Cap 11

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Habían pasado tres meses desde aquella "noche de películas". En esos meses conocimos mejor a Lauren o al menos eso creía. Ella seguía siendo un poco misteriosa en algunas ocasiones. Pero no importaba por que las tres nos habíamos hecho más cercanas.
Lauren se reunía con nosotras como cada fin de semana, siempre veíamos una película, Dinah se dormía y nosotras nos quedábamos hablando en el sillón de su sala hasta que el sueño se hiciera presente y nos obligará a irnos a dormir. Ya se había vuelto una costumbre hablar con ella antes de dormir.

En todo ese tiempo me había dado cuenta de que si bien era cercana a la ojiverde no era lo mismo que compartía con Dinah. Con Lauren se sentía diferente, sabía que era diferente.
Dinah era sólo mi mejor amiga pero a Lauren no la veía así y eso era extraño. Y es que tenía la misma duda desde aquella noche.

"¿Desde cuándo me gustaban las mujeres?" Pensé al levantarme.
Era lo que siempre me preguntaba desde entonces.

Suspiré y caminé hacía el baño. Hoy sería un día muy largo. Tenía examen de matemáticas, lo cuál no era problema ya que era buena en eso. Lo que me molestaba era que tenía que esperar a que los demás terminarán con el suyo y no me gustaba esperar tanto. Luego por la tarde mi madre tenía una cena de la empresa. Se supone que tiene que ir toda la familia Cabello y estar entre toda esa gente con dinero para poder presumir lo felices y perfectos que somos. Vaya mentira.

Después de terminar mi baño y alistarme para salir bajé a la cocina para comer algo. Usualmente no comía mucho para el desayuno así que sólo tomé una manzana. Me quedé mirando el enorme jardín que teníamos a través de la ventana. Estaba comenzando a verse algo descuidado debido a que mi mamá había despedido al jardinero. Ellos habían tenido una pequeña discusión sobre lo que se debía plantar y por discusión me refiero a ella gritando y a un pobre hombre intentando explicar la situación. Mi mamá quería algo extravagante, como siempre, y él pobre jardinero no podía hacer lo que le pedía por que las plantas que ella quería no florecían en esa época del año. Fuese como fuese el jardinero perdió su trabajo por que no supo hacer su deber según mi madre.

–Se verá peor si no consiguen a alguien pronto–me dijo la cocinera.

Nunca hablaba más de dos palabras con los empleados y no es que fuera mal educada o algo por el estilo. Lo que pasaba es que ellos creían que yo era la típica niña rica. Pero la cocinera era una de las pocas personas por no decir la única que trabajaba en está casa que me hablaba de verdad y no sólo por obligación.

–Bueno no seré yo la que haga el trabajo–dije en un intento de bromear.

–Claro que no–susurró pero la había escuchado.

Bueno esa era oficialmente la conversación más rara que habíamos tenido hasta ahora. Decidí salir de la cocina para ir a buscar mis cosas. Ya en mi habitación tomé lo que ocupaba y me paré frente al espejo que allí tenía. Sólo quería arreglarme un poco antes de que pasarán por mí.

–Señorita Camila–entró una empleada después de tocar la puerta–ya vinieron por usted–continuó de forma educada para luego salir.

–Bien–susurré

Rápidamente salí de la habitación y me dirigí a las escaleras, no quería hacerla esperar. Aunque hubiera sido mejor bajar las escaleras con más calma ya que tropecé casi llegando al último escalón. Cerré los ojos sólo para sentir el golpe que nunca llegó.

–Hey Camz, deberías tener más cuidado–escuché a una voz ronca decir.

Abrí los ojos lentamente para poder ver que estaba en los brazos de Lauren. Ella me había sujetado antes de caer. Y no pude hacer nada más que sonreír.

–Hola–ella dijo bajito, riendo un poco al ver que yo no reaccionaba.

Luego de unos minutos de mirarla y en la misma posición decidí abrazarla. Sus abrazos eran los mejores. Ella me envolvió con sus brazos apretando fuerte pero sin llegar a hacerme daño.

–Hola–dije escondiendo mi cara en su cuello.

–Hola–repitió otra vez.

–¿Nos vamos?–pregunté al separarme un poco, sin soltarme de su agarre.

–No lo sé–se quedó pensativa–¿te caerás de nuevo?–dijo riendo, sus manos estaban ahora en mi cintura.

–Idiota–le contesté riendo mientras caminaba hacia la puerta.

Salimos de mi casa y comenzamos a caminar hacía el Instituto. De un tiempo para acá ella comenzó a pasar por mí y eso me gustaba. Tener su compañía lo que duraba el recorrido era genial.  Simplemente no me podía cansar de ella. Yo le contaba algunos chistes (que por lo general nadie se reía cuando los contaba), ella se reía y eso era simplemente perfecto.

–¿Lolo estudiaste para el examen?–le pregunté cuando ya estábamos llegando.

–Sabes que sí, pero igual estoy nerviosa. No es una de mis mejores materias–dijo suspirando a la vez que metía sus manos dentro de la bolsa de su sudadera.

Había comenzado a preguntarme por qué siempre llevaba la misma sudadera y quería preguntárselo. Pero no sabía si sería de mala educación hacerlo así que me quedaba con la intriga de saber la razón.

Por estar metida en mis pensamientos de si le preguntaba o no sobre la sudadera no me había dado cuenta de que ya habíamos llegado. Caminamos hasta la entrada y ahí fue donde sentí un golpe en mi hombro.

–No estorbes–me dijo un chico mirando sobre su hombro, el mismo con el que me había golpeado.

–Ten más cuidado idiota–gritó Lauren para luego poner sus manos a cada lado de mis brazos–¿estás bien?–preguntó con evidente preocupación.

–No te preocupes, estoy bien–dije mirando sus ojos. Ella repitió el acto y las dos sonreímos.

Estuvimos así un tiempo hasta que alguien nos sacó de la burbuja en la que nos habíamos metido.

–Es muy temprano para que se estén comiendo con los ojos–dijo Dinah colocándose entre nosotras y pasando sus brazos sobre nuestros hombros–Ahora vamos que tenemos examen–comenzó a caminar llevándonos con ella.

Giré un poco la cabeza para ver a Lauren. Ella estaba mirando al suelo pero pude ver que al igual que yo estaba sonrojada. Mis ojos luego pasaron a Dinah que caminaba con una sonrisa en su rostro. Volteó a verme sólo para guiñar un ojo y seguir con esa sonrisa burlona.
Como dije, iba a ser un día largo.




La Dama y Jauregui (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora