Cap 21

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Terminé de contarle a Lauren las "condiciones" que mis padres pedían para el trabajo. Más que condiciones yo diría que eran exigencias bastante absurdas por parte de mi madre. Mi padre sólo aceptaba lo que ella decía y eso era algo molesto en ocasiones.

Lauren en todo momento prestó atención a lo que yo le decía, eso ayudó mucho a que avanzáramos rápido y así dormir temprano. Aunque no nos dormimos sino hasta después de besarnos por un buen tiempo.

La mañana siguiente ninguna de las tres mencionó lo ocurrido de la noche anterior. A Dinah parecía no importarle que estuviera pasando algo entre la ojiverde y yo, así que tomé eso como una buena señal. La que si estaba molesta era su mamá, por el desastre que habíamos hecho en su cocina. Luego de disculparnos unas cuántas veces más, nos fuimos al instituto. Llegando ahí nos separamos para ir a nuestras clases correspondientes.

El día pasó tranquilo y así fue todo hasta que llegó el viernes. Había quedado con Lauren para ir a un centro comercial y comprar algo de ropa para ella. Obviamente ella protestó cuando le mencioné que yo pagaría todo, alegando que no era necesario eso y que ella podía conseguir el dinero para pagar sus cosas. Pero las dos sabíamos de donde venía ese dinero y que la cosa no era tan sencilla. Logramos llegar al acuerdo de que yo compraba todo lo que ella necesitara y que cuando ella finalmente empezara a trabajar me pagaría hasta la ultima moneda.

Esta sería la primera vez que Lauren y yo saldríamos solas, sin Dinah haciéndonos compañía y la verdad eso me tenía un poco nerviosa. Había estado confundida últimamente y los sucesos recientemente sólo aumentaron mi confusión. Y eso provocaba que mi mente comenzara a hacer preguntas.

¿Estará confundida también con lo que está pasando entre nosotras?

¿Le gustan las chicas o me besa sólo para experimentar?

¿Qué es lo que siente por mi?

¿Es una Diosa o algo así?

Esas sólo eran unas de las tantas preguntas que rondaban en mi cabeza desde hace un tiempo.

Tiempo en el que había aceptado que me gustaban las chicas, que me gustaba mi más reciente amiga, que nos habíamos besado...en varias ocasiones, y que no se lo había contado a Dinah, mi mejor amiga.

Luego de divagar en mis pensamientos sobre Lauren y yo teniendo algo, porque de eso se trataban mis pensamientos ahora, decidí ir a esperarla en la entrada del instituto. Odiaba cuando salía más temprano que ellas, eso sólo significaba que tendría que esperar hasta que sus clases acabarán para poder irnos y que tendría que esperar sola.

Suspiré pesadamente sentándome en unas bancas de concreto que estaban a un costado del estacionamiento, mirando directamente a la gran y elegante puerta de madera que daba al interior del instituto. Con mi cabeza apoyada en mi mano estuve unos minutos mirando la tonta puerta hasta que capté un movimiento por mi vista periférica. Era mi amigo Shawn que venía con un bolso que siempre usaba para llevar sus cosas cuando entrenaba. Él estaba en el equipo de basketball y probablemente había salido de una de sus prácticas.

Lo seguí con la mirada, cada movimiento que hacía. Ciertamente Shawn no era nada feo, y creo que me hubiera arriesgado a tener algo con él de no ser por unos hermosos ojos verdes que no salían de mi cabeza.

Lo ví caminar hacía un audi blanco que probablemente era suyo. Lo que confirmé después al notar como lo abría para meter sus cosas. Giró su cabeza y ahí entendí que me estaba mirando. Con una sonrisa cerró la puerta del auto para caminar hacía donde estaba sentada.

–Hola–habló cuando finalmente llegó a mi lado.

–Hey–respondí en la misma posición de antes pero ahora mirándolo a él y no a la puerta.

–¿Qué haces aquí?. Pensé que tus clases ya habían terminado, además te ves algo aburrida–dijo lo último con un tono divertido.

–Lo hicieron, sí–contesté refiriéndome a mis clases concluidas–Estoy esperando a alguien y sabes que odio esperar–le di un golpe en su brazo a lo que él sólo rió.

–Auch, ¿por qué me pegas?–preguntó riendo sobándose el brazo golpeado.

–Estoy aburrida–contesté apoyando mi frente en su torso, ya que estaba frente a mi.

–¿A quién esperas?–preguntó ahora acariciando mi cabeza.

–A Lauren

–Ah...–se quedó en silencio unos segundos al mismo tiempo que su mano dejó de moverse en mi cabeza–Puedo esperar contigo–dijo luego de poner sus manos sobre mis hombros para alejarme y sentarse en la banca, justo al lado mío.

–Gracias–dije apoyando mi cabeza en su hombro.

–No es nada–contestó.

Hablamos de cosas sin importancia para pasar el rato aunque eso no impedía que estuviera mirando el reloj para verificar si era ya la hora de salida. El reloj parecía estar burlándose de mi porque los minutos no parecían avanzar. Y mis ganas de verla sólo aumentaban, lo que era algo loco por que nos habíamos ido juntas como siempre. Ella pasaba a mi casa luego nos reuníamos con Dinah, algunas clases las tomábamos juntas, comíamos juntas, prácticamente nos veíamos todo el tiempo.

Intenté calmar mis ansias de verla tratando de poner atención a lo que Shawn me decía. Cuando al fin logré prestar atención, ya me estaba riendo de nuevo con sus ocurrencias. La historia que me estaba contando sobre sus vacaciones cuando tenía 7 años realmente era graciosa y entretenida a la vez, por lo que fue fácil entretenerme con sus palabras. Estuve todo el tiempo riendo, a veces inconscientemente apoyaba mi mano en su pierna cuando reía o me recostaba en él de tanto reír.

Seguía contando otra de sus locas historias hasta que fue interrumpido por una garganta siendo aclarada. Levanté mi cabeza para encontrarme con los ojos de Lauren que miraban a Shawn como si quisiera matarlo.

–¿Interrumpo algo?–preguntó seria, ahora mirándonos a los dos.
–Oh no, yo ya me iba–habló primero Shawn poniéndose de pie inmediatamente.

–Gracias por hacerme compañía–grité cuando él ya se estaba alejando, levantó una mano en señal de despedida y continuó caminando hacia su auto.

Escuché un bufido de parte de Lauren y cuando quise darme cuenta ella también se estaba alejando.

–Oye espérame–grité tomando rápidamente mis cosas y corriendo para alcanzarla. Cuando lo hice, la miré. Parecía molesta pero no sabía la razón–¿Estás enojada?–pregunté, fue mala idea hacerlo porque ella bufó nuevamente y comenzó a caminar más rápido.

–Sólo me duele la cabeza, es todo–dijo suspirando–ahora vamos que necesito distraerme con algo–ella habló sin mirarme pero agarró mi mano firmemente.

¿Ella necesitaba distraerse? ¿En qué estaba pensando para querer distraerse?

Dejé de pensar cuando sentí un leve apretón en mi mano. Ella me estaba mirando con una de esas sonrisas que me derretían y sólo así me dejé guiar por ella.

La Dama y Jauregui (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora