parte 41 - Hogar

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Las carcajadas por parte de ella, le regeneran y llenan el alma al morocho quién disfruta y guarda en su retina los momentos actuales, con temor a que el mismo se le escurra de sus manos como si de arena se tratase...

Incluso, se siente tan seguro y respaldado a su lado que no puede evitar tener esa sensación de calma cuándo está junto a ella.

Y qué mejor que el día de hoy, en el que Valentina, se mostró un poco más solidaria y cautelosa para con él y sus acciones.

—Te extraño, vida...— Suelta distraído.

Estaba distraído porque se sentía seguro en aquel lugar. Y había sido más un reflejo de su inconsciente, que lo había traicionado, al no darse cuenta de que Valentina estaba haciendo todo aquello para que él no consumiera drogas y no fuera a golpear a la primera persona que se encontrara en su camino.

Y todavía no tenía muy en claro si es que Valentina lo estaba haciendo por el miedo a su propia integridad física, o si simplemente lo estaba haciendo para que cualquier tipo de acción que pudiera llegar a tomar su ex prometido, pudiera llegar a afectar a las personas a su alrededor, tanto sea así como a su equipo más cerrado.

Ella lame su helado y se frena cuándo escucha esas palabras.

Se había quedado atragantada al escuchar cómo esas palabras continuaban rebotando en su cabeza de un lado para el otro.

Estaba más que segura de que la imagen que estaba dando para el exterior era completamente petrificante, porque así es cómo se sentía, logrando poder reconocer el cosquilleo en sus piernas y manos, al mismo tiempo que parecía un ardor crecer en su estómago.

—Connor.— Titubea esperando escoger las palabras adecuadas.

Connor hace más que maldecir para sus adentros en cuánto se da cuenta de que había soltado las palabras incorrectas.

Estas palabras que prefería guardarse para él mismo y no develarlas hacia una persona que todavía no lo podía perdonar por lo que había tenido que hacer.

Centra sus ojos en los de Valentina.

Si había algo que Connor no era, era cobarde, y es por eso mismo que estás decidido a seguirle la mirada por completo para demostrarle que no estaba arrepentido de lo que había dicho, ya estaba dicho y no era ningún imbécil como para no reconocer que eso era verdaderamente la verdad.

Y le pesará a quién le pesará él podía decirle a las veces que quisiera.

Observa cómo la rubia tensa todo su cuerpo y se pone cada vez más inquieta, a medida que él continúa observándola...

—Olvidalo, de cualquier manera ya lo hiciste una vez.— Sisea ronco.

Con una profunda puntada en su pecho al ver que ella no puede corresponder sus palabras.

Valentina lo mira cabizbaja, ignorando su comentario, qué la dejo completamente helada.

Lo peor de todo es la mirada de su ex prometido observando fijamente sus ojos, echando fuego por los de él.

Ese fuego que la consumía por completo siempre que se encontraban cara a cara.

Se encuentra tan aturdida y perturbada que ni siquiera puede reconocer el dolor de cabeza que la está consumiendo por completo, hasta el punto de ni siquiera poder entre abrir los ojos del todo.

Era como si cada vez que pasaba más tiempo con él se sentía en su hogar, en la comodidad de que todo lo que había a su alrededor lo conocía. Pero cuándo él abría la boca y continuaba expresando sus sentimientos de un lado hacia el otro, es que ella comenzaba a dudar de si estaba haciendo lo correcto.

ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora