parte 42 - Hermanos

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Expulsa el aire contenido en sus pulmones y rueda los ojos al ver al morocho salir al balcón de dónde está...

Ella se alejó luego de la charla en el gimnasio.

Él la siguió hasta la terraza con sus manos en sus bolsillos pero Connor no se iba a dar por vencido tan rápido y contaba con la ventaja de qué estaban en su casa...

—¿Estás bien?— Pregunta ronco.

Valentina sonríe cínica. —Todo parece una estúpida película de terror...— Murmura más para ella que para él.

Lo mira incrédula y dolida a la vez.

Connor aprieta sus labios e intenta acercarse pero ella niega con la cabeza y da un paso atrás.

—Lo se, vida...— Admite suavemente...

—¿Por qué no me dijiste que estabas teniendo de empleado a mí hermanastro cuándo te recordé?Si supuestamente querías empezar a hacer las cosas bien y no mentirme, eso hubiera sido el primer paso.— Rueda los ojos y niega con la cabeza, sube sus brazos y se ríe.

Todas esas emociones desesperantes pasando por su cuerpo en segundos.

—Valentina... Te dije cuáles eran mis razones, además de qué cuándo despertaste en la clínica y me recordaste, tuve suerte de que no golpearas mi rostro con tu puño. ¿En qué momento te lo iba a decir?— Relame sus labios.

Ella sólo bufa. —Realmente sos el rey de las excusas, Connor.— Coloca sus ojos en blanco.

Connor infla su pecho. —No, carajos, no lo soy, ellos tenían historia, y vos quedaste en el medio, una estúpida idea de qué los Terrens querían ser los únicos hijos, y eso no era una realidad, Tobey fue el imbécil que cayó en su trampa y jugó el juego que ellos querían que jugará.— Alza sus manos.

Y se siente un poco cínico al estar defendiendo a Tobey.

—Ya no se quién es, porque lo que nos unía está muerto... Entiendo y acepto todo lo que me dijo horas atrás pero... Esto me está volviendo loca y ya no se con que más me voy a encontrar.— Se ríe con bronca y suspira cansada...

—¿Estás insinuando que yo disfruto de ocultar te las cosas?— Lo mira frustrado.

Su mandíbula se aprieta y sus puños se endurecen.

—¡En aquel entonces tampoco me lo dijiste, Connor! ¿Por qué?— Se carajea.

Él alza su barbilla.

Estaba en su límite.

Valentina no lo perdonaría.

Sólo seguiría buscando excusas para no hablarle, para mantenerse lejos de él.

Y Connor, cómo un imbécil, a su parecer, estaba cayendo en la trampa.

Es por eso qué su rostro se torna serio.

—No preguntes porque no te lo dije, son mis negocios...— Se ataca y lleva sus manos a los bolsillos en busca de su tabaco.

Ella arquea sus cejas. —Cuando se mezclan asi las cosas a veces es necesario avisar... Más si éramos prometidos.— Le guiña el ojo irónica y mira cómo él juega con su caja de tabaco.

Ansioso por disfrutar cada calada, mientras se contiene de hacerlo por la mera presencia de ella.

Él es ahora quién ríe y niega con la cabeza.

—¡¿Pretendías que te lo dijera cuándo no me recordabas? ¿O cuándo estaba intentando descifrar qué mierda querían tus hermanos?!— Se acerca y no le importa que ella retroceda.

ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora