

—Mierda.— Murmura de manera prácticamente inaudible.

Valentina toma con dificultad el vaso con agua qué hay en la cama, y da un sorbo con una mueca de dolor...

Deja el vaso y cierra los ojos suspirando y alzando su vista al frente...

Luego, observa a su alrededor, y el rostro de su ex novia se empalidece inmediatamente al verlo.

—¿Qué estás haciendo acá?— Demanda abriendo por demás sus ojos.

Siente sus manos transpirar y toda su espina dorsal temblar estando en la misma habitación que él, desde que despertó que se encuentra inquieta y todos sus recuerdos sobre Connor la persiguen una y otra vez...

—No te hare daño.— Murmura alzando sus manos desde la distancia.

Está aterrado.

Era una de las principales razones por las cuáles no sabía si iba a poder con todo eso.

La mirada que esta recibiendo por parte de Valentina lo hace quedarse congelado por completo.

Muerde su labio y lo mira con recelo comenzando a respirar agitada. —Connor...— Lo llama por su nombre.

Lo recuerda todo.

Desde la primera vez que lo vió, hasta el día de hoy, cada detalle, recuerda más de lo que le hubiera gustado saber.

Incluso, ahora mismo todo lo que había dicho Lucas en el viejo club de boxeo, en el cuál se habían encontrado para con su ex prometido, tenía un poco de lógica.

Valentina siempre había desconfiado ante el hecho de como ellos se tomaban la relación de los dos y cómo siempre intentaban sacar información de la cuál, ella no tenía ni la menor idea.