.¿Y él?.

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La mañana había sido difícil para el pelinegro, el sexo fallido de la noche anterior lo tenía mal pues necesitaba liberarse pronto. Le envió un mensaje de texto a Antonio para que se presentara en el estudio lo más rápido posible, él tenía que ayudarlo con su problema.

-Ya estoy aquí señor ¿cuál es la urgencia?

-Necesito que me ayudes en algo con calidad de urgencia.

-¿Qué sucede?

Le extendió una carpeta, Antonio la abrió cuando la tuvo en sus manos y miró la única hoja que contenía, en ella había una fotografía y un nombre. Era claro lo que sucedía, era una de esas tantas veces que el chico solicitaba un expediente cuando tenía interés en algo o en alguien. Había realizado un sin número de esos para él, pues a pesar de ser el chofer, Jos confiaba en él ciegamente.

-Ya sabes lo que tienes que hacer. Quiero total discreción y cero preguntas.

-Sí señor- dijo antes de retirarse del estudio.

Después de eso, trató de concentrarse en sus pendientes del trabajo, le fue un poco más sencillo pues había decidido quedarse en casa y no asistir a la oficina. Lily le llevó de comer al estudio, la tensión aún se sentía entre ambos.
Al final del día recibió noticias del encargo que había hecho. La carpeta que tenía ahora sobre su escritorio contenía al menos veinte hojas, Antonio había vuelto con bastante información.

-Es básicamente lo más relevante... bueno, hay algo más pero decidí no anexarlo y decírselo en persona.

-¿Qué sucede?

-Como a las 8 de la noche salió de casa.

-¿Y?

-Se dirigió a una pequeña cafetería al sur de la ciudad, esta no tenía muy buena pinta que digamos. Estuvo ahí un par de horas.

-Tal vez trabaje ahí.

-Eso pensé, pero antes de retirarme lo vi salir de ahí en compañía de un chico de cabellera rubia y subir a un automóvil.

-¿Crees que sale con él?

-No estoy muy seguro, cuando se marcharon entré a la cafetería para preguntar pero nadie supo decirme si es empleado. Igual las camareras que se encontraban son nuevas, puede que no lo conozcan. De todos modos mañana pienso volver.

-Perfecto, mañana veremos entonces. Eso es todo.

Saber aquello inquietó al pelinegro, al parecer tendría que deshacerse de alguien de nuevo. Eso no sería problema para él, pero no estaba feliz. Esperaba que todo fuese más sencillo.

Por la tarde del día siguiente, recibió un mensaje de Antonio, se encontraba de camino a la cafetería. Jos contestó con un "Cuando sepas algo me avisas". Media hora después recibió el mensaje que esperaba recibir: "Acaba de llegar, viene solo". Eso era bueno, pues si había vuelto era porque trabajaba ahí. "Voy en camino".

Definitivamente no era el lugar que esperaba, su chofer tenía razón cuando le dijo que no tenía buena pinta. Estaba demasiado descuidada y sus alrededores tampoco eran los mejores. Se estacionó justo a lado del auto que Antonio usaba y bajó para encontrarse con él.

-¿Ha salido?

-No. Llegó, entró y fue directo al baño. Cuando salió se sentó en la mesa que está cerca de la ventana- Jos dirigió su mirada a la ventana que había en el frente, estaba rayada y sucia pero pudo avistar al chico- No se ha movido para nada, tal vez no trabaje aquí o no estaría sentado.

-¿Algo más?

-Está muy pendiente del celular.

-Voy a entrar, quedate aquí.

Se dirigió a la entrada de la cafetería, en la cual sólo podía leerse "Ers" las demás letras se habían borrado. Una pequeña campanita se escuchó cuando abrió la puerta, una de las camareras lo miró y se acomodó el cabello, caminó a pasos lentos al chico que se encontraba inmerso en la pantalla de su celular.

-Hola- su voz parecía un susurro- ¿puedo sentarme?

Aquel chico despegó la mirada de su teléfono móvil y lo miró, sus ojos se cristalizaron pero tragó saliva tratando de controlarse.

-¿Qué haces aquí?

-Quiero hablar contigo.

-No tenemos nada de que hablar- se puso de pie.

-Alonso por favor, sólo quiero que me escuches.

-¿Escucharte? Como tu me escuchaste cuando te lo pedí, dejame pensarlo mmm no- dió media vuelta, pero Jos lo tomó del brazo haciendo que lo mirara de nuevo.

-Necesito que hablemos Alonso.

-¿Qué parte de no quiero escucharte no entiendes?

-Alon...

La campanita sonó de nuevo, esta vez un chico de cabello castaño entró.

-No puedo, tengo que irme- intentó pasar, pero de nuevo el pelinegro se lo impidió.

El chico castaño que había entrado caminó hasta ellos y se posicionó a lado de Alonso, tomándolo por la cintura y depositando un ruidoso beso en el cuello del chico. De inmediato el cuerpo del pelirrojo se tensó.

-¿Nos vamos?- le preguntó el castaño cuando separó su rostro del cuello de Alonso.

-¿Quién es él?

Los ojos del pelirrojo de nuevo se cristalizaron, pero reunió fuerzas para contestar.

-Creo que ese no es tu asunto- después cruzó a un lado de Jos, con el castaño rodeando su cintura.

∆•∆•∆•∆•∆

¡Hola bebés!

Espero que... espero que hayan sentido muchas cosas con este capítulo.

😮💓😫🌸

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Ahre jaja ya me voy, les mando kilos y kilos de besos a todos.
😘😘😘

Les amo💟

Coleccionista de HOMBRES|Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora