Valentina es la primera en despertar.
Mira su celular y aún está a tiempo para llegar a su oficina, ya que recién son las 07:12 am, mira de reojo para ver si la cama está vacía o no.
Se sorprende de qué Connor siga durmiendo, cierra sus ojos para lanzar un bostezo tapando su boca y lo mira nuevamente mientras se levanta sin hacer ruido.
Se siente completamente descansada y relajada, amaba ese sillón, para nada le resultaba incomodo.
Si bien, no es como una cama, para estar una noche viene bárbaro.
Las ventanas que dan al balcón están levantadas y puede ver cómo la nieve cae en grandes copos a traves de los leves rayos del tenue sol.
Se queda unos instantes observando el clima y sonríe cuándo se da cuenta qué se quedó embobada viendo la nieve caer tras los rayos del sol.
Se dirige rápidamente al baño y no se asombra en reconocer su cepillo de dientes, al contrario lo agradece mentalmente, aunque sintió una leve puntada en su pecho de incomodidad o de familiaridad cuándo lo vió allí, y eso la llevo a pensar en que tan masoquista era Connor o en qué tan mal la estuvo pasando cuándo ella no lo recordaba...
Cuándo sale del baño mueve sus pies por la madera del suelo lentamente y se acerca más a la ventana para apreciar aún más el paisaje.
—Siempre me pareció increíble cómo miras a la nieve y como te gusta tanto el clima.— Susurra.
Ella se sobresalta y lleva su mano al corazón.
Él sonríe desde la cama y la mira alzando una ceja, mientras qué deja uno de sus celulares en la mesa de luz y se reincorpora.
Valentina suspira y lo mira ocultando una sonrisa nerviosa entre sus labios. —Bueno, tengo que estar agradecida de vivir en un país donde el clima es más frío que cálido.— Aprieta sus labios.
Él se levanta y se pone a su lado rápidamente.
Tiene unas ganas infinitas de lanzarse contra ella...
—Él agradecido soy yo...— Suelta ronco.
Valentina mira por unos instantes su torso aún desnudo, marcado y lleno de tatuajes.
Connor le sonríe cuándo levanta la mirada y sus ojos se cruzan...
Sus manos, aún, duelen pero no le da importancia, él la toma de la cintura y apoya su mano en su cuello, cerrando los ojos y disfrutando el momento qué sabe que será efímero porqué Valentina no tolerará mucho tiempo más su toque.
Pero para él estar tocándola de esa manera es mucho más valioso qué lo que pueda llegar a pasar después, hacía demasiado tiempo qué no la abrazaba.
La última vez que la tuvo en sus brazos fue cuando la rescató de esa casa asquerosa, en la cuál sus hermanos habían planeado su secuestro.
Sentir sus brazos, tocar su piel o sentir la calidez que todo su cuerpo da, para él es una recarga de energía constante.
—Connor...— Traga saliva...
—Lo se... Lo lamento.— Se queja suspirando...
—Voy a bañarme si no te molesta... Así después me voy a mí casa... Y puedo empezar mí mañana cuánto antes...— Alza su barbilla y lo mira unos instantes, antes de moverse hacía el baño separándose de su agarre.
Connor la frena con una mano en su cadera aún y le sonríe de costado...
Mirándola de arriba abajo y apretando la zona, generando que la tela de su camisa se eleve un poco de su cuerpo.
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Elijah
RomanceValentina, Nina para los amigos, lleva más de un año sin saber que perdió la memoria en un accidente automovilístico causado por sus dos hermanos, de lo cuál ella desconoce absolutamente. La vida de nuestra protagonista cuenta dos hermanos que se h...