15. Jackie

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"El amanecer es siempre una esperanza para los hombres."

"Diecisiete"

Capítulo XV: Jackie 

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El 4x4 se incorporó a la carretera de asfalto cuando el sol ya se había puesto.

Diecisiete conducía en completo silencio, mirando al frente y apretando la quijada. Nico viajaba en el asiento del conductor, sin hacer otra cosa que dirigirle miradas llenas de culpa, sin atreverse a decir palabra.

Diecisiete detuvo el coche junto a los dos enormes 4x4 de operaciones de los Rangers que estaban aparcados delante del edificio de la Central. Era tal el cabreo que llevaba el androide que ni pensó en lo extraño de ver los dos coches fuera de las cocheras.

Cuando, por enésima vez, Nico fue a abrir la boca para hablarle, Diecisiete agarró la escopeta y masculló:

—Sal del coche. Vamos.

Diecisiete hizo lo propio sin mirar una sola vez al fotógrafo, y echó a caminar hacia el edificio de la Central de los Rangers. Junto a los coches de operaciones, aparcados en semibatería, había un coche oficial de la policía.

¿Qué diablos hacía un coche de la Brigada allí a esas horas?

Continuó hacia la puerta de la oficina, seguido de cerca por Nico, que, de nuevo, había comenzado con sus lamentos y sus disculpas. Diecisiete rodó los ojos, hastiado, y cuando se encontraba a punto de enviarlo a la mierda, empujó la puerta de la oficina y encontró, en el interior, a todos los efectivos de los Rangers con sus armas reglamentarias preparadas. A un lado de la oficina, dos policías federales conversaban entre ellos en voz baja, uno de ellos vestía una cazadora verde militar y el otro una gabardina larga.

El Jefe se acercó a él a toda prisa.

—¡Diecisiete! ¡No oíste la llamada? —preguntó— ¡Llamamos a todas las unidades! ¿Dónde coño estabas?

Diecisiete se retiró a un lado y señaló a Nico, quien parecía encogerse en su lugar.

—A este zoquete se le cayó mi walkie desde lo alto del cañón de los lobos —respondió Diecisiete, tranquilamente.

El cuerpo de Rangers al completo miró reprobatoriamente al fotógrafo.

—¡Lo siento mucho! —se disculpó él, de nuevo—. Sólo quería echar una ojeadita, se parecía a uno que tuve una vez... —Nico notó la mirada de Diecisiete clavada en él, y supo que no debía decir ni una palabra más.

—Es igual... Diecisiete —le llamó el Jefe—, me preguntaba si Ruby habría contactado contigo pero ya veo que no tenías el walkie... ven aquí, no tenemos mucho tiempo.

—¿Ruby? —preguntó Diecisiete, extrañado.

El Jefe se acercó al técnico de radio, entonces.

—Vuelve a intentarlo, pincha la frecuencia de Ruby.

Diecisiete avanzó hacia el Jefe. La situación estaba comenzando a escamarle ¿Qué pintaba Ruby en todo eso? Miró a los federales. El de la gabardina estaba hablando a través de un teléfono móvil y el otro ojeaba un plano del parque.

Miró inquisitivamente al resto de sus compañeros, todos fusiles en mano. Jimmy estaba tratando, por todos los medios, de no enfrentar directamente los ojos de Diecisiete.

Él frunció el ceño. No le gustaba. No le gustaba nada...

—Es inútil, Jefe —dijo el técnico de radio—. Su walkie no da señal de conexión.

Diecisiete (Dragon Ball Z/Z-Awards 2017 - Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora