parte 43 - Amabilidad

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Connor, termina su noche en un bar de mala muerte, luego de haber sacado toda la información necesaria a ambos.

Alec no lo acompaña, ya que la situación entre ambos hermanos se encuentra absolutamente tirante.

Connor sabía que valentina estaba actuando con educación y la mente fría cuándo se encontró a Tobey en su casa, y tampoco quería culpar a su hermano menor de eso, pero no podía negar el sentimiento de molestia que tenía al haberselo encontrados.

Pero estaba completamente seguro de que cuándo las puertas se cerraran ella comenzaría con su guerra verbal.

Solamente Augusto estaba está noche a su lado, quién cuidaba de sus pasos.

Muchas veces va a cazar pichones nuevos para sus negocios y así poder adiestrarlos, pero la visita de hoy es sólo meramente porque quedaba a cinco kilómetros de dónde ellos tienen el galpón, aúnque, no lo quiera admitir, no tiene ganas de volver a su casa y ver cómo la rubia lo sigue rechazando e ignorando.

Lo único que puede hacer es verla dormir y guardar esos recuerdos de verla a salvo, tranquila mientras descansa y, por sobre todas las cosas, cuándo mantiene sus labios cerrados sin despotricar palabras en su contra y sus ojos de igual manera, evitando observar aquella mirada de disgusto que tiene Valentina para con él, mirada que seguramente él se merezca por todas las cosas que tuvo que hacer, y que hace hasta el día de hoy para que ella esté a salvo.

Pero hay momentos del día en que, Connor no puede evitar sentir un agujero en su estómago cuándo ella lo mira así.

No podía quitar la necesidad de tener un poco de alcohol quemando su garganta, aún lleva sus manos algo ensangrentadas, pero el barman qué lo está atendiendo ni siquiera se mosquea por eso, le llama más la atención qué él este allí... Ya que no por nada es conocido en todos lados a los que pisa.

Paga su último vaso de whisky y se levanta tocando su cabello con enojo...

Enojo consigo mismo, abrumado, molesto...

Augusto lo mira y ambos hacen una seña para salir de allí, no sin antes, Connor, corroborar qué tiene aún su arma trás su espalda.

—¿Señor, vamos a su casa?— Cuestióna.

Connor asiente y se adentra en su camioneta del lado del acompañante.

Su jefe de seguridad pone en marcha el vehículo y acelera.

Él agradece mentalmente no tener que conducir, el cuerpo le duele horrores, necesita descansar con urgencia...

Tuvo que poner un poco de su voluntad y de su cuerpo para sacarles más información, a quiénes habían capturado.

Su equipo estaba haciendo un buen trabajo, uno muy bueno, para destacar, realmente, siendo sinceros, pero necesitaba sacar todo es adrenalina y bronca de su cuerpo...

Y no había mejor medicina qué tomar las cosas por sus propias manos.

Quemar sus pieles, cortar las mismas, tenés en sus manos sus miembros y verlos desangrarse de apoco.

Mientras qué Alec le pedía a los demás que fueran colocando sus ojos y extremidades en dos cajas diferente.

—Ocupate de buscar cinco personas bien entrenadas para el jueves a más tardar.— Baja de la camioneta, y rasca su cien.

Augusto asiente bajando también...

—Me encargaré de eso y te hare saber los candidatos.— Responde con profesionalismo.

Él asiente. —Si son nuestros mejor, pero quiero gente discreta y que usen la cabeza, no quiero equivocaciones.— Lo dice con fastidio...

Augusto vuelve a asentir. —¿Para el jueves próximo?— Consulta dadas las palabras de su jefe.

ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora