.Confundido.

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Tal como lo había dicho Jos, Antonio lo llevó a casa de su madre. Había pasado una tarde increíble con ellos.

-Ahora que estamos solos, quiero que me hables de ese chico ¿Jos se llama?- su madre había mandado a Braulio al parque con Macarena.

-Ay mamá- suspiró y se dejó caer en el sofá.

-Te ves feliz.

-Y lo estoy- dijo incorporándose- estoy aquí contigo y con Brau.

-Pero estoy segura de que existe un tercer motivo. ¿Cómo va todo con él?

-Creo que lo quiero mamá, es que se ha portado tan bien y me ha demostrado que es totalmente diferente al chico que conocí hace semanas. Se preocupa por mí, por ti. Hoy cuando me besó antes de irse al trabajo, sentí tantas cosas y me di cuenta de que lo amo.

-¿Y él siente lo mismo por ti?

El pelirrojo se encogió de hombros.

-No lo sé. Apenas me di cuenta de que lo quiero.

-La base de una relación son la comunicación y la confianza.

-Tienes razón mami, hablaré con él de esto más tarde.

-¿Él se quedó en Morelos?

Ahí venía, otra vez esa mentira. Aunque antes de que pudiese hablar, el timbre sonó.
Cuando llegó a la puerta, ahí estaba Jos. Sin pensarlo dos veces se abalanzó a sus brazos y lo besó.

-Buenas noches señora- dijo cuando estuvo dentro de la casa.

-Hola hijo ¿cómo estás?

-Bien, muy bien ¿usted cómo sigue?

-Bien, también. Gracias.

Platicaron un rato mientras esperaban que Braulio y Macarena regresaran del parque para poder despedirse y que la madre de Alonso no se quedara sola.

-¿Antonio no vino?- preguntó cuando Jos le abrió la puerta del copiloto.

-No, me pidió la noche libre.

-Excelente- dijo a media sonrisa cuando el pelinegro rodeaba el auto para ocupar su lugar.

-Vaya que te hizo bien venir, estás muy feliz.

-Sí, la verdad verla me tranquiliza. Las quimios la están ayudando bastante, la próxima semana tiene cita con el doctor Blaife.

-Que bueno que todo esté resultando bien.

-Sí y todo gracias a ti- posó su mano sobre la del pelinegro, la cual descansaba en la palanca de velocidades del auto.

-Y a ti- lo miró por un instante y el pelirrojo no pudo evitar suspirar- ¿Qué sucede?

-Nada, solo que me gusta esto.

-¿Qué cosa?

-Todo, mi mamá recuperándose, mi hermano feliz, yo aquí... contigo- el auto se detuvo bruscamente.

-¿Qué?

-Sí. Me gusta estar contigo, aunque a veces seas muy gruñón. Me siento feliz a tu lado.

-Creo que estás confundido Alonso.

-No, así estaba ayer. Pero ahora, después de lo que hiciste por mí.

-No hice nada por ti.

-Me dejaste ver a mi mamá, ¿por quién sería si no por mí?

-Por mí.

-¿Cómo?

-A mí me beneficia que tú estés bien, así me das lo que quiero.

Alonso se desabrochó el cinturón y subió al regazo de Jos- Hoy lo sentí.

-¿Sentiste qué Alonso?

-Esto, entre nosotros.

El pelinegro rió entre dientes- ¿sentiste qué? ¿deseo?

-No hablo del sexo ¿sí? Me refiero al amor. Sé que también te están pasando cosas conmigo.

Antes de que Jos pudiese decir algo, Alonso lo besó. No pudo evitar seguirle el beso, era claro que el chico le movía el piso y tenerlo ahí en esa posición hacía que no quisiera dejarlo ir nunca. Sus besos eran tiernos y dulces, pero también estaban cargados de deseo, pero este era diferente a las otras veces. No era deseo carnal, si no el deseo de proteger a la otra persona.

-Alonso para- intentaba zafarse del beso- tienes-que-detenerte.

-¿Qué pasa?

-No puedo dejar que te confundas, lo sabes desde el principio. Esto solo es sexo, nada más.

∆•∆•∆•∆•∆

Pueeees... No, hoy no hay nota.

Bais😘

Coleccionista de HOMBRES|Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora