.Nuevo comienzo.

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Capítulo dedicado a iQuelechuguitafat

Cuando despertaron, estaban cobijados en los brazos del otro. Había sido una noche única, llena de amor. Ninguno de los chicos quería moverse y hacerle saber al otro que ya había despertado, querían quedarse en esa posición un poco más, deseaban detener el tiempo en aquel momento y quedarse así por siempre. Desgraciadamente eso no podía ser, tenían que volver a su realidad. Alonso tenía que ir por su hermano, Jos tenía asuntos que resolver en la oficina. Sin embargo, y a pesar de tener que salir de aquella cabaña, se sentían en paz, se sentían tranquilos, estaban juntos y ya nada podría salir mal. Sería un nuevo comienzo para los dos.

-Buenos días pequeño- habló el pelinegro dejando un pequeño beso en la coronilla del chico que descansaba sobre su pecho. 

-Buenos días- contestó con una sonrisa en el rostro. 

-¿Tienes hambre? Podría preparar...- el pelirrojo negó.

-La verdad no tengo mucha hambre y muero por ver a mi hermano. 

El pelinegro sonrió ante aquellas palabras, le encantaba la manera tan protectora en la que Alonso cuidaba de su pequeño hermano. Sonrió aún más imaginando cómo se comportaría si tuviesen un hijo, la idea no sonaba tan mal y deseaba externarla al chico.

-Eres muy tierno cuando hablas así, te imagino cuidando de tu hijo. De esa manera protectora. 

-¿Un hijo?- el chico se mostró demasiado sorprendido ante aquel comentario.

-Sí ¿no te gustaría que tuviéramos un hijo?

Es verdad que al pelirrojo no se le hacía tan mala idea, sonrió inconscientemente, se imaginaba a un pequeño de largas pestañas, cabello negro y ojos claros corriendo por el enorme jardín que había en casa de Jos. Pronto su sonrisa se desvaneció, ese niño ya existía.

-¿Qué pasa Alon?- dijo al notar la nueva expresión.

-Nada, es mejor darnos prisa. 

Alonso no había querido decir nada de lo que habitó en su cabeza en ese momento, se había prometido ser comprensivo con ese tema, después de todo Miguel no tenía la culpa de nada, era tan sólo un niño, estaría para siempre en la vida del chico que amaba y él estaba dispuesto a ser un padre para él si así lo necesitaba.

Cuando por fin llegaron a la casa del pelinegro, Alonso fue el primero en bajar del auto y caminar hacia la puerta. Esta se abrió antes de que pudiese tocar el timbre, Soledad le abrió con los niños a su lado. Jos le había enviado un mensaje para que estuviesen pendientes de su llegada. 

-¡Brau!- exclamó a la vez que lo abrazó- ¿dormiste bien?- el niño asintió y correspondió el abrazo que le brindaba el mayor- ¿y tú Miguelito?- miró al niño que esperaba paciente detrás de Braulio, le extendió la mano para que se uniera al abrazo y así lo hizo. 

Cuando Jos llegó a la entrada se enterneció con aquella escena, no podía evitar sentir su corazón latir de una manera especial. Tenía todo lo que necesitaba en ese momento, las personas más importantes de su vida se encontraban ahí, su mejor amiga, su hijo, el pequeño Braulio y el amor de su vida. Todo estaba en perfecto equilibrio, nada podía salir mal.

Coleccionista de HOMBRES|Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora