Diecisiete (Dragon Ball Z/Z-Awards 2017 - Terminada)

46. Reconocimiento

"El amanecer es siempre una esperanza para los hombres."

"Diecisiete"

Capítulo XLVI: Reconocimiento

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—Hola, "Bichóloga".

—Hola... —respondió ella, con una enorme sonrisa.

Era curioso. Desde el principio de su relación, oírle a través del walkie o del teléfono, le provocaba un extraño cosquilleo en el estómago. Mariposas, ¡aún, a esas alturas!

Pero era inevitable, la voz electrónica de Diecisiete era tremendamente sexy.

Se oyó un ruido de agua circulando, y una mujer de mediana edad y elegantemente vestida salió de uno de los baños y se dirigió al tocador.

—¿Se están portando bien? —preguntó Ruby.

—Claro.

—¿A qué hora se acostaron anoche?

—A la una.

Ruby rodó los ojos y suspiró.

—Diecisiete...

La mujer abandonó el baño dirigiéndole una amable mirada cómplice a la joven. Parecía que el tono de la conversación le sonaba muy familiar: una mamá pasando inspección a distancia al estado de su familia.

—Anoche emitieron la última carrera de Nascar —explicó él—. Uno de los coches se estrelló contra el muro de la recta y saltaron trozos por todas partes...

—No creo que ver accidentes y acostarse tarde sea lo más adecuado para ellos —opinó Ruby.

—¿Y la pizza con chocolate?

—¡¿Qué?! —exclamó ella, los ojos abiertos como platos—. ¿Qué guarrada es esa? ¡Pero, si les dejé la cena preparada!

—Están hartos de comer verdura —replicó él—. A mi no me digas nada, fue idea de ellos.

—¡Pero tú eres su padre y debes imponer disciplina!

—No tengo ganas de discutir con ellos.

—Pues conmigo bien que discutes... —se quejó Ruby.

Escuchó una risa muy leve al otro lado de la línea, y en seguida la voz de él en un tono más bajo y grave diciendo:

—Contigo es diferente, "Bichóloga": me da placer hacerte rabiar.

Ella rió, nerviosa y sonrojada. Incluso a través del teléfono era capaz de detectar cuándo esbozaba aquella maléfica sonrisa torcida.

—¿Están los niños por ahí?

—Sí... ¡Eh! —llamó—, Ruby quiere hablar con vosotros.

Ella escuchó un ruido muy corto e inidentificable y luego la vocecilla de Blake.

—¡Hola mamá!

Y ella no pudo evitar una sonrisa de oreja a oreja.

Auri le llamaba mamá desde hacía mucho tiempo, pero Blake había empezado a hacerlo hacía sólo un par de semanas. Y después de todo lo que le había costado adaptarse a ellos, escuchar aquella palabra de sus labios tenía un significado mucho más profundo.

—Hola cariño. ¿Estáis bien?

—¡Sí!

De hecho parecía muy contento. Entusiasmado... Sospechoso...