Cap 9

9.3K 704 82
                                    


Apenas entré a la cocina Dinah me sujetó por los hombros evitando que pudiera moverme. La expresión que ella tenía me causaba algo de miedo ya que tenía una enorme sonrisa y sus ojos tenía un brillo que no había visto antes. No es que fuera algo malo pero viniendo de ella daba miedo.

–Lo sabía–fue lo primero que dijo pero sin soltarme.

–¿Qué?–le contesté confundida.

–Ella te gusta–parecía feliz al decirlo.

–N-no...–en este momento tenía las mejillas rojas, lo sabía por el calor que sentía en el rostro.

Dinah al ver mi reacción se separó para comenzar a dar pequeños saltitos por toda la cocina. De verdad parecía emocionada con la idea de que me gustara Lauren.
De un momento a otro paró con lo que estaba haciendo y me miró algo seria.

–¿Desde cuándo?–fue lo que dijo.

–¿Desde cuándo qué?–la miré sin entender.

Ella suspiró algo irritada por mi confusión.

–¿Desde cuándo te gustan las chicas?–se fue acercando poco a poco mientras que yo iba retrocediendo–¿Desde cuándo te gusta Lauren?–se inclinó dejando poco espacio entre nosotras. Nuestras caras estaban muy cerca.

–Dinah yo...–estaba nerviosa, coloqué una mano en el hombro de Dinah para intentar alejarla. Pero antes de que pudiera agregar algo más me interrumpieron.

–Chicas vine a...oh–escuché la voz de Lauren al fondo. Giré mi cabeza lentamente solo para encontrarme con una ojiverde sorprendida y sonrojada mirándonos fijamente–yo...yo l-lo siento, no sabía que–se aclaró la garganta–no sabía que ustedes...ya saben–terminó de decir.

Sentí que en cualquier momento podría morir de vergüenza. Ella podría malinterpretar la situación en la que nos encontró y por alguna razón no quería que eso sucediera. Tampoco ayudaba el hecho de que Dinah encontrará este momento divertido, mucho menos las pequeñas risas que soltaba en voz baja.

–Bueno–habló Dinah rompiendo el silencio que se había instalado en la cocina, un silencio incómodo a mi parecer–Como pudiste ver estábamos en algo antes de que nos interrumpieras, pero ya que estás aquí puedes unirte a nosotras–dijo con una sonrisa maliciosa. Sabía que estaba conteniendo las ganas de reír.

Yo también encontraría la situación divertida por la cara que estaba poniendo Lauren. Es mas, le seguiría el juego a mi amiga si fuera otra persona, pero con Lauren era diferente.

–N-no creo que...yo no c-creo que sea buena idea–habló por fin la ojiverde después de entender las palabras de Dinah. A decir verdad ella parecía algo incómoda con eso.

–¿Qué? Vamos chica, no me vas a decir que tienes miedo o si–la provocó Dinah–Mira que nosotras no mordemos, bueno sólo Camila–dicho eso me miró con una gran sonrisa y luego me guiñó el ojo.

Ella era idiota.

–Dinah–la miré fulminante lo que sólo provocó que sonriera más.

Mi mirada cayó en Lauren nuevamente, que se veía igual de incómoda que hace unos minutos. Hasta podría decir que estaba algo avergonzada.

–Yo mejor las dejo para que sigan con lo suyo–comenzó a caminar para retirarse de la cocina. Paró en seco cuando escuchó la risa de Dinah resonar por el lugar.

–No te vayas–dijo entre risas–sólo estaba bromeando, Mila esta disponible–terminó de decir más calmada y guñandole el ojo con una sonrisa.

Lauren se volteó lentamente y pude ver que su rostro estaba completamente rojo. Miró a Dinah y luego me miró a mí intentando entender lo que pasaba.

–Ahg la estás asustando–miré a mi amiga en poco molesta.

–Si como sea, mejor vamos a ver la película–habló ella tomando la caja de pizza y saliendo de la cocina. Dejándonos a Lauren y a mi solas.

–Oye–hablé intentando llamar su atención. Cuando lo hice ella sólo me miró esperando a que continuara–No le hagas caso a esa tonta–dije elevando mi tono de voz un poco para que Dinah escuchará.

–Te escuché Cabello–gritó ella desde la sala.

Lauren y yo reímos.

Ella reía como aquella vez en la playa.

Estuvimos en la sala viendo películas y comiendo palomitas prácticamente toda la noche. Por momentos miraba a Lauren disimuladamente, ella se veía tan concentrada viendo la película que me hacía un poco de gracia.
Cuando íbamos por la tercer película perdimos a Dinah, ella se había quedado dormida.
Cerca de las 12:30pm decidí acabar esa noche de películas. Dejaría a Dinah durmiendo en el sillón como castigo de lo sucedido en la cocina. Me levanté con cuidado de no despertarla y en silencio comencé a acomodarla para que estuviera en una posición un poco más cómoda. Terminé y recogí algunas cosas que estaban dispersas en el suelo. En ese momento me di cuenta de que Lauren me estaba mirando, lo sabía por que además de ser las únicas despiertas en esa casa su mirada era de alguna forma penetrante.

–Hey–le dije aún estando en el suelo recogiendo la basura.

–Hey–respondió simplemente.

Y ahí estaba otra vez, silencio. Sólo nosotras dos mirándonos con la tenue luz del televisor. Estuvimos así algún tiempo y creo que hubiéramos seguido así de no ser por un pequeño rugido proveniente de su estómago. Mis ojos se ampliaron ante la sorpresa y ella inmediatamente se sonrojo.

–Oye....¿tú tienes hambre?–muy bien Camila pregunta estúpida. Me maldije mentalmente.

–N-no....–dijo eso pero de nuevo su estómago hizo acto de presencia–bueno tal vez un poco, pero no te preocupes–terminó de hablar todavía sonrojada.

–Lo hubieras dicho antes–levantándome con las cosas que había recogido me encaminé a la cocina y al notar que no me seguía paré–Vamos–le dije.

Ella se levantó en silencio y con la cabeza apuntando al suelo me siguió. Entré en la cocina y comencé a prepararle algo sencillo mientras que ella seguía en silencio.

–Toma–le entregué el plato.

–Gracias–susurró.

Me senté frente a ella y la observé comer. Quería apartar la mirada, tal vez a ella le incomodara que le viera comer pero simplemente no podía.

–Son muy amigas no–preguntó ella de repente.

–¿Qué cosa?–dije saliendo de mi trance causado por ella.

–Tú y Dinah–contestó ella.

–Oh sí, desde pequeñas supongo. Es por eso que tengo tanta confianza, esta es como mi casa–sonreí cuando terminé de hablar.

–Así que era eso–dijo con tono divertido.

–Si

–¿Entonces estás disponible?–me sorprendí con su pregunta.

–¡¿Qué?!

–Ah n-no yo....bueno....yo–ella balbuceaba avergonzada.

–Mira Dinah sólo estaba bromeando, siento si te molestó–dije ahora también avergonzada.

–No te preocupes, ustedes dos me agradan, mucho–dijo ella riendo bajito.

Me volví a sonrojar, ya había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho en el día. Lauren terminó de comer y subimos a la habitación de invitados, la que se podía decir que era mía, decidimos compartir la cama ya que era grande y no queríamos molestar a Dinah para usar su habitación. Aunque eso sólo era una excusa para quedarme con ella. Sabía que podía usar la habitación de Dinah sin ningún problema, ella no se molestaría.

Nos quedamos hablando hasta que el sueño nos venció. Está era la primera noche en la que dormía sin ese sentimiento de que algo me faltaba.


La Dama y Jauregui (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora