Connor tiene a medio terminar su cafe cuándo ve ingresar al doctor a su cocina, por lo que no puede evitar hacer un gesto con su rostro, colocando sus ojos en blanco, suspirando ante su presencia.
—Buenos días, Connor, imagino por tu rostro qué no me estabas esperando.— Se burla.
Él infla su pecho. —No recuerdo haberlo llamado y que yo sepa todos están bien.— Finge una sonrisa y lo mira con fastidio.
El médico sigue su juego y suelta una jocosa carcajada.
—Voy a volver a coser esos puntos, Connor.— Lo señala con el dedo con confianza.
El mismo aprieta sus labios en una fina línea.
—No es necesario.— Rueda los ojos nuevamente.
—Él qué me llamó fue tu hermano, y voy a revisar tus heridas antes de qué hagas algo qué lo pueda llegar a arruinar todo, incluso, creo qué esas fueron las palabras qué usó.— Aclara.
Connor se quita la remera con brusquedad. —Debi de suponerlo, tiene complejo de hermano mayor.— Bufa.
El médico sonríe.
—Tenés que saber que no puedo volver a coserlos de nuevo si se abren, tenés que ser cuidadoso, Connor.— Niega con la cabeza preocupado por el estado de la herida.
Connor relame sus labios sabiendo que el médico no puede hacer milagros. —Hoy tengo un día complicado, hace lo qué lo puedas y después a la noche vemos cómo lo resuelvo.— Asegura chasqueando la lengua.
El canoso comienza a sacar los puntos viejos que estaban comenzando a infectarse mientras que Elijah le da un sorbo a su taza.
—Para eso tenés empleados.— Le sorprende con la liviandad que le habla.
—Lo dudo.— Sube sus hombros ignorando las miradas de desaprobación de su médico.
—Deberias dejar qué otro haga el trabajo sucio, tu hermano va a tener un ataque cardíaco si no paras, y sabes perfectamente lo propenso que es a ponerse nervioso cuándo se trata de vos.— Insiste.
Connor niega rotundamente ante sus palabras.
El hombre sólo suspira y se lamenta interiormente mientras sigue haciendo su trabajo correctamente.
Al cabo de veinte minutos, la herida esta cocida para que prevenir el echo de un movimiento no bienvenido, sí hace el suficiente esfuerzo, con este doble vendaje sostendrá un poco más los puntos.
Recoge los materiales utilizados y los tira al cesto de la basura, vuelve a su lado y con prisa de que connor no se coloque la remera él le revisa la herida que tiene en su vientre, la cuál ya está casi cicatrizada con ningún riesgo de volver a abrirse.
—Mi trabajo aquí está echo.— Estrechan las manos y se retira sin recibir una mínima palabra por parte de Connor, quién comienza a sentir acidez por no haber acompañado con nada sano su café.
Aún recuerda lo bien que le cayó la hamburguesa en la madrugada, estaba deliciosa y tenía mucha hambre cómo para desperdiciar un solo mordisco.
Kol se quedó con él hasta que se fue a dormir y pudo descansar un poco más de lo que esperaba, y es por eso que ahora ya se encontraba lo suficientemente fresco cómo para iniciar su mañana.
Su bolso está preparado para irse en veinte minutos.
—Genial.— Fierra su laptop y deja la taza de café a medio vaciar ya frío sobre la isla.
Sube a su habitación subiendo los escalones de dos en dos sin esfuerzo alguno.
Se lava rápidamente los dientes para luego bajar al comedor, tomar su bolso y retirarse camino al gimnasio de boxeo, conoce el lugar hace muchos años, ya qué inicio su entrenamiento por un pequeño tiempo allí.
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Elijah
RomanceValentina, Nina para los amigos, lleva más de un año sin saber que perdió la memoria en un accidente automovilístico causado por sus dos hermanos, de lo cuál ella desconoce absolutamente. La vida de nuestra protagonista cuenta dos hermanos que se h...