57. Haciendo frente al futuro

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"El amanecer es siempre una esperanza para los hombres."

"Diecisiete"

Capítulo LVII: Haciendo frente al futuro

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-¡¿A dónde vas tú?!

Ruby pescó a Silvan llegando casi a la puerta del dormitorio. El pequeño había depurado su propia técnica de arrastrarse con los antebrazos para alejarse de las zonas que Ruby se esforzaba por acondicionar como lugares seguros para él.

Diecisiete estaba junto a la puerta de la casa, poniéndose el sombrero y la bandana naranja, y río al ver la cara del niño una vez frustradas sus intenciones de fuga. Siempre hacía lo mismo.

-¿Tardarás mucho? -preguntó Ruby, mientras sujetaba firmemente al bebé, que no paraba de agitarse en sus brazos

-No creo -respondió él. Abrió la puerta y salió. Y como siempre, tras él trotó el lobo, dispuesto a acompañarle en su patrulla por el parque-. Tú no, Tristan. Quédate aquí.

Tristan lloriqueó y se sentó en el porche, obedientemente.

Pese a que era su última patrulla en el Royal Nature Park, Diecisiete no podía llevarle aquel día. El 4x4 se quedaría definitivamente en la nave de la Central.

Entró en el coche, arrancó el motor y mientras maniobraba para dar la vuelta, Blake salió de la casa como una exhalación y bajó los tres peldaños del porche de un salto. No paró de correr hasta situarse delante del coche de Diecisiete, bloqueándole el paso.

-¿Y a ti qué te pasa? -exclamó el androide a través de la ventanilla abierta, molesto.

-Cuando vuelvas... ¿Jugaremos al "cazador cazado" una última vez? -preguntó el niño. El asunto parecía muy urgente para él.

Diecisiete resopló. ¿Y para eso se arrojaba delante del coche?

-Si terminas de empacar todas tus cosas antes de la cena, sí -respondió.

Blake asintió, chutó una piedrecilla y no objetó. Su cara reflejaba tristeza.

Diecisiete rodó los ojos. Aún tenía serios problemas para tratar de derribar la muralla infranqueable que el niño solía levantar alrededor suyo cuando algo le preocupaba. En aquel sentido eran muy parecidos y para Diecisiete era especialmente difícil llegar al niño ya que a él mismo le lastraban sus propias limitaciones de socialización, que no eran pocas.

Pero por suerte el androide pudo hacerse una idea, aquella vez, de cuáles podían ser las tribulaciones de su hijo.

-Oye, la casa nueva tiene un jardín enorme. Jugaremos cada vez que vuelva de vacaciones -la miradas de ambos se cruzaron-. Se me acaba de ocurrir algo: que te parece si, cuando lleguemos allí, antes incluso de desempacar nada, derribamos unas cuantas latas.

Bingo.

Los ojos de Blake se iluminaron con la proposición de Diecisiete. El androide había dado justo en el centro de la diana de las preocupaciones del niño. Lo que le pasaba era que creía que con aquel nuevo y exigente trabajo su padre ya no iba a volver a jugar con él, de modo que quería hacerlo una última vez antes de irse de aquella casa, a modo de despedida.

Con una enorme sonrisa, regresó al interior y se apresuró a terminar de alistar todo, y Diecisiete puso rumbo hacia el camino principal.

El aburrimiento ya no tenía cabida en su mundo. Sus hijos requerían de toda su atención.

Diecisiete (Dragon Ball Z/Z-Awards 2017 - Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora