Diecisiete (Dragon Ball Z/Z-Awards 2017 - Terminada)

14. Byron

"El amanecer es siempre una esperanza para los hombres."

"Diecisiete"

Capítulo XIV: Byron

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—Mmmmh...

Ruby gimió como un gatito, al despertar, y sonrió incluso antes de abrir los ojos. Palpó a ciegas el lecho, junto a ella, y, como la mañana anterior, lo halló vacío.

Ya lo esperaba: Diecisiete se había vuelto a marchar. Ella no le llamó esta vez, sabía que él comenzaba a trabajar al alba.

Se estiró y se sentó en la cama, aún cubierta entre sábanas y mantas, dispuesta a arrancar con su jornada de trabajo con una amplia sonrisa en los labios.

—Duermes mucho, "Bichóloga".

Ruby dio un respingo y entreabrió los ojos, luchando contra el resplandor que entraba por la ventana.

—¿Diecisiete? —preguntó ella, con la voz ronca.

Vislumbró su silueta en el vano de la puerta del dormitorio, y entonces le vio caminar hacia la cama. Esas botas suyas hacían un ruido tremendo contra el viejo suelo entarimado, y la sonrisa de Ruby incluso se amplió más al ser consciente de su cercanía.

Diecisiete se sentó en el borde del lecho, junto a ella. Ruby frotó sus ojos y comenzó a ver más claramente. Él llevaba ropa distinta a la del día anterior, la cual seguramente aún estaría húmeda, y en el brazo, el inconfundible brazalete naranja.

—Llevo esperando que te despiertes desde el amanecer. Incluso me dio tiempo de ir a cambiarme de ropa. Ese Jimmy no es tan estúpido como parece...

—¿Por qué no me has despertado? —preguntó ella, algo decepcionada y sin prestar atención a la última frase de él. Le habría encantado pasar más tiempo con Diecisiete esa mañana, ya que había decidido quedarse...

—Porque me gusta tu cara cuando duermes —respondió él, sin rastro de sorna en la voz.

—¡Oh...!

Ruby le miró, incrédula. Y el sonrojo en su rostro se hizo más que evidente. Él sonrió de medio lado, triunfante. Sus ojos azules chispeaban, traviesos.

—Y porque no quería perderme las cosas tan graciosas que dices en sueños...

—¡Diecisiete! —exclamó ella, avergonzada. Sabía perfectamente que tenía esa costumbre, y no soportaba no poder controlarla.

—"Bichóloga", ayer olvidé decirte algo importante —explicó Diecisiete—. Tengo localizado a un grupo de furtivos que opera en la zona rocosa de la cañada. Utilizan balas de rifle con punta explosiva. Escúchame —Diecisiete se acercó a ella y miró sus ojos intensamente—, no quiero que te acerques allí bajo ningún concepto. Evita la cañada mientras yo no te diga lo contrario.

Ella asintió. El tono de Diecisiete no dejaba lugar a dudas de que aquellos furtivos eran peligrosos. Balas con punta explosiva... ¡Qué horror!

—De acuerdo... Pero, no me protejas demasiado seguido —murmuró ella.

Las cejas de él se alzaron, sin comprender.

—¿Por qué?

—Pues, porque no estoy acostumbrada y me dejas sin argumentos —explicó Ruby, sonriendo. Apartó algunos mechones de su rostro y trató de ocultar su sonrojo con el gesto. Estaba reaccionando como una niña.