parte 68 - Mía

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Te extraño tanto, Valentina... Si tan solo supieras quién soy sería todo un poco más fácil.— Murmura a si mismo dejando a un lado la foto de su billetera en dónde aparecen ambos.

Connor lleva más de tres semanas sin pasar por ninguno de sus establecimientos, usualmente solía visitarlos al menos una vez por semana para mantener a raya a sus empleados y que ellos supieran que él podía caer en cualquier momento y circunstancia a corroborar cómo estaban trabajando.

Alec se mudó oficialmente a su casa hasta que pueda ver mejor a su hermano mayor.

La noticia a este último no le había caído muy en gracia pero ahora es lo que se necesitaba hacer para poder mantenerlo al resguardo hasta incluso de él mismo.

Los días que connor había tenido luego del alta de Valentina habían sido terribles pero el problema es que no solamente para él, sino que para todo aquel que lo rodeaba y aún peor para todo aquel que trabajaba bajo su nombre.

—Esto es una porquería.— se lamenta prendiendo un cigarrillo de marihuana para llevarlo a sus labios.

Extrañaba su tacto, su mirada...

Las veces que ella lo llamaba por su nombre o que simplemente lo miraba a los ojos sin decir ni una sola palabra más porque no era necesario.

Es por eso que la marihuana estaba empezando a hacer unas de sus mejores amigas al igual que la cocaína Por el simple hecho de que las mismas lo llevaban en un viaje por sus recuerdos con la rubia...

—¡No entiendo porqué mierda tengo que acostarme a no tenerte!— Sisea.

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—Asi qué ahora conquistaste absolutamente todo...— Se burla y acaricia su pecho.

Él ladea una sonrisa de costado, la acerca a su pecho y besa su frente.

—Aun no todo.— Murmura cínico. —¡Me falta lo más importante!— La señala con una pequeña sonrisa coqueta.

Ella muerde su labio inferior y lo mira divertida ante sus palabras con doble significado.

Sus mejillas sonrojadas son un puto infierno para él, quién no tarda en atrapar sus labios en un fogoso beso, temiendo que ella se aleje en cualquier momento, que sea un sueño que Nina lo haya recordado...

—Ahora que ya me dejaste salir de la fortaleza... Yo había estado pensando en algo.— Se burla y juega con el cuello y pecho de Connor.

—¿Que estás pensando?— Sonríe.

—¿El gran Elijah querrá almorzar conmigo en el break laboral?— Le saca la lengua.

Él asiente relamiendo sus labios. —Estaba pensando justamente en eso, aunque me alegra qué hayas dicho primero.— Admite ronco.

Ambos sonríen y se funden en un suave beso.

Ya están en la mansión de Connor, hace dos días que Nina pasa la noche allí.

Va por la mañana a su loft en busca de ropa para ir al showroom, no puede quejarse de la ayuda que Dylan le dió durante la semana pasada cuándo Connor estaba resolviendo sus asuntos y temía exponer a Valentina a la gente.

Las ventas crecen y ella se posiciona cada vez más dentro de los diez diseñadores de interiores más reconocidos mundialmente.

Sospecha que hay algo de ayuda del morocho, ya que todos los bares y cadenas gastronomícas de su firma llevan sus muebles y diseños.

ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora