.Permiso.

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Era temprano por la mañana, Alonso se encontraba en el jardín tratando de despejar su mente de los cambios que había tenido su vida. Llevaba ya una semana en casa del pelinegro y agradecía que este se encontrara tan ocupado en su trabajo, pues gracias a eso no había ocurrido nada entre ellos desde aquella noche en el auto.

Cuando se encontraba con Antonio su piel ardía de la vergüenza que sentía y se echaba a correr, pero en una ocasión el hombre de bigote lo había detenido para decirle que no tenía que sentir pena y que eso pasaría muy seguido.

Por su parte el pelinegro, igual que todos los días, tenía que salir temprano a sus asuntos. Se levantó para arreglarse, pero en esa ocasión decidió desayunar en casa.

-¿Me mandó llamar señor?

-Sí Lily, despierta a Alonso y dile que pase al comedor.

-Ya despertó, creo que se encuentra en el jardín.

-Pues ve por él, quiero desayunar y no lo haré solo.

La señora bajó lo más rápido que pudo para ir en busca del pelirrojo.

-¡Alonso!- gritó a lo lejos, el chico la miró y ella le hizo un ademán para que se acercara.

-Buenos días, ¿pasa algo?

-Jos quiere que pases al comedor.

-¿Hoy se queda en casa?

-No creo, pero quiere desayunar y odia hacerlo solo.

El chico rodó los ojos y entró a la casa en compañía de aquella mujer. A pesar del poco tiempo que llevaban conociéndose, habían formado un lindo lazo de amistad y cuando Jos se iba ella le enseñaba a cocinar los platillos gourmet que preparaba.

-Buenos días- saludó al tomar asiento.

-Oh Alonso, veo que hoy has madrugado.

-Sí, es que quería verte antes de que te fueras.

-¿Y eso?

-Pues... quería pedirte algo.

-Oh cariño lo lamento, no puedo coger ahora. Tengo prisa.

Alonso puso cara de asco- en realidad lo que quería era pedirte permiso para salir.

-No.

-Pero ni te he dicho a donde.

-No interesa, la respuesta será no.

-Ush, ¿no puedo ni ver a mi madre?

-Te dije que tenía reglas y una de ellas implica aislarte de tu familia.

-¿Qué?

-Lo lamento, pero así son las cosas.

Cuando Alonso iba a volver a hablar, el móvil de Jos sonó. Este se levantó sin decir nada.

-¿Qué pasa?...No me interesa, convencelo... ¿qué es lo que quiere?... dile que no hay problema por eso... sí, no importa... mañana por la tarde- colgó.

Volvió a tomar asiento en la mesa.

-¿Qué tanto me ves?

-¿Aún quieres ir a ver a tu madre hoy?

-Claro que sí ¿vas a darme permiso?

-Es probable, pero tienes que tener en cuenta que esto va a costarte.

-No importa, solo quiero verla y saber como está.

-Bien, tienes permiso entonces. Pero cuando yo regrese ya debes estar aquí con una pequeña maleta hecha.

-¿Maleta? ¿Vamos de viaje?

-Será algo muy corto, nos vamos hoy y volvemos mañana en la noche.

-Estaré listo, no te preocupes.

Coleccionista de HOMBRES|Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora