Elijah

parte 18 - Se fueron

—Subire a chequear qué todo está bien.— Acota.

Con miedo a que Valentína le de una negativa ante su pedido.

Ella infla su pecho.

Y no se niega.

Seguía creyendo qué por más que él le pareciera un cretino, se sentía segura a su lado, e ingresar a su depa sola, luego de lo que había ocurrido por la mañana no me parecía una gran idea después de todo.

Por algo es qué no había querido ir al mismo en cuánto se subió al auto de Connor por la mañana.

—¿Él no sube?— Mira a Kol, qué se baja de su camioneta y prende un cigarrillo.

Connor parpadea y niega. —No es necesario, sólo será un minuto.— Aclara.

Nina ingresa a su departamento luego del silencioso viaje en compañía de él.

Elijah la acompaña atento al entorno y a ella misma al interior de la propiedad, revisando toda la casa con precaución, cómo lo suelen hacer sus guardias.

La rubia suspira al cruzar las puertas del ascensor y revive su mañana paso por paso a cada parpadeó que da.

—Genial.— Murmura.

Tiene que tomar aire para no entrar en una pequeña crisis.

Él lo nota y chasquea la lengua ante el próximo movimiento de la rubia... —¿Estás bien?— Sisea.

Cierra los ojos y se toma unos segundos para contener sus lágrimas. —Si.— Parpadea.

Estando más que consiente de qué no quiere quebrarse frente a él.

Connor la sorprende apoyando una mano sobre su hombro que la hace saltar en su lugar.

Apoya levemente sus labios sobre su oreja generando un escalofríos recorre todo el cuerpo de Nina, quién traga saliva y abre levemente su boca pero ni una sola palabra sale de entre sus labios.

Todo su cuerpo se encuentra congelado ante el tacto que él le dio y para desgracia de ella le resultó calido y hasta le género que todo su cuerpo temblara de placer.

—Quedate acá.— Pide.

Ella asiente y se gira en su dirección. —¿Por qué?— Cuestiona alzando su barbilla.

—Necesito que no hagas ninguna idiotez, Valentina, es sólo acatar una órden en lo que va el maldito día.— Alza sus cejas y la amenaza con la mirada.

La rubia traga saliva y lo sigue observándo aún sin poder decirle que no la trate cómo una niña, junta sus puños a ambos lados de sus caderas y lo mira apretando sus labios por demás

—No haré nada, y gracias por tu reclamo escondido de advertencia ante lo qué hice hoy.— Se queja.

Connor sonríe con malicia.

—Necesito revisar la casa, lo qué hayas echo hoy, ya lo hiciste y qué te diga qué fue una idiotez no repara nada.— Explica, obvio.

Valentina asiente cansada soltando un poco el agarre de sus manos.

—¡No hay amenaza, es mi casa!— Se queja.

Ignora sus últimas palabras.

Connor vuelve a reírse frustrado. _Si la hay, parece que no entendiste nada.— Bufa cansado.

Ella se cruza de brazos. —¡Si lo hice, puede que no nos conozcamos, pero no soy estúpida, para que te quede claro!— Brama.

El ojigris pasa una mano por el puente de su nariz.