Cap 2

11.6K 758 47
                                    

–Detente–le grité a la chica pero ella siguió corriendo, ignorando totalmente mi llamado–por favor, no llamaré a la policía o algo así–sentía mis piernas temblar con cada paso que daba.

Ella pareció dudar unos segundos pero no se detuvo. Bajó un poco su ritmo, creo que comenzaba a cansarse. Definitivamente ella tenía muy buena condición física.

–Solo quiero la cartera, puedes llevarte el dinero si quieres–hablé con la respiración agitada, apoyando mis manos en las rodillas para tomar un poco de aire.

–¿Qué?–paró de correr pero no se volvió.

–La cartera, solo quiero la cartera–dije entrecortadamente, mi condición física no era muy buena.

–¿Solo quieres la cartera?–preguntó dudosa.

–Sí–afirmé.

Pareció pensarlo por unos segundos y pude ver como bajó la cabeza para mirar la cartera de Dinah. Luego comenzó a hacer algo con sus manos, segundos después tenía el dinero en una mano y en la otra la cartera.

–Escucha, la dejaré en el suelo–hablaba pausadamente, levantando la cartera un poco–cuando lo haga no trates de seguirme, ¿bien?–terminó de decir.

–Aunque quiera no creo poder hacerlo–reí un poco, pero recordé que ella me había robado y ahora hacía lo mismo con Dinah. Ella podía ser una criminal en potencia, yo la había seguido y ahora estaba ahí detrás de ella, como si fuera completamente normal hablar con las personas que te roban.

"Bien pensado Camila" me regañé mentalmente por la estupidez que estaba haciendo. Todavía estaba a tiempo de salir corriendo y huir, sin embargo la chica no parecía peligrosa o al menos eso esperaba.

–Bien–susurró, comenzando a agacharse despacio hasta dejar la cartera en el suelo–ahora me iré y no quiero que me sigas–dijo, recobrando su posición inicial.

–Entiendo–dije observando la cartera de Dinah y luego a ella.

Comenzó a caminar despacio, sus manos fueron directamente al bolsillo que tenía su sudadera. Ni siquiera se giró para mirar si la seguía o no. Pero de pronto me dí cuenta que faltaba algo...

–Hey–la llamé–espera–dije observando como se detenía.

-¿Qué quieres?-dijo secamente.

–Mi cartera–hablé casi en un susurro–¿podrías devolvérmela?–le pregunté, mis dedos jugaban entre ellos, una clara señal de que estaba nerviosa.

–¿Qué?–preguntó confusa.

–La cartera que me robaste ayer–contesté con timidez ,esto se estaba volviendo extraño.

–Oh–fue lo único que contestó.

Nos quedamos en silencio. Era realmente incómodo, ni siquiera podía ver su cara. Sentía unas ganas terribles de conocer su rostro.

–No la tengo–dijo de repente para salir corriendo del lugar.

Me quedé observando como la chica se alejaba. Suspiré. Vaya chica más rara, pensé que podíamos seguir conversando un poco aún que fuera de la forma en la que lo estábamos haciendo anteriormente. Pero que podía esperar de alguien que robaba carteras en la playa.
Caminé hasta la cartera de Dinah y la recogí. La revisé aún sabiendo que el dinero se lo había llevado, lo extraño fue encontrar todavía un poco de dinero. No era mucho pero lo había dejado. Definitivamente era rara.

Decidí que era momento de regresar con mi amiga y devolverle su cartera. Ella debía estar preocupada, ya que la conversación duro un poco o por lo menos lo suficiente para darme cuenta de que la chica no era tan mala como pensaba. Pero no podía pensar eso, ni siquiera la conocía. Llegué a la conclusión de que aparentaba ser una buena persona o eso quería creer.

Cuando llegué donde había dejado mis bolsas encontré a Dinah sentada en el muro de piedra. Estaba escribiendo algo en su teléfono, seguramente respondiendo un mensaje a algún chico por que de esos tenía y a montones.
La miré con los ojos entrecerrados y dije:

–Ya regresé, aquí tengo tu cartera.

Levantó la cabeza y me miró pareciendo algo sorprendida.
Guardo su teléfono en el bolsillo de su pantalón y se levantó comenzando a recoger sus bolsas.

–Ya era hora de que llegaras Cabello, ahora vamos que mi madre ya tiene la cena lista–tomó su cartera y la guardo en el bolso que traía.

–De nada–contesté y también recogí mis cosas.

–Sabes que te quiero–dijo, rodeándome con sus brazos los cuales tenían colgadas las bolsas–pero camina que tengo hambre, además tienes que darte un baño por que apestas–terminó de decir, empujándome para que caminara.

–Oye–dije fingiendo molestia y golpee su brazo suavemente. Escuché una pequeña risa de su parte.

Conversamos un poco mientras caminábamos hasta llegar a su casa. Cuando llegamos su mamá nos abrió la puerta y nos ayudó con las bolsas que traíamos. La familia de Dinah era muy unida y también me consideraban como un miembro más. Pasaba la mayor parte del tiempo con ellos y me sentía a gusto en su casa, me hacían sentir bienvenida siempre que los visitaba.

La cena pasó tranquila, con pequeñas bromas que hacía la madre de Dinah y risas de mi parte. Esto era lo mejor de los fines de semana, que disfrutaba una verdadera cena en familia y no comía sola en casa como lo hacía normalmente el resto de la semana.

–Buenas noches Chancho–dijo Dinah en un susurro cuando ya nos preparábamos para dormir.

–Descansa Cheechee–susurre de igual forma lista para descansar.

La Dama y Jauregui (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora