Cap 12

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Estábamos todos en el salón en completo silencio debido a la prueba. Habían pasado cuarenta minutos desde que iniciamos y ya la tenía resuelta. Comencé a hacer trazos en el papel sólo para distraerme un poco. Luego de unos cinco minutos aproximadamente, tenía hecho un dibujo el cual me sorprendió. No era mala dibujando, lo hacía en mis tiempos libres, lo que me sorprendió fue ver que había dibujado unos ojos muy conocidos. Suspiré. Últimamente no hacía más que pensar en ella.
¿Cómo le estaría llendo con el examen? ¿Le estaría costando?
Esas y otras miles de preguntas más estaban rondando en mi cabeza.

–¡Dios!–dejé caer mi cabeza en la mesa, maldije por haberlo hecho ya que me había golpeado cuando lo hice, maldije una vez más al darme cuenta de que todos me miraban.

–Le ocurre algo señorita Cabello–habló la profesora desde su escritorio, ajustando sus lentes y mirándome fijamente.

–N-no yo...bueno...–saber que todos me estaban viendo me ponía completamente nerviosa–de hecho, me siento un poco mal ¿podría retirarme?–dije después de aclararme la garganta–ya he terminado el examen, así que creo que no hay problema–me levanté de mi asiento y recogí mis cosas. Caminé hacia el escritorio de la profesora y dejé ahí el examen. Me sentía tan valiente en ese momento que sin mirar a nadie y sin esperar una respuesta por parte de la profesora caminé hasta la puerta para salir de ese lugar.

Cuando salí me dirigí rápidamente al baño. Lo primero que hice al llegar fue apoyar mis manos en el lavabo y mirarme al espejo.

–¿Qué acabas de hacer?–pregunté a nadie en especial, viendo mi reflejo con una sonrisa. Se sentía tan bien salir de la rutina.

Estuve un buen rato en el baño. De lo que llevaba encerrada ahí sólo había visto a dos chicas entrar y salir. Era obvio, seguramente todos estarían haciendo el examen. Como ya estaba cansada de estar en el baño salí y comencé a caminar por los solitarios pasillos. No sabía que hacer o a donde ir luego de mi "ataque de valor" como le había llamado.
Seguí caminando un poco más hasta que pensé en ella.

–Lauren–dije en voz alta para después dirigirme a su salón con rapidez. La esperaría y luego, cuando saliera de su salón le preguntaría sobre cómo le había ido en su prueba mientras nos ibamos al encuentro con Dinah. Si eso haría.

No tuve que esperar mucho, la campana sonó poco después de haber llegado al salón de Lauren. Esperé y vi como poco a poco todos los estudiantes salían. El pasillo vacío por el que había caminado antes estaba ahora con chicos comentando respuestas y otros simplemente lamentándose por no haber estudiado. Segundos después salió una muy enojada Lauren. Caminaba con prisa alejándose por el pasillo. Corrí para alcanzarla, necesitaba saber que le había ocurrido como para que estuviera tan enfadada. La alcancé justo en la entrada del Instituto. ¿Ella de verdad planeaba irse?

–Lauren–la llamé pero me ignoró como las otras veces en las que la había llamado–Oye–volví a intentar.

–¡¿Qué?!–gritó parando de caminar y dándose la vuelta para verme.

Me quedé en silencio algo sorprendida. Era la primera vez que me gritaba así y ni siquiera sabía la razón. Ella estaba muy tensa, se pasaba las manos por su pelo haciéndolo hacia atrás y su respiración era agitada.
Estaba claro que algo le había pasado en ese salón.

–¿Pasó algo?–pregunté después de unos segundos–¿Tan mal te fue en el examen?–me arriesgue a preguntar, no se veía para nada feliz y pensaba que si volvía a decir algo ella se echaría sobre mi para callarme y no creía que de una forma muy bonita. Pero ella sólo rió sin humor. Luego me miró.

–¿Que qué pasó? me quitaron la puta prueba, eso pasó–habló ella furiosa.

¿Cómo que le habían quitado su prueba?  Para que eso ocurriera tendrías que estar haciendo trampa o copiando y sinceramente no creía capaz a Lauren de hacer algo así. Sabía que a Lauren le costaba las matemáticas pero ella se había esforzado toda la semana estudiando.

–¿Cómo que te quitaron la prueba? ¿Qué hiciste?–pregunté sorprendida por lo que había dicho.

–¡Esque no hice nada, Camila! ¡NO HICE NADA!–contestó ella volviendo a pasar sus manos por el pelo. Caminaba de un lado a otro susurrando cosas que no llegaba a escuchar.

–Calmate un poco ¿si?–dije en voz baja, intentando tranquilizarla. Ella dejó de caminar y me miró. Me acerqué lentamente y tomé sus manos con cuidado–Ahora ¿me vas a decir lo que pasó?–pregunté calmada.

Ella simplemente asintió, tomó un poco de aire para intentar calmarse y luego habló.

–Y-yo...yo...–tomó otra bocanada de aire para continuar–Estaba haciendo mi examen cuando un papel cayó en mi mesa. Giré para ver quien lo había lanzado y vi al chico que te golpeó temprano. Él hizo un gesto para que lo abriera y así lo hice–paró un momento para suspirar–eran las respuestas, Camz. Las putas respuestas. Él imbécil me envío las respuestas y luego le dijo a la profesora que yo estaba haciendo trampa–dijo frustrada.

–Dios–susurré soltando sus manos para llevarme las mías a mi boca–Lauren debes decirle a la profesora lo que pasó–dije algo aliviada por encontrar una solución.

–¿Crees que no lo intenté? Le dije que ese papel no era mío y que lo habían tirado en mi mesa. Pero ella no me creyó. No sé lo que voy a hacer, no puedo perder ese examen, Camz–habló ella algo desesperada. Se acercó a mi apoyando su cabeza en mi hombro–No puedo perder el año, necesito graduarme y encontrar trabajo...no puedo seguir así Camila.

Ella se quedó con su cabeza apoyada en mí por un buen tiempo. Podía sentir cómo mi hombro se iba humedeciendo poco a poco por sus lágrimas. No me molestaba. Mientras ella se desahogaba yo le acariciaba el pelo lentamente con una mano. La otra la tenía en su brazo derecho e igualmente le daba caricias con mi pulgar en ocasiones.

–Lo siento–dijo ella cuando se separó.

–No importa–contesté llevando mis manos hasta su cara para quitar sus lágrimas–vamos a encontrar una solución ¿si?–dije sonriendo para ella. Lauren asintió, sonriendo también.

–Gracias–susurró pegando su frente con la mía, cerrando los ojos un momento.

–De nada, ahora vamos a la cafetería para comer algo y luego pensamos que hacemos–Tomé su mano entrelazado sus dedos con los míos y nos dirigí hacia la cafetería donde nos encontraríamos con Dinah.

La Dama y Jauregui (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora